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ENTREVISTA. Kathleen Whitlock, neurobióloga y doctora en Zoología, por baja presencia de mujeres en puntajes nacionales en la PSU:

"No hay diferencia en la capacidad cerebral, el problema es cultural"

EDUCACIÓN. La profesional del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso hizo un crítico análisis sobre esta realidad que, apuntó, obedece a condicionamientos machistas y falta de estímulos.
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Katherine Escalona M.

Los resultados de los puntajes nacionales de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), dados a conocer el pasado viernes, develó nuevamente la preocupante diferencia entre hombres y mujeres en esta materia. A nivel nacional, de los 163 alumnos que obtuvieron las más altas ponderaciones, sólo 44 fueron mujeres, es decir, un 27% del total.

Este escenario se replica en la Región de Valparaíso, donde sólo una mujer, María Inés Phillips, de Quintero, figura entre los 10 puntajes nacionales de la zona que informó el CRUCh, compleja realidad que, según la neurobióloga y doctora en Zoología del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), Kathleen Whitlock, se debe a un tema cultural que se relaciona con el machismo. "No hay ninguna diferencia en la capacidad del cerebro del hombre y la mujer, son iguales. El problema es cultural", aseveró la neurocientífica.

Radicada desde el año 2006 en Valparaíso, su análisis también se sustenta en su conexión y compromiso con la educación pública. De hecho, efectúa talleres en Montedónico, en Playa Ancha, bajo el alero de su programa Ciencia Al Tiro, por lo que también tiene una mirada crítica con respecto a cómo ciertas prácticas profundizan esta diferencia entre hombres y mujeres, quienes, puntualiza, tampoco son estimuladas debidamente para acercase a la ciencia y las matemáticas.

- ¿Por qué cree que ocurre está diferencia?, ¿cuál es su análisis?

- Yo pienso que es la cultura, parte de la cultura machista que existe en el país, y eso parte en todas las áreas. Por ejemplo, existe Corfo, pero me cuesta para postular porque mi interés no estaba relacionado con cosas que ofrecen para el género. Cada vez que fui a postular al emprendimiento mujer era mirada de forma diferente, porque como yo no dije que quería hacer muñecas o mermeladas, no me tomaron en consideración. Al dar una idea diferente la respuesta es ¿qué? Se genera un rechazo a pesar que se hacen cosas técnicas de alto nivel. Es súper sexista en la mente de las personas ver qué hace una mujer. En la escuela la mujer que necesita estudiar para tomar esta prueba (PSU), si no tiene un apoyo grande en su casa que le diga que es capaz, no se produce el cambio. El discurso, en cambio, en los colegios es: "Usted puede ser matrona", "usted puede trabajar en el jardín infantil", porque eso es lo que hace la mujer, cuida los niños y por eso yo creo que no está en las mentes de las niñas jóvenes que existe otra posibilidad. Siempre los comentarios son de cómo es (la apariencia) de la mujer y no de las capacidades que tiene.

- ¿Esto influye en el nivel educacional?

- Sí, por supuesto, porque es parte del desarrollo de un ser humano. Tú eres como un espejo de tu realidad, se reflejan los valores que están en tu entorno. Si tú estás creciendo en un entorno donde las personas siempre dicen que se puede hacer cualquier cosa, la visión es otra, pero si el entorno no es como eso, la realidad no es parte de su proceso de imaginar, de soñar.

- ¿Es un problema de inclusión y de estimulación entonces?

- Sí. Yo fui a Antofagasta a participar de un programa de innovación social y una de las cosas que pregunté a los profesores fue: "¿Cuántos de ustedes separan hombres y mujeres en una sala de clases?, y noté que al menos el 50% de los profesores lo hacen. En mí país (Estados Unidos) nunca en mi vida he visto eso en alguna escuela pública y acá el resultado es que los hombres se están sentando separados de las mujeres. Es un problema grande.

- ¿A qué apunta el cambio?

- Los hombres son un 50% de nuestro mundo y tienen que trabajar junto a nosotras. Sin embargo, el problema parte en los profesores que dicen que es más fácil para mantener el control (en la sala) cuando están separados (hombres y mujeres). Mi experiencia dice lo contrario, deben trabajar juntos. Es un problema subconsciente en Chile, hay una visión de que la mujer es distinta al hombre, pero no, somos humanos todos. Los procesamientos en el cerebro de cada uno, si bien son distintos en hombres y mujeres, eso no significa que uno es mejor que otro, la capacidad cerebral es la misma. Como neurobióloga, cuando uno está resolviendo un problema se ve que es algo distinto en cuanto a cómo utilizan los hemisferios del cerebro, pero no significa que uno es mejor que otro. El problema es que la sociedad está poniendo valor a la conducta del hombre y menos valor en cómo las mujeres resuelven.

- ¿Eso se ve reflejado en los resultados de los puntajes nacionales?

- Sí, yo creo que sí. En ciencias, en Estados Unidos y ahora Chile se está adoptando un programa llamado STEM (sigla en inglés de science, technology, engineering y mathematics), que tiene como fin reforzar las áreas de matemáticas, ingeniería y tecnología, porque está bajando mucho en Estados Unidos el interés. Un grupo de hombres en un laboratorio puede ser desagradable y en Estados Unidos la participación de la mujer en ciencia es de un 20%, están perdiendo participación y la pregunta es por qué. La respuesta es que es parte de la cultura de los científicos.

- Que el rol de la mujer se haya desvalorizado en algunos campos laborales, como usted menciona, ¿influye en la toma de decisiones?

- Claro, cuando menosprecian a una mujer laboralmente en cierta área no es chiste, aunque se pudiese tomar así. Es como el caso de la muñeca inflable, que no es un chiste. Cuando se hacen estos comentarios hacia la mujer nace el subconsciente de decir no soy capaz para ciertas áreas donde predomina la participación del hombre y no es así. Si a una mujer se le reconoce y gana muchos premios por ello, incluso desde su mismo género se encargan de molestarla y se perjudica. La mujer necesita más ayuda en este entorno para perseguir la ciencia, por ejemplo.

- ¿Cuál sería una solución a nivel educacional?

- Sabemos que los establecimientos que tienen mayor cantidad de buenos puntajes tienen alumnos que provienen de familias con mucho capital educacional, económico, social, cultural. Si se mezclaran estudiantes de barrios de papás con alta educación y otros con baja educación, se puede generar un intercambio para que se conozca una realidad diferente. Ese niño podría soñar, pero eso no sucede, la posibilidad es cero o muy baja. A veces ni los padres saben que tienen niños tan capaces.

- ¿Qué hacer entonces?

- Hay que aplicar una enseñanza en cuanto a sensibilidad para entender a la otra persona. Todos tendrían que estar sometidos a esta formación para entender que no se deben hacer cosas como lo de la muñeca (inflable), no se hacen este tipo de chistes. Y este problema también es de la mujer, hay mucha presión respecto a su exterior, muchos comentarios también pueden ser de cómo anda vestida y eso debe cambiar. Del hombre nadie se preocupa cómo se viste, pero la mujer es cuestionada. No hay una valorización de lo que hace la persona y en las mujeres eso es brutal en Chile.

"Cuando las mujeres se dedican a áreas que están dadas para los hombres sufren discriminación y hay una pérdida de interés porque la situación afecta en la toma de decisiones. El rol de la mujer se está perdiendo en todas las áreas""

"Si se miran los análisis chilenos de la PSU y las brechas en los resultados uno se da cuenta que hay una separación, los intereses de los menores o jóvenes cambian. Es por eso que falta incentivo, sobre todo en el nivel socioeconómico más bajo""

27% de los puntajes nacionales de todo el país fueron mujeres, situación que de forma preocupante se ha mantenido como una tendencia a través de los años.

1 sola mujer destacó en la Región de Valparaíso como puntaje nacional. María Inés Phillips, del colegio Albamar, logró 850 puntos en la prueba de matemáticas.