El apagón que afectó a Santiago, puso al alcalde Lavín nuevamente en el mapa político nacional. Su desempeño en la crisis fue bien evaluado, por haber estado encima del problema y hacerse parte de los reclamos contra la empresa eléctrica. Como esto ocurrió en la zona oriente de la capital, el apagón tuvo repercusiones nacionales y muchos vieron en el desempeño de Lavín, la resurrección de un político retirado.
Lo cierto es que las ideas de Lavín nunca desaparecieron. Por el contrario, su famoso "cosismo" se ha masificado en los últimos años, claro que con otro discurso. En vez de hablar de los "problemas reales de la gente", la versión 2.0 se viste de un maquillaje más progresista y complejizado, con conceptos como urbanismo "táctico", "la batalla por la calle" o la movilidad sustentable.
Pero el trasfondo es el mismo: resolver problemas complejos con soluciones simples, ejecutadas en un tiempo breve y pocos recursos. Un ejemplo emblemático fueron las playas y canchas sky que levantó Lavín en la ribera del Mapocho cuando fue alcalde de Santiago. En vez de impulsar un parque, el exalcalde resolvió el problema con camionadas de arena o nieve traída de los centros invernales, más quitasoles, salvavidas tipo Baywatch y acalorados perros San Bernardo.
El cosismo 2.0 tuvo su cumbre en un seminario organizado por la Cámara Chilena de la Construcción en junio de este año, con la presentación de la norteamericana Janette Sadik-Kahn que fue la encargada del transporte del municipio de Nueva York durante la alcaldía de Michael Bloomberg, entre 2007 y 2013.
En una cautivante presentación, Janette Sadik-Kahn nos mostró que en la ciudad más admirada del mundo era posible implementar la doctrina Lavín: cambios supuestamente importantes en plazos breves y de poco costo. Su estrategia era simple y motivadora: recuperar la calle para las personas, fomentar el uso de buses y bicicletas y hacerlo pintando aceras de colores, sacando autos con señaléticas y mimos, agrandando veredas o ciclovías. Muchas ciclovías
En su apasionada charla Sadik-Kahn omitió tres cuestiones centrales. La primera es que el gobierno de Nueva York tiene, sólo para temas de ciudad, un presupuesto equivalente al del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo para todo Chile. Por lo tanto lo del "bajo costo" era bien relativo si consideramos todo lo que se invierte en la Gran Manzana.
Lo segundo es que allá existe descentralización. El alcalde de Nueva York gobierna un territorio de 8,4 millones de habitantes y tiene a su cargo temas clave como el transporte, la planificación urbana, los parques o la policía. Ello permite alinear acciones y moverse rápido sin esperar la venia y recursos de varios ministerios como ocurre en los municipios y gobiernos regionales de Chile.
La tercera y más relevante omisión fue explicar que estas medidas de corto plazo y baja inversión se sostienen en un plan de largo alcance en una ciudad repleta de atributos que fueron concebidos e implementados, sobre la base de antiguas políticas de planificación, como es el caso de lo hecho por Robert Moses.
El plan de Bloomberg fue más ambicioso aún. Cambió la normativa territorial (zonning) en un tercio de la ciudad para aumentar la construcción en altura y crear viviendas de interés social. Además reimpulsó el exitoso proceso de apertura del borde costero iniciado en los 70, agregando decenas de hectáreas de parques y paseos, con un diseño pensado para el cambio climático. También proyectó nuevas líneas de metro, trenes y tranvías para conectar los cinco distritos, y un gran plan de reconversión de los antiguos patios ferroviarios del "Hudson Yards" con nuevos museos, tiendas, centros culturales, oficinas y departamentos.
Con esta descripción no pretendemos minimizar el aporte de Sadik-Kahn en hacer más grata la ciudad para peatones y ciclistas. Pero es importante alertar el riesgo de idealizar este nuevo "cosismo" con planes de bajo presupuesto que funcionan en barrios con muchos atributos, que no es donde vive la mayor parte de la población de clase media o segmentos vulnerables. Esto puede ser incluso regresivo para el área metropolitana del Gran Valparaiso, con fuertes necesidades de infraestructura, vivienda social, obras de mitigación ambiental y reactivación de barrios deteriorados.
Tampoco podemos omitir el marco institucional. Sin una alcaldía poderosa como la de Nueva York es poco lo que lograremos en Chile, incluso en proyectos que colindan con el cosismo, como repavimentar la Avenida España, una tarea que lleva años de espera y proyectos fallidos.
*Iván Poduje C. y
Marcelo Ruiz F.
* Integrantes Corporación Metropolítica