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ENTREVISTA. MARina huerta, actual alcaldesa de Valparaíso:

"Mi nombramiento no se está viendo como un hecho político, sino como algo humano"

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Tábatha Guerra

El viernes 25 de noviembre, y después de más de 20 años como concejal, Marina Huerta asumió la alcaldía de Valparaíso en remplazo de Jorge Castro. Su mandato durará hasta el próximo martes 6 de diciembre, cuando entregue el sillón municipal a Jorge Sharp.

Al cargo llegó tras ser elegida por unanimidad por los propios concejales, quienes vieron en el nombramiento un reconocimiento a su trayectoria y aporte durante todos estos años en el municipio.

Visiblemente emocionada, la jefa comunal conversó con El Mercurio de Valparaíso para recordar su paso por el Concejo Municipal y hablar de este particular mandato, que durará 11 días exactos y que la hará pasar a la historia como la primer mujer en liderar la municipalidad porteña.

- ¿Qué le pareció que los concejales de Valparaíso la eligieran como alcaldesa?

- Sentí mucha satisfacción, porque comprobé que mis más de 20 años como concejal generaron un reconocimiento entre mis pares, que unánimemente depositaron en mí su confianza y vieron en mí a la persona idónea para este periodo de transición. Eso es un honor y, además, habla muy bien de ellos porque en la sesión donde me eligieron no hubo ninguna duda.

- ¿Cómo han sido estos días al mando de la municipalidad?

- Partieron de manera muy solitaria, porque el día de la sesión del Concejo fue el paseo del municipio y sólo estaba un par de funcionarios, por lo que creo que mi nombramiento no fue muy valorado por el estamento municipal. Y estos días sólo he recibido a tres personas en audiencias. Al parecer, la gente entendió que con la renuncia del alcalde Castro las labores de la municipalidad quedaban suspendidas, lo que no ha sido así porque he venido a trabajar todos los días. Mis labores han sido principalmente de rutina: he firmado documentos, decretos, certificados y diplomas de cursos que hemos impartido. También arreglé la oficina de los alcaldes, remodelando el baño y reparando los muebles que no estaban en buenas condiciones. Además, he trabajado para que el salón de honor -donde se realizará el traspaso de mando- esté en perfectas condiciones.

- ¿Qué medidas son las que más destaca en estos días que ha ejercido como alcaldesa?

- Cuando asumí me puse como objetivo lograr algunas acciones que, que aunque no fueran transcendentales, contribuyeran a la comuna. He logrado algunas muy mínimas, porque en la municipalidad las decisiones tardan al menos cinco días, y yo sólo estaré 11 en el mando. Me he propuesto que el edificio consistorial cuente con una silla para que las personas que tengan problemas de movilidad puedan acceder de manera más cómoda, porque no hay ascensor y es muy complicado para ellas subir al segundo piso. Había una en desuso en el edificio de Avenida Argentina, pero que está en muy malas condiciones. Por eso ordené que se hiciera un diagnóstico para ver la posibilidad de repararla, y una vez que eso esté listo, instalarla en el palacio consistorial para que sea accesible a cualquier ciudadano. Otra de mis obras consistió en recuperar una escultura que antiguamente estaba en el Parque Italia y que fue trasladada a una bodega municipal, donde estuvo guardada muchos años. Ordené que fuera limpiada y llevada de vuelta allá. Ahora cada vez que pase por el Parque Italia recordaré que yo fui la que la devolvió a ese lugar.

- ¿Cómo la han recibido los porteños en este nuevo cargo?

- Me han felicitado muchas personas en la calle. Después de la elección la gente me saludaba y me daba ánimos por mi derrota electoral, pero ahora que soy alcaldesa me felicitan con mucho cariño y hacen presente el reconocimiento a mi trabajo durante más de 20 años como concejal. Eso es lo más bonito, porque mi nombramiento no se está viendo como un hecho político, sino como algo humano.

- ¿Cómo tomó su derrota?

-No la esperaba, me tomó completamente por sorpresa. Pero viéndolo en retrospectiva, siento que hubo algunos indicios del destino que lo anunciaban, como el incendio del 21 de mayo de la oficina de los concejales, en el que perdí toda mi historia: mis documentos, fotos y recuerdos de mis campañas. El día de la elección fue doblemente emotivo porque esa mañana a mi hermano le diagnosticaron un cáncer biliar en estado terminal. Ese 23 de octubre fue un día que recordaré siempre, pero porque fue un día muy triste.

- ¿Alguna vez pensó en postular a la alcaldía?

- ¡Cuánto me hubiese gustado ser alcaldesa electa de esta ciudad! Aunque suene petulante, estoy segura de que podría haber hecho grandes cosas por Valparaíso. Pero soy objetiva y siempre tuve claro que no podría lograrlo, porque mis candidaturas nunca obtuvieron muchos votos, entonces nunca fui una carta para el partido. En política no importan los atributos de la persona, sino cuán competitivo eres. En este trabajo vales por los votos que tienes, no por lo que eres. Por eso la idea de ser alcaldesa nunca fue algo más que una quimera.

- ¿Cómo cree que los porteños recordarán sus años de labor en el municipio?

La gente siempre me evaluó muy bien en mi rol como concejal. Las personas sienten un enorme afecto por mí, lo sé porque lo he sentido en muchas oportunidades. No digo que todos me encuentren simpática, porque eso sería una fantasía, pero la gran mayoría de la gente me saluda con afecto y se preocupa por mí. Algunos, incluso, me han dicho que he sido la mejor concejal de Chile. Yo no entiendo por qué, pero lo cierto es que muchos me sienten así. El historiador porteño Archibaldo Peralta llegó a apodarme en un discurso como "la Perla del Pacífico". Por eso tengo claro que me recordarán como una persona común y corriente, porque nunca he dejado de salir a comprar a los mismos negocios de siempre, de andar en micro o en colectivo. Mis hábitos no han cambiado porque sea o no concejal.

- ¿Qué hará después del martes, cuando deje el municipio?

- La gente me dice que debería descansar, pero yo no tengo ganas y tampoco lo necesito, porque mi trabajo como concejal nunca fue un sacrificio, al contrario. Otros me dicen que cuando salga de la alcaldía lograré finalmente la felicidad, pero en el municipio he sido inmensamente feliz. Aún no sé qué haré exactamente después de que deje la alcaldía, pero sí tengo claro que disfrutaré a mi hermano y lo acompañaré en su enfermedad. También aprovecharé de vivir mi duelo electoral, porque desde que perdí no he parado de trabajar ni un minuto.

- ¿Qué mensaje le daría a los porteños a modo de despedida?

- Lo mismo que intenté mostrarles durante mi campaña, cuyo símbolo fue un corazón de madera con una mariposa. Con la mariposa quise explicarle a los ciudadanos que ellos son libres y con capacidad de transformarse, de pasar por muchos procesos que aunque sean difíciles te convierten en un ser brillante y hermoso. El corazón simbolizaba lo que he querido entregar a la gente: el mío. En esta despedida me gustaría recordarles que durante todos estos años les regalé mi corazón.

"La gente me saluda con afecto y se preocupa por mí. Algunos incluso me han dicho que he sido la mejor concejal de Chile" "¡Cuánto me hubiese gustado ser alcaldesa electa de esta ciudad! Aunque suene petulante, estoy segura de que podría haber hecho grandes cosas por Valparaíso" "El día de la elección fue doblemente emotivo porque esa mañana a mi hermano le diagnosticaron un cáncer biliar en estado terminal""