Katherine Escalona M.
Una alta pena, que suma 15 años de presidio, está solicitando la Fiscalía en el caso del accidente de tránsito con resultado de muerte de Benjamín Lillo Oneto (24), joven estudiante de derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, que falleció la madrugada del 2 de marzo de este año tras ser colisionado por la camioneta del imputado, Tomás Vives Viveros, quien manejaba en estado de ebriedad y no habría prestado ayuda a la víctima.
La solicitud por parte del Ministerio Público quedó explícita en el inicio del juicio oral de la causa que comenzó ayer en la sala 2 del Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Viña del Mar, lugar que estuvo colmado por la presencia de familiares, testigos, compañeros de estudio y amigos de Benjamín Lillo, quienes llegaron a la audiencia pasadas las 13 horas.
En la lectura de la hoja de apertura del juicio oral, dado a conocer ayer por el tribunal colegiado, se especificó que la Fiscalía formuló acusación por el delito de manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte, por lo cual pide 10 años de cárcel y 5 años de presidio por no prestar ayuda a la víctima, lo que fue debatido por el abogado defensor de Vives, Óscar Mella.
Estado de ebriedad
En el primer día de juicio oral, el fiscal Fernando Hood estableció que el imputado manejaba la madrugada del 2 de marzo de este año, pasadas las 3 de la mañana, bajo la influencia del alcohol y a exceso de velocidad. La alcoholemia arrojó 1,65 gramos de alcohol por litro de sangre.
"Se detuvo a varias cuadras del sitio del suceso... personas cercanas al lugar ante el impacto se acercan y ven a Benjamín pedir auxilio. El acusado conducía en estado de ebriedad, a exceso de velocidad, y quienes prestan auxilio son terceras personas", precisó el persecutor en los alegatos de apertura de la causa.
Sobre la ingesta de alcohol, el abogado querellante, Jaime Vera, precisó que el imputado "bebió 3 vasos de vodka y decidió conducir la camioneta Ford (en dirección de Viña del Mar a Concón y en la calle Edmundo Eluchans), cruzó el eje de calzada e impacta al vehículo de Benjamín Lillo".
El auto de la víctima perdió el control y tras el choque impacto con un poste de alumbrado eléctrico.
La fuerte colisión provocó múltiples heridas de gravedad a Lillo, quien estuvo tres horas en el lugar sin recibir ayuda médica.
En tanto, aseveró Vera, "el vehículo del imputado siguió su marcha hacia Concón, deteniéndose a más de 500 metros del lugar".
Pasadas las 6 de la mañana del 2 de marzo de este año, Lillo fallece en el Hospital Naval de Viña del Mar producto de las lesiones de gravedad, lo que provocó un paro cardiorrespiratorio.
"No se fugó"
El abogado defensor de Vives, Óscar Mella, sostuvo en la audiencia que su cliente no se fugó del lugar, por lo que refutó la tesis de la Fiscalía de la existencia del delito de no prestar ayuda a la víctima.
"Se detuvo, llama a Carabineros y presta ayuda a la víctima para que no sea condenado por este delito. Carabineros se demoró 25 minutos en llegar al lugar y él se mantuvo ahí, reconoció ser el conductor de la camioneta y dijo que él participó del accidente", recalcó.
Mella, dijo además que el imputado reconoció en el control de detención la ingesta de alcohol.
"Bebió 3 vasos de vodka y decidió conducir la camioneta Ford, cruzó el eje de calzada e impacta al vehículo de Benjamín Lillo"
Jaime Vera, Querellante"
"Quiero pedirle disculpas a la familia"
Tomás Vives accedió en la audiencia a prestar declaración en el juicio oral y admitió su responsabilidad en el hecho. Sus primeras palabras fueron: "Quiero manifestar un profundo arrepentimiento y pedirle disculpas a la familia. Pido disculpas, no sé qué más decir, es muy difícil manifestarlo". Tras estas palabras fue interrogado por el fiscal Hood y el acusado reconoció la ingesta de alcohol, pero dijo que se salió de la calzada y chocó a Lillo porque fue "encandilado" por una luz. Además, precisó que nunca quiso escapar del lugar, sino más bien el propósito era dejar despejada la vía.