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Feliz año electoral para todos

Pero así también hubo otras áreas donde Santa Claus quedó al debe. Faltó que bajara por la chimenea del Sename y de las instituciones ligadas a él.
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No sólo el comercio está viviendo sus días de gloria por las festividades de fin de año. En el Gobierno parece que también este espíritu navideño se ha hecho presente y, para qué decir, en el Congreso.

Con esta semana navideña comienza este año electoral que da su primer puntapié, como se dice en jerga popular, tirando toda la carne a la parrilla. Muestra de esto es la aprobación del feriado para el 2 de enero, proyecto que estaba durmiendo el sueño de los justos desde 2012. Pero el ambiente pascuero permitió que de repente la Presidenta Bachelet decidiera ponerle urgencia y que, en tiempo récord y sin ninguna modificación, fuera respaldado por la gran mayoría de los senadores. No seamos mal pensados. No tiene que ver con los comicios de noviembre, sino que es simplemente un regalo de Santa Claus adelantado para los chilenos -"para que disfruten con sus familias"- y para el turismo, que veía con temor este mal inicio de año.

Probablemente tampoco tiene nada que ver con el trabajo en terreno de la encuesta CEP, cuyos resultados se esperan ávidamente en la esfera política. Esto es simplemente una muestra del trabajo parlamentario y su conexión con los problemas de los chilenos.

Seguramente el momento de paz y amor llegó a los corazones políticos para permitir que se acelere la máquina y que varias de las iniciativas que esperaban su turno, ahora sí sean votadas y se conviertan en realidad. Algunas incluso más importantes que el feriado del 2 de enero.

Como, por ejemplo, el proyecto que establece la elección de los intendentes. Aunque el empujón navideño no dio para que el traspaso de competencias fuera una realidad, al menos la iniciativa -que había sido discutida durante todo el año- vio la luz. No sabemos todavía si el intendente será un mero jarrón decorativo o si tendrá facultades -y más importante, recursos- suficientes para realmente tener importancia en el mapa político. Pero al menos la figura ya existe.

Lo mismo sucede con la propuesta que pretende modificar la fecha de la cuenta pública presidencial, ante el Congreso Pleno. Nuevamente, el primer proyecto en esta línea fue presentado en 2011, pero recién ahora comenzó a tomar fuerza. Esta semana, para ser precisos. Los mejor pensados podrían decir que su aceleramiento tiene que ver con el trágico fallecimiento del guardia Eduardo Lara, producto de las protestas y las molotov que el pasado 21 de mayo terminaron con su vida y enlutaron el discurso presidencial. ¿No tiene que ver con el año electoral, cierto?

El espíritu navideño incluso llegó al mundo militar. Para qué detenerse en "pequeñeces" como que han pasado más de 40 años o que todavía se desconoce el paradero de los detenidos desaparecidos. El pascuero se hizo presente en Punta Peuco y envalentonó a sus inquilinos para que se inspiraran y pidieran perdón, aun cuando éste no incluyera ningún dato ni gesto concreto.

Pero así también hubo otras áreas donde Santa Claus quedó al debe. Faltó que bajara por la chimenea del Sename y de las instituciones ligadas a él. Los cientos de niños muertos no han logrado tocar suficientemente el corazón del mundo político para que la reforma a este sistema de "protección" al menor realmente sea eso y no una máquina de destruir menores. Aun cuando el "grinch" ministro de Justicia, Jaime Campos, haya recordado a través de la prensa -y con un lenguaje absolutamente alejado del que tendría el gordo de barba y traje rojo- que las "bolas" del director de Gendarmería están en su escritorio, lo cierto es que no hay hasta ahora una propuesta concreta y efectiva para cambiar el funcionamiento de este sistema.

Ojalá el Viejo Pascuero no olvide el resto de la carta que debe haber escrito Michelle Bachelet. Porque falta todavía un empujoncito más, con temáticas esenciales en el Chile político de hoy: no solamente para los niños del Sename, sino también en cuanto al aborto en tres causales, la reforma a la educación superior y las propuestas que pretenden regular la situación de los inmigrantes, entre otras materias que debieran ver la luz este 2017.

Cuánto de aquello será realidad antes del receso de febrero y cómo influirá este año legislativo en la celeridad con que trabaje el Congreso es todavía una incógnita. El sentido común espera que los parlamentarios y el Gobierno trabajen con la mano en el corazón, con un espíritu navideño extendido y no con los ojos puestos en las encuestas y las elecciones.

* Magíster en Comunicación Estratégica, periodista,

analista política y directora de la Escuela de Periodismo de la UAI

Por Karen Trajtemberg *