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Francisco en Chile

Las miradas del mundo estarán puestas en Chile, así como las expectativas que se generarán por las eventuales declaraciones que Francisco pueda hacer.
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El Papa Francisco visitará Chile en enero 2018, así fue confirmada esta información por Santiago Silva, presidente de la Conferencia Episcopal y el Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. La visita se concretará entre el 15 y el 18 de enero de 2018 y en ella el Sumo Pontífice visitará las ciudades de Iquique, Santiago y Temuco. Fue el propio Francisco quien eligió las localidades en las que estará durante su estadía en nuestro país.

Esta visita es particularmente importante para Chile. En primer lugar, la visita de Francisco es importante para la Iglesia Católica chilena. Después de momentos complejos vividos por ésta por casos de pedofilia o encubrimiento de estos casos, la presencia de Francisco con todo su carisma será utilizada para intentar reencantar (por así decirlo) a miles de cristianos que han perdido la confianza en la Iglesia Católica. Por otro lado, para los miles de católicos que con rectitud de intención se han mantenido fieles a su fe a pesar de todas las vicisitudes de su Iglesia es un verdadero hito estar tan cerca del Papa y escuchar su mensaje.

En segundo lugar lo es desde un punto de vista político, porque el Papa es una figura mundial relevante. Durante cuatro días las miradas del mundo estarán puestas en Chile, así como las expectativas que se generarán por las eventuales declaraciones que Francisco pueda hacer en relación con importantes temas como son la salida al mar de Bolivia, la migración o el aborto. No serán pocos los observadores interesados en utilizar lo que el Papa pueda señalar sobre éstos u otros temas para reafirmar sus posiciones.

Especial interés ha generado la decisión de Francisco de visitar la Araucanía. No son pocas las hipótesis que se barajan para determinar cuáles son las intenciones del Sumo Pontífice tras esta decisión y cuáles serán las consecuencias de esta visita. Como sea, consideramos que no es casualidad que Francisco haya incluido Temuco en su agenda. Creo que esta visita implica un mensaje para el Estado de Chile, mensaje que dice relación con la necesidad de buscar soluciones concretas a un conflicto bajo una perspectiva de respeto entre todas las partes involucradas.

Creo que el Papa hará un serio llamado al Estado de Chile y a nuestra sociedad en general a no estigmatizar ni criminalizar a todo el pueblo mapuche por las acciones de unos pocos y a trabajar seriamente en reconocer reivindicaciones históricas.

Finalmente, vale la pena destacar la elección de la Presidenta Michelle Bachelet de Benito Baranda como coordinador de la visita del Papa Francisco a Chile, quien deberá trabajar junto al periodista Javier Peralta y el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Fernando Ramos.

Destaca la figura de Aranda, por todos reconocida tras su paso como director nacional social del Hogar de Cristo y hoy como director de América Solidaria, y más aún por su permanente preocupación por los temas país que lo han hecho participar en el Panel Expertos de la encuesta Casen y como miembro del consejo asesor presidencial Anticorrupción y del Consejo Ciudadano de Observadores para la Nueva Constitución.

Jorge Astudillo

Profesor Derecho Constitucional, UNAB

Lenguaje general

El lenguaje generalista es un medio de manipular a los ciudadanos y a los votantes
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La observación del lenguaje oral y escrito en uso permite concluir que una de sus características es la generalidad de la expresión. Ello produce tal pluralidad de interpretaciones en el lector u oyente que, en realidad, podría hablarse de equivocidad y aun de ambigüedad.

Me limitaré a ofrecer algunos ejemplos. Sobre todo la prensa de Nueva York y Washington ha sostenido que Rusia intervino cibernéticamente en las elecciones de los EE.UU. que dio por vencedor a Trump. Es curioso que todos den por verdad tal afirmación. Pero nadie ha podido aportar pruebas de la veracidad -o evidencias como suelen decir los que no pueden hablar sin adoptar anglicismos, como es "evidency" traducido al castellano, en la cual lengua "evidencia" significa algo distinto a prueba- ni ha podido decir en qué habría consistido la intervención. A mí que la haya habido o no me es indiferente, pero si la hubo preferiría saber cómo fue, para formarme una opinión con pleno conocimiento de causa. ¿Es que los ingenieros rusos añadieron votos electrónicos a los resultados de las cédulas o papeletas marcados por los ciudadanos? En este caso, si yo fuera estadounidense, me preocuparía más de la mala calidad del sistema electoral del país. ¿O es que dichos ingenieros pusieron en circulación mensajes comprometedores para la Clinton y así influir en los electores? Caso en el cual yo exigiría investigar el contenido de esos mensajes para encausar a la Clinton, si procediere. Pero de la verdadera consistencia de la supuesta intervención nadie dice nada.

Otro ejemplo es un informe publicado en cierto diario de Nueva York en donde se denuncia un espionaje a periodistas. ¿Prueba? No hay ¿Quiénes fueron los espiados? No se dice. ¿Quién espió y cómo? Ni hablar. ¿Para quién? Silencio. Pero ya todos dan por un hecho verdadero que hubo espionaje.

El lenguaje generalista es un medio de manipular a los ciudadanos y a los votantes. Su represión no debería ser considerada como un atentado a la libertad de opinión ni a la de la prensa, porque quien sólo opina y no afirma, debe advertirlo y si en realidad afirma, debe probar los hechos que afirma; la actitud contraria es mentira.

Es lamentable que en estos vicios incurran no sólo los periódicos, sino también los políticos, cuyo discurso generalista, y, por ende, equívoco y ambiguo es cotidiano. He oído afirmar que Chile es el país más desigualitario del mundo; pero esa afirmación no se especifica en algún punto de desigualdad -y dejo a un lado la discusión sobre la idea de igualdad o desigualdad manejada- y es tan absoluta que según, eso, Chile sería más desigualitario que, por ejemplo, la India, en donde existen, de hecho, ya sé que no más legalmente, las castas.

La misma crítica puede hacerse a ciertas frases que funcionan como premisas del discurso político (lo cual evita demostrar y reflexionar). Por ejemplo, que tal es un derecho social, sin que alguien sepa qué es un derecho social, ni cuáles serían ellos, ni en qué sentido lo son (porque, según se mire, todos los derechos son sociales). Lo propio cabe decir de la difundida expresión "derechos humanos", en la cual no se sabe si se incluye o no a la propiedad, entre otras muchas cosas que alguien podría sostener que son derechos.

Alejandro Guzmán Brito Catedrático de universidad, abogado

Somos la Región de Valparaíso (II parte)

Emociona saber del nivel de compromiso, trabajo y devoción por la zona que existe en la que, por lejos, es la mejor esquina del mundo para vivir. Si se consigue aunar una suerte dehumusde creatividad, determinación y mancomunión de esfuerzos, la Región de Valparaíso está condenada al éxito.
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Cuesta a ratos calibrar la verdadera misión que tiene un periódico de la trascendencia e historia de El Mercurio de Valparaíso, más allá de la evidente responsabilidad informativa y de objetividad que puede -y debe- exigírsele a un medio de comunicación que, sin ir más lejos, en septiembre cumple 190 años de vida, reforzando su característica de ser el periódico más antiguo en lengua hispana del mundo desde su fundación, un no tan lejano 12 de septiembre de 1827, en los albores de la República.

Pero esta semana se publicó una exploratoria editorial, surgida a partir de una conversación informal con la directora de Imagen de Chile, Myriam Gómez, en torno al trabajo y la búsqueda de una imagen consensuada, inspiradora y atractiva que consiguiera interpretar el nuevo rostro de la Región de Valparaíso, aquella que no se agota en los cerros de Valparaíso, las playas de Viña del Mar o las viñas de Casablanca. Por lo mismo, resultó más que grata la amplia respuesta obtenida, con las generosas ofertas de sumarse a esta cruzada por parte de diversas instituciones, tales como la citada Imagen de Chile (por intermedio de la ya nombrada Myriam Gómez), la Cámara Regional de Comercio de Valparaíso y la Fundación P!ensa (Pier-Paolo Zacarelli), la Cámara de Comercio y Turismo de Viña del Mar (Rodrigo Rozas), Corfo (Gianni Rivera) y también su programa Valparaíso Creativo (Cristóbal Almagia), a la par con entes académicos como la Universidad Santo Tomás y el Instituto Confucio (Magdalena Hermann) y la Universidad Nacional Andrés Bello (Jorge Martínez), además de la sorprendente Liga Marítima (Miguel Ángel Vergara) y la Municipalidad de Concón (Óscar Sumonte). Súmense todos lo que faltan y quieran participar, porque nadie está de más en esta aventura.

El brainstorming hecho hasta el minuto sugiere cuatro pilares principales: Turismo, Economía, Cultura e Innovación, los que pueden agrupar dentro de sí múltiples dimensiones, tales como el deporte, la inversión extranjera directa (IED), el patrimonio y tantas más, amplificando su base opinante (y, a la vez, validante) a las estructuras territoriales de toda la región.

Tal esfuerzo colaborativo, que El Mercurio de Valparaíso está orgulloso de liderar, debiera sí o sí terminar en algo más que una carpeta de conclusiones o propuestas guardadas en un perdido cajón de la burocracia nacional, sino en un compromiso de todas las partes para instalar la imagen región -con sus estándares de calidad y promesas adquiridas- en todo Chile, América Latina y el mundo.

El camino, claro está, será largo y no exento de tropiezos, complicaciones y batallas perdidas. Pero si se consigue aunar, de la forma que fuere, una suerte de humus regional de creatividad, determinación y mancomunión de esfuerzos, la Región de Valparaíso, sus bases, sus industrias, sus ideas, sus lecturas, sus sueños y su gente están (por qué no, estamos) indefectiblemente condenados al éxito.