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EUNACOM: ¿Dónde está el problema?

La aprobación del EUNACOM debiera ser una exigencia para trabajar tanto en el ámbito público como privado... es garantía de calidad profesional
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La cifra aún resuena. De los 2 mil 642 médicos titulados en el extranjero que dieron el EUNACOM, Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina, 1934 lo reprobaron, es decir un 73,2%. De éstos, 277, que tenían pendiente desde 2014 la rendición del examen, tendrán que dejar de ejercer en el sector público, donde actualmente ocupan una importante cantidad de plazas laborales.

Es así como en el año 2014 de los 881 médicos extranjeros que trabajaban en la atención primaria, 270 dejaron el sistema, 334 aprobaron y 277 quedaron "pendientes", mismos que ahora son parte de esta alta tasa de reprobación de profesionales extranjeros, los que, si bien quedan inhabilitados para trabajar en el sistema público, pueden seguir ejerciendo en sus consultas privadas.

El EUNACOM, según la Ley 20.261, es de carácter obligatorio para todas las personas extranjeras y nacionales que hayan estudiado medicina y que deseen trabajar en cualquier centro de salud estatal. El instrumento fue ideado por la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech), en principio para los médicos formados en Chile, con el fin de resguardar que todos los médicos que trabajaran en nuestro país tuvieran una formación de calidad similar.

¿Dónde está el problema, entonces, del ahora temido examen? En primer término, en ningún caso se puede acusar de discriminación hacia los médicos extranjeros, ya que la evaluación es similar para los nacionales, otorgándoles las mismas condiciones y posibilidades de desarrollo.

Lo cierto es que la dificultad radica en la formación académica entre los distintos países, la cual es necesario homologar para ejercer como médico en el sistema de salud público chileno.

Para lograr la aprobación del EUNACOM los médicos que actualmente trabajan en atención primaria tuvieron dos años para prepararse, según la Ley Miscelánea aprobada el año 2014, pero no contaron con la autorización de sus empleadores (en su mayoría municipios) para disponer de horas de estudio, participación en congresos, seminarios, cursos y reuniones clínicas en los servicios de salud. Lamentablemente, dada la disímil realidad de las municipalidades a lo largo de nuestro país, la mayoría de los profesionales no ha accedido a esas posibilidades, redundando en los penosos resultados demostrados.

Esta es una razón más para propiciar la desmunicipalización de los consultorios y crear servicios de salud regionales descentralizados que administren la atención primaria, debidamente coordinados con la atención secundaria y terciaria, de modo que estos médicos sean parte de los servicios de salud y tengan posibilidades reales de rotación, capacitación y educación continua.

Finalmente, la aprobación del EUNACOM debiera ser una exigencia para trabajar tanto en el ámbito público como privado, ya que es una garantía explícita de calidad profesional. Y pese a que la disposición legal solo lo establece para el mundo público, ello debiera corregirse en el futuro en beneficio de nuestros usuarios, familias y comunidades.

Dr. Patricio Silva Rojas

Decano de la Facultad de Salud, Universidad Central

Las lecciones de un triste enero

El 2014 Valparaíso vivió una tragedia, en abril, de grandes magnitudes. Hoy ocurre una situación similar en el sur del país. Ojalá que las promesas de hoy sí se cumplan. Las lecciones vividas en las emergencias deben servir para mejorar la institucionalidad de la Onemi y destinarle los recursos necesarios para su mejor operación.
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No fue un enero normal, más bien bastante atípico, triste. Sólo basta recordar que el segundo día del mes, un incendio arrasó con más de 300 casas en la parte alta de Valparaíso (sector de Puertas Negras) y, cuando febrero ya se acercaba, otro siniestro forestal genera uno de los desastres más grandes que haya conocido el país en las últimas décadas con más de 1.600 viviendas destruidas por el paso de las llamas, una decena de fallecidos y tres regiones afectadas. Incluido la desaparición total del pueblo Santa Olga, quizás la imagen más clara de estos primeros 30 días de 2017.

Sin embargo, y mirando este escenario por un lado más positivo, varias son las lecciones que se han sacado de este trágico comienzo de año, y una de ellas -quizás la más importante- es la necesidad de contar con una mejor institucionalidad de emergencia dirigida a perfeccionar el funcionamiento de la Onemi y la entrega de recursos para una mejor operatividad. Incluso, la Presidenta Bachelet ya informó de que se trabajará en un proyecto de ley para enviar al Congreso.

Lamentablemente, lo ocurrido el 2014, al parecer, no fue suficiente para provocar estos anuncios que vemos hoy. Ese año, en abril, Valparaíso sufrió uno de los incendios más grandes que se haya tenido registro con casi 3.000 damnificados y daños en varios cerros. Tan grande fue el siniestro que tres años después, aún no finaliza la reconstrucción y todavía quedan algunas familias con bonos de arriendo por no tener una solución de vivienda definitiva. En esa oportunidad, quizás, también habrían sido útiles el "Elvis" y el "Luchín".

La necesidad de modificar la operatividad de Onemi es urgente. Una institución que por años, pese a la importancia que reviste para un país con terremotos, tsunamis erupción de volcanes e incendios, ha sufrido por la escasez de recursos y la incapacidad operativa debido a su orgánica interna, y que ha destacado en su rendimiento sólo gracias a la capacidad de sus funcionarios y el sacrificio que realizan para enfrentar los distintos desastres.

Necesario es que esta Oficina tenga un carácter mayor dentro del extenso organigrama de la administración del Estado y con facultades suficientes de reacción independiente frente a hechos que conmocionan a todo un país. Además, obvio está, debe contar con una glosa presupuestaria que implique disponer con los recursos necesarios, incluso para prestar ayuda a otras países cuando éstos soliciten cooperación tal como lo ha hecho hoy Chile.

Las lecciones de lo ocurrido el 2014 y este enero están a la vista. No se requiere ni siquiera un análisis acabado o encargar estudios. La palabra ahora la tienen el poder Ejecutivo y Legislativo. Ojalá en la próxima emergencia no tengamos que estar hablando de lo mismo.

Los Rulos: el momento de la verdad

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Este lunes 6 de febrero, será un día clave para la historia de la comuna. Después de varios años y un sinfín de etapas, documentos y argumentos a favor y en contra, se votará en la Intendencia la construcción o rechazo de la Termoeléctrica Los Rulos. Una votación donde toman parte el Intendente Gabriel Aldoney y parte de su gabinete e instituciones gubernamentales.

Nuestra posición con respecto a esa iniciativa ha sido clara desde el primer momento. Nos hemos opuesto en todos los términos posibles a la instalación de la termoeléctrica que a nuestro parecer es perjudicial para el medio ambiente y los habitantes de Limache. Para ello, hemos presentado a las instancias correspondientes nuestras observaciones en más de una oportunidad, en línea además con las objeciones de las seremis de Salud y Medio Ambiente, quienes han evaluado negativamente este proyecto.

Dentro de nuestros argumentos, hemos señalado que el proceso ha cometido ilegalidades, toda vez que el SEA no recogió las opiniones de Salud y Medioambiente de término anticipado del proyecto, de acuerdo a sus propias guías vinculantes para evaluación; las compensaciones de aire no aseguran ninguna efectividad; y faltó convocar a municipios relevantes e igualmente afectados, como lo son Concón y Puchuncaví.

En cuatro oportunidades, esta administración ofició al SEA para que sea retirado el proyecto de la termoeléctrica. El 24 de marzo de 2015 manifestamos nuestra inconformidad con la iniciativa; el 8 de abril del mismo año, observamos nuestros reparos por falta de información relevante y esencial; el 10 de julio de 2016, debido a que el proyecto ha incurrido en una serie de ilegalidades; y nuevamente el 27 de julio por recurrir en ilegalidades manifiestas e incumplir con la normativa vigente.

A pesar de todos estos elementos, el Servicio de Evaluación Ambiental recomendó favorablemente la Termoeléctrica Los Rulos, sometiéndolo ahora a la voluntad y decisión política del Gobierno Regional.

Al igual que otras autoridades comunales, me llama la atención los plazos que ha utilizado el SEA para someter a votación del proyecto energético, justo cuando los seremos titulares de Salud y Medioambiente se encuentran haciendo uso de sus feriados legales. Una curiosa casualidad, pero donde no me cabe duda que seguirán en línea con lo ya expuesto en documentos anteriores, manifestándose de manera negativa al proyecto.

Hoy el destino medioambiental de Limache queda en manos del Intendente Regional, un hombre que se ha criado y vive en nuestra comuna. Él conoce de cerca la realidad de nuestra tierra, de sus hombres, mujeres, niños y adultos mayores, por lo que apelamos al buen criterio de nuestras autoridades regionales, en cuanto a que este proyecto no sólo es negativo para la comunidad, la flora y la fauna de la comuna, sino además puedan conocer de las irregularidades que ha tenido la iniciativa y por ende, rechazarla.

Como administración, hemos hecho todo lo posible y lo que está a nuestro alcance, para que la termoeléctrica no se instale en Limache. Hace poco menos de un mes, el propio Gabinete Regional rechazó un proyecto similar en La Ligua. Hoy es el momento de demostrar la preocupación que tiene el Gobierno por preservar nuestro ambiente y pensar en el legado que le estamos dejando a las futuras generaciones.

Daniel Morales Espíndola

Alcalde de Limache