Hoy en día, entre las primeras imágenes que una persona tiene de sí misma figura la radiografía de pelvis que suele ser tomada a los tres meses de vida para pesquisar una eventual displasia de cadera, alteración que de no detectarse ni tratarse en forma oportuna por lo general evoluciona a su grado más severo o luxación, para causar discapacidad física importante.
Este procedimiento forma parte de la imagenología, disciplina que refiere al conjunto de técnicas y procesos utilizados para captar imágenes del cuerpo humano, o partes de él, con el propósito de detectar y evaluar posibles enfermedades.
A ésta también pertenecen la radiología digital, mamografía, hemodinamia, resonancia magnética, medicina nuclear, radioterapia y el escáner, que son los más conocidos y constituyen un pilar fundamental de apoyo al diagnóstico y tratamiento de diversas patologías que afectan tanto a hombres como a mujeres.
Labor complementaria
Estos exámenes permiten tener una visión detallada de las estructuras y alteraciones del cuerpo humano gracias a la utilización de modernos equipos. Las imágenes que estos captan son luego analizadas por médicos radiólogos, que son los responsables de elevar los informes pertinentes.
Sin embargo, en la mayoría de los países con alto nivel de desarrollo, y también en Chile, el profesional encargado de la realización de estas técnicas y de orientar los protocolos definidos para cada una de ellas es el tecnólogo médico, el cual realiza una labor silenciosa y muchas veces poco conocida.
"En otras palabras, en este campo intervienen profesionales que se complementan. Mientras el médico tratante solicita el examen o imagen, el tecnólogo se ocupa de su realización y el radiólogo es el que informa", explica Claudio Cuéllar Fritis, jefe de la mención Imagenología y Física Médica de la Escuela Tecnología Médica de la Universidad de Valparaíso.
Factor radiación
La mayoría de los equipos que se utilizan para capturar imágenes clínicas del cuerpo humano emite radiación. Por eso, una de las responsabilidades claves del tecnólogo médico es impartir las dosis adecuadas de la misma en los exámenes, las que siempre se deben justificar bajo la premisa de que el beneficio del paciente debe ser mayor al riesgo inherente al uso de elementos ionizantes.
Un dato relevante al respecto es que cerca del 80% de la dosis de radiación de origen artificial que recibe una persona promedio durante su vida tiene su origen en procedimientos médicos.
"En este contexto, es fundamental que el profesional cuente con sólidos conocimientos en dosimetría, de manera que en cada procedimiento que realiza aplique el principio de ALARA, sigla que en inglés significa 'As low as reasonably achievable' y que en castellano equivale a decir 'Tan bajo como sea razonablemente posible'", precisa el académico de la UV.
Si bien se debe generar conciencia acerca de la utilización de radiaciones ionizantes en la realización de exámenes radiológicos, con consideraciones tan cotidianas como, por ejemplo, informar al personal de imagenología acerca de casos de embarazo -situación que restringe el uso de equipos ionizantes, dependiendo del tipo de examen y las dosis a impartir- o de pacientes con potenciales reacciones adversas a ciertos procedimientos imagenológicos, el tecnólogo Claudio Cuéllar asegura que la población debe tener la tranquilidad de que existen diversas investigaciones con evidencia relevante sobre los efectos potenciales y la seguridad clínica de los mismos.
Idoneidad
Por lo anterior, el especialista de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad de Valparaíso afirma que no se debe crear una psicosis colectiva respecto de este tema, sino más bien de preocuparse de que los encargados de los procedimientos sean profesionales idóneos.
"En la medida que se incremente la confianza de los usuarios respecto a la utilidad de las técnicas de radiodiagnóstico, sumado ello a la posibilidad de utilizar otras técnicas que no incluyan radiación ionizante, tales como la ecografía y la resonancia magnética, es que se podrá cumplir con las diferentes estrategias de seguimiento en el diagnóstico precoz y tratamiento efectivo de las diferentes patologías que afectan a la comunidad", sentencia Claudio Cuéllar.
En efecto, conocida es la necesidad de practicar controles mamográficos periódicos a pacientes de sexo femenino, ya que la Guía Clínica del Ministerio de Salud ubica al cáncer de mama en el segundo lugar entre las causas de muerte de mujeres en Chile. Asimismo, están los casos de pesquisa de displasia de cadera en recién nacidos, donde datos de esa misma guía especifican que la incidencia varía entre 1,5 a 20,7 por cada mil nacidos vivos.
De ahí la importancia que tiene la imagenología en el ámbito de la prevención en salud, ya que permite advertir de la aparición y desarrollo de enfermedades como estas, que pueden afectar drásticamente el normal curso de la vida de una persona.
para la salud y el rol que en ella cumple el tecnólogo médico
Mención
El plan de estudio de la mención Imagenología y Física Médica que imparte la Escuela de Tecnología Médica de la UV incluye asignaturas como Anatomía, Fisiología, Fisiopatología y las de carácter técnico-profesional, que en conjunto con la de Protección radiológica y dosimetría" (a cargo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear), permiten que los futuros profesionales cuenten con las competencias necesarias para orientar los diferentes protocolos de exámenes según el diagnóstico por el cual se solicitan. Esto permite optimizar los tiempos de atención de pacientes y realizar procedimientos adecuados que eviten la repetición innecesaria de exámenes, disminuyendo así las dosis de radiación que se imparten a diario en los distintos centros de atención de salud.
Claudio Cuéllar Fritis,
jefe mención Imagenología y Física Médica de la Escuela Tecnología Médica de la Universidad de Valparaíso.