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ENTREVISTA. silvio fernández, exgoleador del Decano y actual entrenador de las cadetes caturras:

"En un año y medio o dos, Wanderers jugará sólo con futbolistas formados en casa"

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Luis Cabrera del Valle

Cuando Silvio Fernández dice que se siente como en casa en Santiago Wanderers, su convicción obliga a creerle cada palabra.

El exdelantero del Decano retornó este año al club donde vivió sus momentos más gloriosos como jugador y en poco tiempo volvió a tocar una copa. Esta vez como ayudante técnico de la Sub 14 caturra, el uruguayo alcanzó un nuevo título vestido de verde.

"Estoy muy agradecido de Dios y de la vida, todo lo que me ha sucedido este año, desde que entré a Wanderers el club me ha recibido bien", reflexiona el goleador del equipo que se coronó el 2001, añadiendo que "ojalá esté muchos años en el club, para devolverle algo de lo tanto que me ha regalado".

- ¿Encontró muchas diferencias entre el club que usted dejó el año 2006 y el que encontró ahora?

- Es un club distinto, de hecho está comandado desde arriba de una forma diferente, cuando yo era jugador la relación con nuestro presidente era mucho más cercana, no digo que eso sea bueno o malo, pero nosotros los problemas del club íbamos a Valparaíso a hablarlos, hoy se maneja más como empresa. En muchos aspectos esto es mejor, en términos de organización, a como dejé a Wanderers. Siempre intento ver el vaso medio lleno, los chicos de hoy tienen más cosas que antes, pero tampoco se debe olvidar que en mi época se vendieron muchos más jugadores. En estos momentos Wanderers no es tan vendedor como en esos años, recuerda que se fueron David Pizarro, Joel Soto, el "Choro" Navia, Claudio Núñez. Sin embargo, creo que vamos camino a eso, en dos años el club va a ser muy potente a nivel de juveniles, pues tiene una muy buena cantera, y ojalá puedan entregarle un título a Valparaíso, porque eso validaría el trabajo que se está haciendo en las cadetes.

- Según su experiencia como jugador, técnico profesional y hoy entrenador de cadetes en la Sub 13 wanderina, cree que es acertado apostar por los juveniles tan pronto como lo está haciendo el club en estos momentos.

- Todo depende del logro deportivo que se consiga, desde mi experiencia, sería bueno que los chicos tuvieran jugadores de experiencia al lado, para ir aprendiendo, como en su momento estaba Moisés (Villarroel), Jorge Ormeño, Jaime Riveros. Pero lo de hoy es lo que hay, es lo que el club está en condiciones de brindar, indudablemente no será la mejor formación, porque faltan esos que tienen que hacerse responsables siempre en los planteles del manejo del camarín, en estos momentos son pocos los que hay, pero no lo han hecho mal. Si bien el equipo no logró un lugar en una Copa como todos queríamos, se han adquirido experiencias, el crecimiento de los jóvenes ha ido en aumento. Ojalá en Wanderers tengan claro si éste es el camino, porque el club está en condiciones de entregar jóvenes para el primer equipo. Creo que se está trabajando bien y si bien el proceso es complicado, pienso que saldremos fortalecidos de este momento.

Los referentes

- Llama la atención que en el plantel actual no hay jugadores como Moisés Villarroel o Jorge Ormeño. De hecho el capitán, Gabriel Castellón, apenas tiene 23 años.

- Pero no olvidemos que Gabriel (Castellón) es seleccionado, Oscar (Opazo) es seleccionado…Nos gustaría tener mucho más gente, como en el 2001, cuando teníamos a siete seleccionados chilenos en el plantel, pero creo que lo están haciendo bien, por algo han sido nominados y ojalá que los resultados vengan, de eso no tengo dudas, porque vivo el día a día de lo que hace el primer equipo. Hay que tener un poco de paciencia. Estoy convencido que en un año y medio o dos, Wanderers será como las Chivas de México, que juega sólo con futbolistas formados en casa. Esperemos que el futuro sea más promisorio con un título o la clasificación a un torneo internacional.

- Pese a que usted tiene pasos por equipos importantes como Nacional de Montevideo o Colo Colo, da la impresión que el club que marcó su carrera es Wanderers.

- Es así, quiero mucho a este club, y le debo mucho también. En este momento, que no ha sido fácil en mi vida, Wanderers me abrió las puertas, me dio la posibilidad de revalidar mi título. Espero poder devolverle al menos un poco de lo que me ha brindado este año sobre todo, estoy feliz y disfruto todos los días que vengo a Mantagua, espero seguir aprendiendo de los valiosos profesionales que hay en las cadetes.

- Se siente un ídolo en Valparaíso.

- No, yo sólo me siento querido por la gente. Siempre he dicho que Wanderers tiene tres ídolos, Juan Olivares, Moisés Villarroel y David Pizarro, por lo que hizo en el mundo. Yo soy un jugador que tuvo la fortuna de estar en un equipo extraordinario como el del 2001, y andar bien. Idolo es Moisés (Villarroel), que vino en un momento complicado de la institución, el mismo Juanito (Olivares) y Pizarro, más allá que su salida no fue la que hubiéramos querido todos, pero creo que para mí en el podio están ellos tres.

A quince años del 2001

- Este año se cumplieron quince años desde el título del 2001. ¿Cómo ve en perspectiva esa temporada, hay algo que no se haya dicho de ese equipo?

- Hubo muchas cosas que no se dijeron, como por ejemplo que varios en el equipo tenían problemas personales, me pasó a mí con mi hijo Mateo, y sentí el apoyo de todos mis compañeros y el cuerpo técnico. No sólo pasó conmigo, sino con otros, y eso nos hizo fuertes sobre todo en los últimos diez partidos, cuando todos apostaban porque nos íbamos a caer. También nos sacaron a Jorge Garcés para que fuera a dirigir a la Selección Chilena, él no venía todos los días a entrenar, y eso nos hizo unirnos, día a día no perdíamos el foco de clasificar a un torneo internacional y luego en los últimos cuatro partidos lograr el título.

- Cuál fue el partido más importante de esa campaña.

- Hubo uno en que la pasamos muy mal, contra Unión Española en Sausalito. Sufrimos mucho y ganamos en el último minuto con gol de Joel Soto, después en el camarín tuvimos una charla, porque sentimos que nos habíamos relajado. Si bien todos los partidos después de ese fueron muy difíciles, ya sabíamos que no nos podíamos relajar.

- ¿Hay algún secreto de esa temporada que hoy se pueda contar?

- Muchos secretos, pero que se puedan contar… La cábala que teníamos se relacionaba con mi poca fluidez para hablar, dicen que soy tartamudo, pero no lo soy, y había una canción que hacía referencia a las personas que hablamos así. La cábala era que esa canción sonara antes de ir al calentamiento. Hubo un partido en Playa Ancha, el último, en que llegamos un poco atrasados por un accidente y la charla tuvo que ser en el camarín y no en el hotel. Nos cambiamos, íbamos a la cancha, pero tuvimos que volver al vestuario porque no habíamos escuchado la canción. Hay muchas anécdotas más, pero esas no se pueden contar.

"Siempre he dicho que Wanderers tiene tres ídolos, Juan Olivares, Moisés Villarroel y David Pizarro, por lo que hizo en el mundo. Yo soy un jugador que tuvo la fortuna de estar en un equipo extraordinario como el del 2001, y andar bien""

"Desde mi experiencia, sería bueno que los chicos tuvieran jugadores de experiencia al lado, para ir aprendiendo, como en su momento estaba Moisés (Villarroel), Jorge Ormeño, Jaime Riveros. Pero lo de hoy es lo que hay, es lo que el club está en condiciones de brindar""