"Las personas transgénero no provocamos daño, queremos ser felices como cualquiera"
Es una de las académicas más destacadas de la prestigiosa Universidad Técnica Federico Santa María, donde cursó sus estudios y hoy es jefa de carrera de Ingeniería Civil Química y, además, hace clases en Ingeniería Civil Ambiental. Aldonza Jaques nació como Alonso y así se fue a estudiar una pasantía y luego un doctorado a la Universidad de Nevada, en Estados Unidos, donde decidió hacer su transición, regresando a Chile como mujer, lo que sólo le falta refrendar en el Registro Civil.
Es separada y actualmente vive con su novia lesbiana en Valparaíso, a quien conoció después de su transición. "Estamos juntas hace ya más de un año, y tenemos planes de casarnos pronto", adelantó.
Para Aldonza, "la ley Zamudio cambió mucho las cosas acá en Chile, porque aunque moralmente pueda ser objetable criticar, censurar o discriminar a un sector de la población, si hay una ley que eso lo castiga, ya no lo van a hacer. Por un lado fue triste que hayamos tenido que llegar a eso en Chile, pero por otro lado es bueno ver que tenemos un respaldo legal y la gente que tiene otros valores o perspectivas, por muy erróneos que sean, se tiene que adaptar; no vamos a pedir que cambien, pero sí se tienen que adaptar".
- ¿Cómo surgió la decisión de cambiarse de sexo?
- En realidad no fue un asunto muy brusco ni que de un día para otro haya pensado "quiero dejar de ser Alonso y empezar a ser Aldonza". Más que nada, me empecé a preguntar ¿por qué no? y ahí ya estaba en un punto en que sentía que si no lo hacía me iba a arrepentir, y estaba en un punto de la vida donde, por una parte, ya había conseguido varios logros profesionales, personales, me había desarrollado como persona y podía completar esto, que estaba en uno de los puntos más altos de mis necesidades para ser feliz.
- ¿Cómo la recibieron sus estudiantes cuando volvió con una nueva identidad?
- Afortunadamente el Departamento de Ingeniería Química y Ambiental me apoyó con la opción de tomar un año para tener una pasantía en el extranjero, donde no solamente colaboré con la Universidad de Nevada, sino también aproveché de hacer los procedimientos médicos para realizar el cambio de género, entonces no fue tan brusco como que de un día para otro haya desaparecido Alonso y haya llegado Aldonza. He recibido mucho cariño de los estudiantes, algunos han sido muy vocales en expresar el cariño que me tienen y la admiración. Afortunadamente siento que ya una vez que mi transición se instaló socialmente en la universidad, los alumnos me ven como la profesora que soy, buena para algunas cosas, un poco pesada para otras.
- La gran mayoría de los alumnos de la USM son hombres ¿no ha sufrido comentarios o actitudes machistas?
- Directamente no, afortunadamente muchos colegas me han mostrado mucho cariño y apoyo. Lo que sí sentía es que había mucha ignorancia, porque no sabían cómo reaccionar ni sabían, por ejemplo, qué pronombre ocupar, no puedo decir que fueron todos, pero la gran mayoría fue así y durante un tiempo muchos no supieron cómo reaccionar, pero ahora está todo tan aceptado que ya no ven una diferencia.
-¿Y en el aspecto legal, hizo el cambio de nombre en el Registro Civil?
-Aunque se puede hacer el cambio en el Registro Civil, es por vía de juzgado y toma tiempo y dinero, es un poco injusto que solamente la gente que pueda invertir en eso pueda cambiarse de nombre y no todas las personas que se identifican con otro género lo puedan hacer. Por eso mi abogada ha estado atenta a la ley de identidad de género, que todavía sigue en tramitación y han surgido muchas trabas. Un poco para visualizar el tema de la identidad de género no he querido hacer el cambio legal, pero ya el tema se está haciendo tan frustrante, que voy a tener que actuar en ese aspecto.
- ¿Por qué le ha traído problemas o situaciones incómodas?
- Sí, me ha traído algunas incomodidades, sobre todo cuando la gente, muy cortésmente, está condicionada a chequear el carnet y dependiendo del nombre define el pronombre, él o ella, don o doña, entonces esas han sido las incomodidades. Como buena parte de mi vida he sido Alonso, no me afecta tanto, pero a la gente que quiero sí noto que le afecta.
-Lo lógico sería pensar que la transición a ser mujer era porque buscaba una pareja hombre, pero sigue con una pareja mujer...
- Porque me gustan las mujeres. Existen dos cosas: la identidad de género y la expresión de género, esos dos son algunos de los aspectos que definen cómo nos manejamos en la sociedad, entonces como expresión de género yo me identifico como mujer. Como orientación sexual a mí me gustan las mujeres y me siento contenta y realizada teniendo mi pareja de sexo femenino. Eso sorprendió mucho a varios de mis colegas y a varios de mis amigos que me preguntaban por qué, si me gustan las chicas no mantenerme como Alonso, que era mucho más fácil para salir con chicas, pero en realidad en la parte de expresión de género era difícil combinarla manteniendo una identidad de Alonso, y ahora como Aldonza soy muy feliz y encontré una mujer que está contenta siendo pareja mía.
- ¿Cómo ve a la sociedad chilena, ha avanzado en la no discriminación?
- Me llama la atención cómo ha sido la evolución en Chile. Cuando yo estaba estudiando acá en la universidad había compañeros que no eran heteronormativos y estaban muy metidos en el clóset. Hoy día es reconfortante ver que hay gente en el estudiantado que es abiertamente homosexual y no tiene la necesidad de refugiarse o de mantenerse en privado. En los aspectos en que yo interactúo con la sociedad, la gente que es muy conservadora siento que a lo mejor no va a poder cambiar sus puntos de vista, pero sí se pueden adaptar y saber que van a tener que tratar con personas que expresen su orientación sexual y su expresión de género abiertamente.
- Pero sigue habiendo casos como el de un juez que fue demandado por un grupo conservador por autorizar el cambio de nombre de una niña de 5 años...
-Exacto, o por ejemplo, que en la comisión que está analizando la identidad de género se colocó que la familia -padre o hermanos- puedan objetar el cambio de género y de nombre de una persona. Esas cosas me parecen un freno grande, o sea, qué tal si sale la ley de identidad de género y me identifico como Aldonza, y gente de mi círculo, puede objetar o interferir... Están empoderando a la gente que puede causarnos daño, y nosotros las personas transgénero, hombre o mujer transgénero, no causamos daño, queremos ser felices como cualquier persona, y no somos diferentes. Entonces ¿por qué no dejarnos ser felices?
- ¿Cómo ve la perspectiva que pudiera salir un candidato conservador, como Piñera, que ya dijo que la familia debe ser un padre y una madre hombre y mujer?
- Es triste, y el único modo en que podemos reaccionar, siento que es visibilizarnos, dejar el tema tan en la cotidianidad que las personas sientan que no es una diferencia. En algún momento se objetaron en algunos países los matrimonios interraciales o, incluso, hay gente que argumenta sobre personas de distintas castas sociales, entonces, ante perspectivas tan anacrónicas como ésas, ¿qué podemos hacer las personas trans?: mostrarnos que somos personas como cualquier otra, no les vamos a causar daño, no queremos imponer nuestro estilo de vida, sólo queremos vivir nuestra vida y ser felices.
"Un poco para visualizar el tema de la identidad de género no he querido hacer el cambio legal (de nombre), pero ya el tema se está haciendo tan frustrante, que voy a tener que actuar en ese aspecto""
"El único modo en que podemos reaccionar, siento que es visibilizarnos, dejar el tema tan en la cotidianidad que las personas sientan que no es una diferencia" "La ley Zamudio cambió mucho las cosas, porque aunque moralmente pueda ser objetable discriminar a un sector de la población, si hay una ley que eso lo castiga, ya no lo van a hacer""