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Obras de piedra de escultor porteño conviven con el océano en espacios públicos en Francia

DEDICACIÓN. Mauricio Arancibia, oriundo de Playa Ancha, estudió en la Escuela de Bellas Artes y vive de su creación.
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Rosa Zamora

Debe ser uno de los pocos chilenos con esculturas en espacios públicos en Europa. Se trata de Mauricio Arancibia Cortez (40), porteño criado en el límite entre Playa Ancha y Cordillera que reside desde 2004 en Saint-Gilles-Croix-de-Vie, una apacible y pequeña ciudad costera ubicada en el oeste de Francia, donde vive de su arte y donde se instaló tras pasar por La Rochelle y quedarse cinco años en Marsella.

Formado en la Escuela de Bellas Artes de Valparaíso, de la que recuerda especialmente las enseñanzas del profesor Henry Serrano, Mauricio formó familia en Francia con Marion Lorne, con quien tiene un hijo de seis años, Lorenz, y ahora vino a pasar las fiestas de fin de año con sus padres.

Su primer encargo en suelo galo procedió del alcalde Patrick Nayl, quien conoció su carpeta de trabajos y al percatarse de que su material era la piedra, no tardó en encomendarle un conjunto de figuras de granito para el paseo costero Marie de Beaucaire.

Lo que hizo el artista chileno fue una familia de cuatro jaibas que se hallan perfectamente bien instaladas en el paisaje del bordemar.

Máximo desafío

La obra llamó la atención a los integrantes de la asociación La Concorde, que le pidió un monumento en recuerdo de marinos y navegantes que han perecido en el océano, de quienes Saint-Gilles-Croix-de-Vie lleva registro desde 1880.

Fue un encargo y un desafío mayor, pues tuvo que trabajar sobre un bloque de nueve toneladas de mármol rojo procedente del sur de Francia, hasta llegar a la monumental figura de dos metros de alto desde cuya base marcada por una proa y la turgencia del oleaje emerge la figura de un marino custodiada por un faro.

Mauricio dice que el diseño fluyó naturalmente desde el corazón de su identidad porteña y su profundo amor por el mar, que lo han llevado a vivir siempre en zonas costeras, como Saint-Gilles-Croix-de-Vie, "una pequeña ciudad que se parece mucho a Cartagena en el sentido que durante el año somos no más de 20 mil personas, pero en el verano la población se eleva a 60 mil".

El monumento quedó en la plaza Loic-du-Rosto, en la entrada del puerto. Fue inaugurado el 13 de octubre de 2013, con presencia de autoridades locales, de La Concorde y personeros navales de rango nacional. Y al igual que lo ocurrido con la familia de jaibas, tuvo amplia cobertura mediática.

"el arte es trabajo"

Mauricio Arancibia tiene taller en Francia y cuando no está ejecutando encargos como los descritos se aboca a sus propias creaciones de piedra, que ha mostrado en diversas exposiciones en diferentes ciudades y también vendido a particulares.

"Mis planes son seguir con mi taller en Francia, pero también formar uno en Chile, de manera de poder pasar tiempo y trabajar en las dos partes. Yo soy escultor a tiempo completo. El arte es un trabajo".