Secciones

Barcelona nunca estuvo tan cerca

El modelo diseñado por la joven alcaldesa Ada Colau en Cataluña tiene más de una coincidencia con la experiencia recientemente iniciada en el Puerto. Las organizaciones territoriales cobran mayor relevancia que la que tienen los partidos y avanzan sin gran pompa, pero a paso firme, hacia los cargos de gestión
E-mail Compartir

El influyente sitio web Politico.eu destacó esta semana a la joven alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, como una de las 28 personas que "perfilan el futuro de Europa", en un ranking encabezado coincidentemente por otro alcalde, el de Londres, Sadiq Khan.

La noticia, en apariencia lejana para nuestros prácticos problemas regionales (como el tráfico de drogas en los cerros, la explosión de campamentos en Viña, los complejos días de la educación municipalizada, los rayados, tacos, desechos de perro, sequía, deficitaria red de transportes, incivilidades varias, la indefinición costera, la inentendible desigualdad, la falta de trabajo y oportunidades y otros tantos más) y nacionales, no lo es cuando se agrega el pequeño dato de que los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric, y el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, ven en ella un modelo de gestión ciudadana llevado exitosamente a la práctica. De hecho, Boric y Jackson se reunieron con Colau en Barcelona a fines de octubre para conocer su experiencia.

Ahora que ya tenemos vuestra atención, volveremos a empezar: Ada Colau, de 42 años, se reconoce una activista profesional, surgida desde las movilizaciones antiglobalización de comienzos de este siglo, que derivaron en una especie de agrupación de deudores habitacionales del primer mundo, surgidos durante la burbuja inmobiliaria europea, liderando la lucha contra la gentrificación (¿les suena el término?) y el acoso inmobiliario en Barcelona, como cabeza de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

De tal forma Colau llegó a ser la candidata de Guanyem Barcelona, suerte de pacto urbano ciudadano, en el cual confluyeron diversos sectores de la sociedad civil, como fuerzas sociales y políticas excluidas de las lógicas del PSOE y el PP (no, no se reunían en una iglesia).

En poco más de un año de gestión, Colau se ha llevado las portadas de la prensa por acciones tales como multar a los grandes bancos por mantener propiedades vacías (sin moradores) en la ciudad, enfrentarse con los gigantes del turismo mundial (AirBNB y Homeaway) para intentar sustentabilizar el turismo descontrolado, echarse encima a la monarquía retirando el busto del Rey desde el Ayuntamiento y asumir liderazgos continentales sobre la inmigración.

Hoy, a la Colau se le ve como la próxima candidata de la izquierda a la presidencia de Gobierno, en un contexto en el cual las organizaciones territoriales cobran mayor relevancia que la que tienen los partidos políticos tradicionales y avanzan sin gran pompa, pero a paso firme, hacia los cargos de gestión, una suerte de revolución silenciosa (esto es un guiño a los cientos de nuevos fanáticos porteños de The Guardian), mientras la política tradicional se estanca.

Los simplificadores

E-mail Compartir

Simplificar es reducir una expresión, cantidad o ecuación a su forma más breve y sencilla, según la definición oficial; además, hacer más fácil o menos complicado algo. Visto así, parece positivo, útil, pedagógico. ¿Cómo no va a ser bueno poner lo complejo en algo más entendible? Imagino que debe ser una práctica presente en distintos oficios y en la cotidianeidad de tantas personas: profesores, diseñadores, encargados de explicar instructivos y protocolos y una interminable lista de ejemplos. Podría afirmar que es una habilidad que puede cultivarse y que da fuerza a un mensaje, facilitando la vida del que escucha. ¿Cuántas veces uno experimenta esa sensación de no comprender algo que es explicado en términos extremadamente técnicos? La metáfora, la analogía y la parábola ayudan también al entendimiento. Hasta aquí todo parece positivo.

Sin embargo, la mirada a la cual me quiero referir habla de "los simplificadores" de las cosas complejas en un sentido distinto. Son aquellos que en discursos breves, en frases directas medidas en segundos, con palabras que parecen certeras (aunque contengan una ambigüedad que lleva a las más diversas interpretaciones) señalan que tienen la solución "evidente y obvia" a temas que revisten la mayor complejidad. Simplifican el mundo y las cuestiones sociales, políticas, económicas y otras tantas, como si fuese posible explicarlas con un chasquido de dedos, sonido que agrupa en uno a todas las variables. Aceptemos que la mayor parte de las cuestiones mencionadas son multivariadas, que tienen muchos aspectos o aristas, como se dice hoy, que ayudan a su entendimiento, que no siempre es fácil conocer todas las causales que explican un fenómeno y menos aún las soluciones eficaces, eficientes, prácticas, comprensibles culturalmente.

Desde luego que hay genios en la humanidad que pueden dar con la respuesta simple a lo complejo, también que la innovación, el emprendimiento, la investigación científica y el diálogo de diversas disciplina pueden traer buenas respuestas a la complejidad. Así progresa la humanidad, aunque muchas veces haya que revisar la historia. Una cultura política más sofisticada y responsable tiene el deber de explicar pedagógicamente los fenómenos, pues -en caso contrario- las meras y humanas expectativas pueden terminar en frustración, cuando los simplificadores (cuya honestidad uno debe asumir, aunque pueda haber algunos con plena consciencia técnica/ideológica de sus dichos) son protagonistas de los medios, además de las redes sociales.

Esta reflexión inicial, perfectible o desechable, sucede en un contexto particular de masividad en las comunicaciones, de desapego y malestar social, de desconfianza generalizada (aunque hay más confianza en lo cercano y particular), de mayor transparencia, de transformación cultural, de urgente necesidad de respuestas concretas a las expectativas. Ello es terreno fértil para "los simplificadores" que opacan a quienes levemente intentan explicar las redes de interacciones complejas que son parte de los asuntos públicos relevantes. Tal como hablamos de cultura de ahorro o de ética del trabajo o de la honradez en un pueblo, también podríamos hablar de una cultura que explica con simplicidad auténtica la complejidad.

Bernardo Donoso Riveros

Profesor PUCV

Puerto y ciudad: sí es posible avanzar

E-mail Compartir

Creemos que Valparaíso no puede esperar más. Creemos que es plenamente compatible concretar las diversas iniciativas que hoy se promueven en la ciudad, desarrollar inversiones y generar empleo. Creemos, como Empresa Portuaria, que podemos dotar al país de un puerto competitivo y eficiente, y al mismo tiempo asumir el desafío de velar por el valor turístico, patrimonial e innovador de Valparaíso, en armonía con las necesidades de la comuna.

Hemos vivido un año relevante, como anticipábamos en 2015. Un año de cosechar logros en materia de innovación, de eficiencia logística, y de relación con la ciudad. Pero además, un año de concreciones. Nuestro concesionario TPS está terminando la extensión de su nuevo frente de atraque, con el cual aportarán mayor competitividad a nuestro sistema portuario. Por otra parte, hace dos semanas vivimos un gran momento con la inauguración del nuevo Valparaíso Terminal de Pasajeros (VTP), entregándole el terminal más moderno de Latinoamérica y un centro de convenciones de primer nivel a nuestra ciudad.

El Plan de Desarrollo que promueve Puerto Valparaíso, y que contempla iniciativas de índole portuaria y urbana, parte de un pilar fundamental que es la construcción de valor compartido. Nada de lo que promovemos y hacemos pierde de vista lo fundamental que es la entrega de beneficios mutuos a la ciudad y sus habitantes, pero también al puerto. Es así como el propio VTP apalancará la vocación turística de la ciudad; el futuro proyecto Paseo Barón será un aporte concreto en acercar al porteño al bordemar y crear espacios públicos de calidad; el próximo edificio corporativo en el ex Palacio Subercaseaux colaborará en la reactivación patrimonial del casco histórico; y el Terminal 2 consolidará nuestra histórica identidad portuaria, aportando más de 3 mil nuevos empleos al sector y permitiendo a Chile ubicarse en el liderazgo del comercio internacional los próximos años.

Creemos que es posible avanzar. Que es una tarea lograble llevar a Valparaíso hacia un estado distinto, positivo, de progreso y de cosecha, fuera del estado de letargo e inmovilidad. Estamos dando señas concretas de que puerto y ciudad pueden avanzar de la mano, creando nuevas oportunidades que, además, irradien hacia otras vocaciones que conviven en la comuna como factores importantes hacia el futuro.

Por cierto que deseo que esto sea en un marco de diálogo, de acercar posiciones, de zanjar diferencias y avanzar hacia el puerto que los porteños quieren y merecen. Pero al mismo tiempo de concretar, por el bien de Valparaíso y Chile. De no seguir dilatando iniciativas que los habitantes de este querido puerto han comprendido como claves para sacar a la ciudad de esta pausa demasiado extendida.

Lo importante es que se ha entendido un objetivo fundamental que nos mueve como empresa portuaria, que es concebir a nuestro puerto más allá de ser un espacio en el cual sólo se transfiere carga, que por cierto seguirá siendo un foco importante del compromiso histórico de Valparaíso como el Puerto Principal de la República; pero además valorarlo como un polo de desarrollo que genera economía, conocimiento, innovación, que alimenta a otras vocaciones y promueve un mayor atractivo para la ciudad y mejoras reales en su entorno.

Gonzalo Davagnino V.

Gerente general Empresa Portuaria Valparaíso