Al finalizar la educación secundaria muchos jóvenes se enfrentan por primera vez a la responsabilidad de tomar una decisión trascendental en sus vidas: ¿seguir en la educación superior para obtener un título -técnico o profesional- o enfrentarse al mundo laboral?. Si bien la mayoría sigue contando con el apoyo y los consejos de sus familiares y amigos más cercanos, lo cierto es que se trata de la primera gran determinación que se debe adoptar en solitario, sabiendo que es el futuro personal el que está en juego.
En ese sentido, para escoger el camino correcto es fundamental explorar y descubrir la vocación, ojalá sin sufrir el acoso y la presión del entorno que en esa etapa de la vida sigue siendo muy fuerte. No olvidemos que estamos hablando de personas que aún no cumplen los 20 años de edad, época en la que la opinión de los padres, amigos y profesores puede influir y condicionar cualquier decisión.
Seguramente, durante el último año estos jóvenes respondieron pruebas vocacionales en sus colegios, asistieron a charlas y recibieron orientación especializada, pero ha llegado el minuto de tomar una decisión individual que debe asumirse con responsabilidad. ¿Por qué? Porque quizás por primera vez ellos serán los únicos dueños de sus destinos, sin influencias, sin consejos.
No es fácil definir en solitario qué carrera estudiar y dónde hacerlo. Es una decisión personal, pero quienes rindieron la PSU hace pocos días bien saben lo difícil que era mantenerse inmune a factores externos mientras aumentaba sobre ellos la presión de la familia, de sus colegios, de los medios de comunicación, en fin, de una sociedad atenta a enjuiciar cada paso que den.
Quizá el único consejo que se les puede entregar a estos jóvenes es que deben tomar una decisión en conciencia e informada, sabiendo que hoy existen varias opciones para ingresar a la Educación Superior. Si bien hace unos años el éxito estaba marcado por un buen resultado en la PSU y en la elección de una carrera "tradicional" que asegurara cierta estabilidad económica, hoy el escenario no es el mismo y la oferta académica es muy variada. Se abrieron nuevos campos que responden a nuevas necesidades, surgieron nuevas disciplinas, perdieron terreno otras que hasta hace poco eran sinónimo de estatus y prestigio social.
Frente a una realidad tan cambiante, lo mejor seguirá siendo obedecer a la vocación, esa que cada uno de ellos fue descubriendo y forjando con el paso de los años y que les permitirá tomar una decisión responsable, la primera de muchas que deberán tomar y asumir en su vida de adultos.
José Weinborn del Villar
Rector Santo Tomás Viña del Mar