Juan Carlos Moreno A.
Santiago Román tiene 38 años y desde hace tres practica el rugby en silla de ruedas. Contador de profesión, es también el presidente del Club Deportivo Huracanes, la primera institución de esta disciplina paralímpica en la V Región, la que tras seis meses desde su conformación ya tiene personalidad jurídica y cuenta con la activa participación de entre 12 y 15 jugadores, quienes por estas horas se preparan para participar, de manera inédita, en el próximo Nacional a desarrollarse entre el 11 y 13 de agosto en la cancha del Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) en Santiago.
Las palabras de Román están llenas de ilusión y optimismo, dejando atrás la tetraplejia que padece luego de haber sufrido un duro accidente en el año 2001 ("me tiré mal un piquero", recuerda con una tranquilidad que no deja de llamar la atención).
"He dejado mi mente y mis ruedas en este proyecto", insiste, esperanzado porque el club logre afianzarse en el tiempo, superando las dificultades que evidentemente se presentarán en el camino.
Y es que más allá de la ausencia de las sillas de ruedas acondicionadas para la disciplina o los problemas para el traslado hasta el gimnasio de la Universidad Viña del Mar, en donde una vez a la semana entrenan con especial pasión, no hay duda que se trata de una actividad que permite a quienes la practican mejorar su independencia respecto de una serie de situaciones del día a día.
"Este es un tema súper potente … son lesiones medulares, gente con discapacidad importante, dependientes y que si no realizan actividad física se atrofian, pierden su musculatura y empiezan a tener muchos más problemas", explica Felipe Herrera, académico de la carrera de kinesiología en la UVM y que lidera un grupo colegas y alumnos que se han puesto a disposición del club para ayudarlos en su no siempre fácil transitar.
"El deporte genera la independencia, la que es vital en su proceso de recuperación", insiste Herrera, sumándose al staff el técnico Héctor Figueroa, quien también es alumno de la casa de estudios cuya casa central se encuentra en el sector de Rodelillo.
Nueva experiencia
Santiago Román se entusiasma con lo que será la participación del Club Deportivo Huracanes en el próximo Nacional de rugby en silla de ruedas.
"No tenemos las sillas de rueda adaptadas, pero nos las van a prestar en Santiago.... la verdad es que vamos con muchas ganas porque nos va a servir de experiencia", señala el jugador y dirigente, reconociendo que "no es lo mismo jugar que entrenar, ver las equivocaciones y ciertamente, otro nivel de competencia".
En el torneo participarán cuatro instituciones, dos de Santiago, una proveniente de Temuco y el representativo de la V Región.
"Para nosotros es un orgullo llegar a esta instancia", insiste Román, mientras Felipe Herrera no deja de elogiar el entusiasmo con que cada uno de los miembros de la agrupación tomó este desafío.
"Para cada uno de ellos no es fácil el traslado, pero dan muestra de una enorme grandeza y deseos de salir adelante", sostiene el profesional, recordando que el rugby en silla de ruedas lo practican personas con dificultades en sus cuatro extremidades, o sea, tetrapléjicos (con lesiones cervicales), con distrofia muscular o amputados de brazos y piernas.
Y ciertamente que durante la conversación es fácil darse cuenta que más allá del deporte, la disciplina va mucho más allá.
"Es tanto lo que se puede rescatar de cada uno de quienes practican el rugby en silla de ruedas: Las personas sacan fuerza, potencia y mentalmente te liberas... se dan cuenta que se puede avanzar", sostiene Santiago Román: "En un momento sólo se ve a dos metros cuadrados, pero luego se ve el patio, toda la hectárea y te das cuenta que se pueden hacer cosas.... uno queda agradecido de haber conocido este deporte porque te hace volar"
"Este es un tema súper potente… son lesiones medulares, gente con discapacidad importante, dependientes y que si no realizan actividad física se atrofian, pierden su musculatura y empiezan a tener muchos más problemas"
Felipe Herrera, Profesor de la UVM"
Un deporte paralímpico desde Atlanta 1996
El rugby en silla de ruedas es una disciplina paralímpica desde Atlanta 1996, pero solo en Sidney 2000 se disputaron medallas.
En lo deportivo, los partidos se juegan en una cancha de básquetbol y el balón es muy similar al que se utiliza en el vóleibol, dividiéndose los partidos en cuatro tiempos de ocho minutos cada uno, deteniéndose el cronómetro cada vez que la pelota sale o se comete falta.
Los atletas pueden llevar la pelota en las piernas, rebotarlo o pasarlo. Cada jugador tiene la posesión del balón por tiempo indeterminado, pero tendrá que rebotarlo por lo menos una vez a cada diez segundos. El equipo con posesión del balón no puede tardar más de 12 segundos para entrar en el campo del oponente, y tiene 40 segundos para finalizar la jugada.
El objetivo del rugby en silla de ruedas es marcar gol en la línea de fondo del campo, entre dos conos verticales. Sin embargo, es necesario cruzar la línea adversaria con las dos ruedas de la silla.
de agosto se disputará en el Centro de Entrenamiento Olímpico el Nacional de rugby en silla de ruedas. 11-13
jugadores entrenan semanalmente en el gimnasio de la UVM como parte del club Huracanes. 12-15
el año en que el rugby en silla de ruedas pasó a ser una disciplina paralímpica en los juegos de Atlanta. 1996