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Formación de especialistas

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La investigación y los estudios sobre los efectos de las ondas de choque en odontología que dirige la directora de la especialidad de Endodoncia de la Facultad de Odontología de la UV, Alicia Caro, aún no han concluido, pero los resultados preliminares apuntan a que sería una alternativa de tratamiento para enfermedades bucales tales como: periodontitis, inflamaciones crónicas, lesiones de huesos maxilares y periimplantitis, entre otras. Para aplicar las ondas de choque los profesionales deben estar certificados a través de un curso que está dirigido a médicos y que recién a partir de 2016 incorporó a odontólogos. "Tenemos que avanzar no sólo en tratamientos sino en la formación de especialistas, ya que sólo así podremos consolidar la aplicación de las ondas de choque en Chile en el ámbito de la odontología", asegura la cirujano-dentista.

Ondas para eliminar cálculos renales apoyan regeneración de tejidos bucales

ALCANCES. Es un procedimiento relativamente nuevo en el mundo, pero en Valparaíso ya hay estudios avanzados. Su aplicación es menos costosa e invasiva que los tratamientos convencionales.
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¿Sabía usted que las denominadas "ondas de choque" que se utilizan en los procedimientos de litotricia para pulverizar cálculos renales o destruir piedras en la vesícula sirven también para regenerar tejidos en los dientes y la boca?

Se trata de una técnica que en medicina se aplica hace más de 40 años, pero que en odontología recién está siendo estudiada e implementada a nivel mundial, con resultados especialmente positivos en el campo de la implantología.

En nuestro país, desde mediados de 2015, un equipo de ocho profesionales liderado por el traumatólogo y vicepresidente de la Asociación Chilena para el Tratamiento con Ondas de Choque, Leopoldo Parada, se encuentra investigando en esa línea y ya ha empezado a demostrar que es una alternativa efectiva y menos costosa e invasiva que los tratamientos con láser y las cirugías destinadas a promover la neovascularización y el aumento de la masa ósea en la cavidad oral.

Estudio pionero

En esa investigación desempeña un papel fundamental la cirujano-dentista, académica y directora del programa de especialidad en Endodoncia de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso, Alicia Caro, quien junto a un grupo de colaboradores y docentes de ese plantel inició una serie de estudios y desde octubre de 2016 lleva adelante un plan piloto único a nivel mundial para probar que la terapia de regeneración dentaria en dientes adultos es acelerada y favorecida si se aplican ondas de choque.

"Otros estudios han indagado sobre los efectos de esta terapia en la regeneración de tejido óseo en los maxilares. Lo que nosotros hacemos es evaluar cómo influye la aplicación de este tipo de pulsos en personas con lesiones en los huesos maxilares o escaso tejido óseo y que requieren mejorar su condición para, con posterioridad, colocarse un implante, por ejemplo. Los resultados preliminares han sido positivos. Los cambios son notorios tras algunas semanas, pero seguimos monitoreando y analizando a cada paciente, con el objeto de llegar a conocer -en detalle- cuál es el verdadero alcance de este procedimiento, que es distinto a los que en la actualidad se realizan con láser o mediante cirugía. En traumatología ya está probada la respuesta favorable de los huesos ante este tipo de ondas, por lo que no tendría por qué ser diferente en odontología", explica la dentista de la UV.

Pulsos curativos

Las ondas de choque son pulsos o vibraciones de alta frecuencia, de características ultrasónicas y variada intensidad, que son transmitidas por un objeto o medio físico y que al desplazarse transportan energía.

En el ámbito de la medicina estas ondas comenzaron a ser utilizadas a partir de 1980, en Alemania, con el exclusivo fin de pulverizar cálculos renales. Sin embargo, en 1986, se descubrió -por casualidad- que al atravesar ciertos tejidos del cuerpo humano éstas no sólo no los destruían, sino que, por el contrario, ayudaban a consolidar fracturas y a cicatrizar heridas.

Desde entonces, su aplicación se extendió gradualmente a la ortopedia, traumatología e incluso a la kinesiología, al quedar demostrada su capacidad para generar respuestas biológicas positivas en tendones y huesos dañados, ya no por la vía mecánica, como hasta entonces se conocía en urología, sino por efectos de la presión que también éstas pueden ejercer. Esto dio origen a lo que hoy se denomina como litotricia extracorpórea.

Dos décadas después las ondas de choque probaron ser igual de eficaces en la regeneración de tejido blando cardiaco, luego de que diversas investigaciones realizadas en centros médicos de Europa y Estados Unidos demostraron que era capaces de estimular la formación de nuevos vasos sanguíneos, recreando así el proceso natural de reparación de heridas del cuerpo humano.

Ventajas

En el área odontológica las ondas de choque se aplican directamente al maxilar o a través de las mejillas, por lo que es un procedimiento indoloro y no invasivo.

Pese a que su utilización en esta disciplina es mucho más reciente que en medicina, los estudios realizados hasta la fecha han contribuido a ampliar sus beneficios de manera acelerada, al punto que ya se están recomendando para tratar periodontitis o enfermedades de las encías y para acelerar la regeneración y la circulación sanguínea luego de una cirugía bucomaxilofacial compleja.

"En endodoncia, específicamente, las ondas de choque se están aplicando para favorecer los procesos de regeneración pulpar, cuando el nervio del diente muere y se necesita realizar un tratamiento de conducto. Es decir, en vez de colocar un relleno inerte en la cavidad afectada, como la clásica gutapercha, lo que ahora se puede hacer es recuperar el tejido dañado, para que así el paciente pueda volver a tener sensibilidad en ese diente, a partir de un nuevo tejido", precisa la doctora Alicia Caro.

La gran ventaja de este procedimiento es que logra un sellado apical natural y no genera riesgo de rechazo por parte del sistema inmune ni respuestas inflamatorias crónicas como reacción al cuerpo extraño, puesto que es un tejido natural y generado por el propio paciente.

Alicia Caro Molina,

cirujano-dentista. Jefa de la cátedra y la especialidad de Endodoncia de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.