Ingeniero aprovecha la crisis del cobre para dedicarse a la producción de cerveza artesanal
VILLA ALEMANA. Iván González trabaja en faenas en el norte. Sin embargo, frente al bajo crecimiento de la empleabilidad, decidió retomar un viejo pasatiempo y construyó un taller en el patio de su casa.
En el lado norte de Villa Alemana, a pasos del centro comercial de la comuna y en medio de una zona residencial se ubica la microcervecería Maloik, que le debe su nombre al tradicional signo de una mano cornuda que se relaciona con la música rock y metal (ver foto).
RETOMAR LA EXPERIENCIA
En pleno condominio, el ingenierio industrial y ahora productor cervecero, Iván González, decidió inmiscuirse en este mundo aquejado de la situación económica y laboral que afecta al país, sobre todo en el sector de la construcción -ligado fuertemente a la minería y energía-, que es en el cual se desempeña hasta ahora.
"Viendo y sufriendo con las contingencias nacionales -bajo crecimiento y empleo-, y en lo personal con una inestabilidad laboral que hasta hoy se vive, decidí retomar aquella experiencia cervecera", comentó el ingenierio desde su taller, de poco más de 20 metros cuadrados de superficie.
Años atrás, en medio del auge que tuvo la cerveza artesanal en el país, junto con un grupo de amigos González decidió realizar un curso en Santiago para la fabricación del producto en casa. "Salimos con la convicción de que no era tan difícil y lo podríamos hacer juntos", recuerda, por lo que compraron un equipo para la elaboración de 20 litros.
Sin embargo, las primeras preparaciones no tuvieron el resultado que esperaban. Y sumado a la poca coincidencia que tenían en los tiempos (Iván trabaja con turnos en el norte y sus amigos son de Santiago), decidieron no continuar con la iniciativa. Hasta ahora.
Fuente laboral
A mediados de 2015, el ingeniero comercial decidió retomar la actividad, pero esta vez para siempre. "Mi proyección es empezar a trabajar de manera más constante, y en uno o dos años dedicarme completamente a esto", dice González.
Para ello, presentó hace unos seis meses la documentación en la Municipalidad de Villa Alemana para poder obtener la patente de alcohol. Luego de ello iniciará los trámites para la obtención de la resolución sanitaria por parte del Ministerio de Salud.
Hasta ahora, González ha producido cerca de 1.200 litros de cerveza artesanal, de cuatro variedades: Stout (6,7°), Red Ale (6,2°), American Ipa (6,3°) y Pilsen (6,5°), aunque sólo se las puede ofrecer a sus amistades, quienes se han convertido en sus principales catadores. Según comentó, cada dos semanas logra preparar entre 100 y 200 litros.
Insumos naturales
Para continuar preparándose a futuro, el ingeniero ya comenzó a afianzar su relación con los proveedores. "La mayoría de los insumos los compro en Viña del Mar, que son importados desde la propia Alemania. Cabe destacar que en el proceso sólo se utilizan insumos naturales. Nada de químicos ni de aditivos extras", comentó González, quien rememoró sus primeros pasos en la producción.
"Empecé a elaborar las cervezas con recetas de internet, y con harta prueba y error. Al principio me explotaron algunas botellas y te reconozco: quedaban malísimas. El curso te enseña a cómo hacerlas, pero no a que te queden ricas. Al final llegué a un sabor que a varios les ha gustado. He tenido buena retroalimentación", observa.