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Al menos nueve personas mueren al irrumpir un camión en una feria navideña de Berlín

ALEMANIA. La policía investigaba ayer si se trató de un accidente o un atentado.
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Un camión embistió ayer una concurrida feria navideña en el centro de Berlín (Alemania), causando la muerte de al menos nueve personas y lesiones a unas 50 más, según informó la policía. El conductor fue arrestado en las inmediaciones.

El camión arrolló los puestos instalados afuera de un popular mercado navideño en la Iglesia Conmemorativa del Emperador Guillermo. Imágenes de televisión mostraban un enorme camión Scania que tenía el parabrisas roto en la vereda adyacente a la feria y numerosas ambulancias. Un enorme árbol navideño quedó derribado en la calle.

La policía dijo que aún investigaba si el incidente fue accidental o si se trató de un ataque. Pero ocurrió menos de un mes después de que el Departamento de Estado de EE.UU. recomendara tener cuidado en mercados y otros lugares públicos debido a que grupos extremistas, como el Estado Islámico, se estaban enfocando "en la temporada navideña venidera y eventos asociados".

El grupo Estado Islámico y Al Qaeda han instruido a sus seguidores a usar camiones para atacar lugares públicos. El 14 de julio, un camión atropelló a la multitud reunida por el Día de la Bastilla en la ciudad sureña de Niza, en Francia, y mató a 86 personas.

Un testigo del incidente de Berlín, el británico Mike Fox, dijo a AP que el camión pasó a sólo tres metros de él en su recorrido hasta el mercado, donde se llevó mesas y puestos de madera. "Definitivamente fue deliberado", afirmó el turista procedente de Birmingham, Inglaterra.

Fox dijo que ayudó a personas que parecían tener brazos y piernas rotos, y que otras víctimas quedaron atrapadas bajo los puestos. Mientras el conductor del vehículo fue detenido, el copiloto fue encontrado muerto por los rescatistas.

heridos contabilizaba ayer la policía producto del atropello múltiple en el centro de Berlín. 50

de julio 14

Policía turco asesina a embajador ruso y Putin avisa dura respuesta al terrorismo

ANKARA. "La sentirán en sus carnes", dijo el jefe del Kremlin. El diplomático fue tiroteado en una galería de arte. El asesino gritó "no se olviden de Alepo" y "Dios es grande". Es una "provocación" para "destruir la normalización" entre Turquía y Rusia, dijeron.
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Un policía turco de 22 años asesinó ayer al embajador ruso en Ankara, Andrei Karlov, mientras este inauguraba una exposición fotográfica, con gritos a favor de la ciudad siria de Alepo.

El crimen supone un duro revés para la cooperación entre Rusia y Turquía en la lucha contra el terrorismo y el arreglo del conflicto en Siria.

Según los testigos, el atacante entró a la sala cultural de arte contemporáneo Çankaya de Ankara identificándose como agente de la policía y dando la impresión de que su tarea era proteger al embajador, quien dio un breve discurso en el acto.

El atentado se produjo en la víspera de un encuentro tripartito que reunirá a los ministros de Exteriores de Rusia, Turquía e Irán en Moscú para tratar de encontrar una salida a la situación de Alepo y acercar posturas para futuras negociaciones de paz.

"no se olviden de alepo"

El policía, vestido con traje negro, camisa blanca y corbata, disparó al embajador por la espalda y luego gritó varias veces "Alahu Akbar" (Dios es grande), según se desprende de un video que circula por las redes sociales y que fue confirmado por varios testigos.

"¡No se olviden de Alepo, no se olviden de Siria. A menos que nosotros estemos todos seguros, ustedes tampoco sentirán seguridad. ¡Vuelvan, vuelvan! Todos aquellos que compartan esta opresión y tortura pagarán por ello", exclamó el policía en turco. "Sé que no voy a salir vivo de aquí", agregó, antes de indicar a los asistentes al acto que no les haría daño y que salieran del lugar.

Poco después, la policía turca entró a la sala y en un tiroteo abatió al asaltante.

El ministro de Interior de Turquía, Süleyman Soylu, confirmó que el asesino era un agente que formaba parte de las fuerzas antidisturbio de la policía turca. Nacido en 1994 en Söke, una ciudad en el oeste de Turquía, se llamaba Mevlüt Mert Altintas y llevaba dos años y medio en las fuerzas antidisturbio.

La víctima, Andrei Karlov, tenía 62 años, estaba destinado en Turquía desde 2013 y era un experimentado diplomático con más de 35 años de carrera.

Según varios testigos citados en la prensa local, el embajador ruso solía circular por Ankara sin protección policial, apenas con un asistente y un traductor. Así es que llegó ayer sin escolta al centro Çankaya, donde inauguró la exposición fotográfica "Rusia: De Kaliningrado a Kamchatka".

Una "provocación"

El Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, llamó por teléfono a su par ruso, Vladimir Putin, para darle detalles sobre el atentado. Por su parte, el ministro de Defensa turco, Fikri Isik, subrayó en declaraciones a la cadena NTV que es "llamativo" que el asesinato tuviera lugar menos de 24 horas antes de la cumbre de Moscú.

"El ataque no arrojará sombras sobre la amistad turco-rusa", declaró el Ministerio de Exteriores turco. Más tarde, Erdogan expresó que el asesinato del diplomático es una "provocación que tiene como objetivo destruir la normalización" entre ambos países.

En esa misma línea, Putin dijo que "el crimen es, sin lugar a dudas, una provocación destinada a abortar la normalización de las relaciones ruso-turcas y torpedear el proceso de paz en Siria".

El jefe del Kremlin recordó que ese proceso es apoyado "activamente por Rusia, Turquía, Irán y otros países interesados en el arreglo del conflicto sirio".

Tras confirmarse la muerte del embajador en pleno centro de la capital turca, Putin se reunió con su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y los jefes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) y del Servicio de Inteligencia Exterior.

"La respuesta al asesinato del embajador ruso en Turquía será el reforzamiento de la lucha contra el terrorismo. Y los bandidos lo sentirán en sus propias carnes", advirtió.