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Dos cervezas y un vino al menú

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Gonzalo Maturana H.

El piloto viñamarino Pablo Quintanilla ya piensa en sus próximos desafíos. El Dakar 2017 quedó en el pasado para él y ahora va por el Campeonato Mundial de Rally Cross Country, donde defenderá el título ganado el año pasado. Pero antes se toma un descanso, disfrutando del lanzamiento de dos cervezas artesanales en el restaurant familiar "El Rincón de Greda", ubicado en Viña del Mar y que es supervisado por Rodrigo, el mayor de sus hermanos.

"La cabeza del restaurant es mi hermano, él fue el de la idea de recuperar un poco de historia y sabores chilenos, la tradición, y entregarle una experiencia diferente a las personas que vienen al restaurant y, como vemos a diario, el tránsito de turistas es impotante. Por la ubicación y la región donde está, era una muy buena idea y hasta el momento ha tenido un crecimiento ascendente, así que estamos súper contentos, porque finalmente es algo familiar", cuenta con orgullo "Quintafondo".

- Entonces, además del deporte, también le gusta la gastronomía.

- La gastronomía es algo que me gusta mucho. Me gusta el deporte, pero también, como hobby en cierta manera, la gastronomía, cocinar y estar metido ahí.

- Respecto al deporte, ¿cómo se sintió antes de que comenzara el Dakar 2017?

- Tienes una tensión de saber que estás corriendo un Dakar, la carrera más difícil del mundo, la más importante, donde hay 700 pilotos participando, 100 canales de televisión transmitiendo y miles de periodistas. Antes de partir, te das cuenta que estás en un campamento con una caravana de más de tres mil personas, algo realmente grande. Eso ya te genera una tensión adicional a la que significa tener la presión de estar corriendo, sobre todo cuando estás en un equipo oficial, donde tienes que rendir y, en mi caso, venía de haber salido campeón del mundo, había mucha expectativa. Por otra parte, me sentía bien, con muchas ganas, había tenido un año muy positivo, había avanzado mucho y había logrado uno de mis máximos sueños, que era ser campeón del mundo. Me sentía bien y cuando tienes un poco de experiencia en el Dakar, empiezas a gestionar la carrera de mejor manera.

- Iba muy bien en la carrera, escoltando al ganador Sam Sunderland. Sin embargo, en la décima etapa tuvo que abandonar el Dakar por lesión, ¿en qué momento se dio cuenta que quedó fuera de competencia?

-En el helicóptero hubo un lapso de como una hora que estuve perdido, hasta que llegamos al Aeródromo de Cachi, cerca de San Juan, y ahí recién asimilé que me había caído, había quedado fuera de carrera y que el Dakar se había acabado para mí. La caída no fue lo más doloroso, sino que la frustración de quedar fuera, haber estado tan cerca de la punta, haber hecho una muy buena carrera y haber cometido un solo error que me dejó fuera.

- Debe ser difícil levantarse de un golpe así.

- Es difícil, pero he aprendido con el tiempo. No es la primera vez que me pasa y tamoco será la última. Siempre hay que lidiar mucho con la tolerancia a la frustración cuando eres deportista y eso es algo que he aprendido. Tuve mi duelo, me frustré, incluso lloré, me dio pena, y no sé por qué, pero siempre que me ha pasado algo así, me genera una energía adicional de querer volver más fuerte y siento que será así. Fue un tropiezo, un mal momento en mi carrera, pero no me hace dudar de mi capacidad y del buen trabajo que vengo haciendo hace años. Es así el deporte, son carreras y cosas que pueden pasar, sobre todo en la categoría elite del Dakar que vamos adelante, porque vamos al límite. Finalmente, nosotros corremos mayor riesgo que todos los pilotos porque somos los que vamos abriendo pista, los que vamos más rápido. Lo tomo como una experiencia, soy súper autrocrítico después de cada carrera, me gusta analizar en profundidad lo que hago y las cosas que podría cambiar. Ahí hice eso, saqué lo bueno, lo malo y siento que de este error aprendí y seguramente me veré enfrentado a la misma situación en el futuro.

- ¿Tiene sed de revancha?

- Sí, eso es lo que más tengo. Te dan ganas de que haya un Dakar en dos semanas más y volver a correr, pero hay que esperar un año. Lo bueno es que estoy corriendo todos los años, estoy todo el año a full carrera y parto con el campeonato del mundo a fin de marzo, entonces es algo que te motiva, de querer llegar bien a la primera carrera, en forma, sintiéndote bien sobre la moto y entrenando con hartos kilómetros.

- En marzo comienza el campeonato del mundo, ¿apuesta a revalidar el título del 2016?

- Ese es mi objetivo, revalidar el título. Tengo la suerte de que estoy corriendo todos los años con los mismos pilotos que corro el Dakar, entonces es un muy buen entrenamiento porque te van midiendo en todas las carreras cómo está tu ritmo, tu resistencia y tu navegación. El nivel es igual de exigente o quizás más, y como son carreras más de sprint, más cortas, arriesgamos un poco más de lo que se arriesga en el Dakar.

- ¿Entonces ya dio vuelta la página del Dakar?

- Sí, totalmente. El Dakar ya fue para mí y ya estoy mirando mi próxima carrera. Este sería mi tercer año en el Campeonato del Mundo y siempre es bueno haber corrido una carrera que se hace todos los años. Tienes una ventaja, porque ya tienes la experiencia de cómo es.

- Ya mencionó su gusto por la gastronomía, ¿ve como opción seguir con eso cuando se retire?

- Sí, yo lo veo como algo que me gustaría hacer. O sea, me encanta lo que hago, mi deporte, y me gustaría seguir ligado a lo que estoy haciendo, quizás con clínicas. Me gustaría poder ayudar a los pilotos y a las generaciones futuras, siento que tengo una responsabilidad de ser un ejemplo a seguir en el deporte, donde hay niños que te ven y les gustaría estar en tu posición, y uno tiene que dar un empujón para decirles que sí se puede. Por más lejos que estemos, cuando trabajas de manera responsable y lo deseas, se puede lograr. Por otro lado, está el tema de la gastronomía, que es algo que me gustaría explotar cuando tenga más tiempo.

Chavelita y Criolla son los nombres de las dos cervezas artesanales que fueron lanzadas la semana pasada en "El Rincón de Greda". Mientras la primera es liviana y refrescante, la otra es tipo belga y más fuerte. En tanto, el vino lanzado se llama Las Raíces de Greda. "Ya cumplimos nuestros objetivos de posicionar la marca y el restaurant, así que ahora estamos en el proyecto de la cervecería y fomentar a los cerveceros artesanales, que hay muchos en la zona", cuenta Rodrigo Quintanilla, encargado del local, quien inaugurará una cervecería el 23 de febrero en el mismo local ubicado en Avenida San Martín.

"Mi objetivo es revalidar el título mundial. Tengo la suerte de que estoy corriendo todos los años con los mismos pilotos que corro el Dakar, entonces es un muy buen entrenamiento porque te van midiendo"