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Analistas financieros no comparten optimismo fiscal de Mauricio Macri

ARGENTINA. Con miras a los comicios parlamentarios de octubre próximo, el Ejecutivo argentino informó que el décifit del país llegó a 1,5% del PIB en el primer semestre.
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En plena campaña para las elecciones del Parlamento argentino, a realizarse en octubre, el Gobierno de Mauricio Macri celebró el cumplimiento de su meta fiscal para la primera mitad del año, diciendo que "antes de los comicios vamos a tener la inflación más baja en siete años". Sin embargo, de acuerdo a expertos trasandinos, ese logro se debió en gran medida a ingresos extraordinarios, y aseguran que las cuentas públicas del país aún distan de presentar un superávit.

El Ejecutivo informó que el déficit primario -el que no tiene en cuenta los pagos de intereses de deuda- acumulado en el primer semestre fue 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), mejor que su objetivo previsto del 2%.

No obstante, analistas advierten que no hay muchos fundamentos para el optimismo fiscal, en parte por el carácter extraordinario de parte de los ingresos obtenidos en la primera mitad del año y porque la meta fiscal no es, a su criterio, muy exigente.

La consultora privada trasandian, Economía y Regiones, explicó en un informe citado por la agencia de noticias EFE, que estas cifras se deben a que las metas de déficit fijadas por el Gobierno son "muy poco ambiciosas", lo que se suma a que gran parte de los ingresos procedieron del blanqueo que llevó a cabo el Ejecutivo, los cuales "son por una única vez y no estarán más de aquí en adelante".

De acuerdo a los cálculos de la empresa de asesoría Ecolatina, en torno al 16% del incremento de la recaudación del primer semestre correspondió a los ingresos extraordinarios por la amnistía fiscal, sin la cual el balance de las cuentas públicas habría arrojado para la primera mitad del año un déficit primario equivalente al 2,5% del PIB.

A diferencia del año pasado, cuando "el mal desempeño de los impuestos fue generalizado", los analistas de Ecolatina aprecian ahora distintas "velocidades" en el sistema tributario, lo que refleja "la heterogeneidad de la recuperación económica".

Mercado

Mientras los impuestos asociados al empleo y al consumo son en la actualidad "más dinámicos", los tributos que provienen del comercio exterior (la estabilidad del dólar favoreció a las importaciones en detrimento de las exportaciones) y del impuesto a las ganancias (el Gobierno decidió disminuir este gravamen) cayeron.

La consultora argentina Analytica apuntó que el repunte de los ingresos también tiene que ver con el crecimiento de la actividad, tras el mal desempeño de la economía en 2016.

La oficina cree que la evolución positiva actual es sostenible porque, tras los próximos comicios, el Ejecutivo probablemente vuelva a apostar por nuevos ajustes que apuntalen la estabilidad fiscal.

Sobre la meta anual para 2017, fijada en 4,2 %, el consenso de los analistas prevé que el desequilibrio en las cuentas públicas se sitúe por debajo de ese nivel a fin de año.

Las metas fiscales de Macri son de un déficit de 3,2% del PIB para 2018 y también con signo negativo (-2,2 %) para 2019.

Cifras argentinas

Devaluación

Cepal publicó un informe que señala una contracción en Argentina por la devaluación del peso en 2015.

Exportaciones

Se vieron afectadas por la aplicación de una política monetaria restrictiva.

Protección social

Expandir la protección social no alcanzó para revertir la recesión en el consumo.

Ingresos públicos

El déficit fiscal aumentó en 2016 por la reducción de los ingresos públicos (-10%).

Reducción de subsidios

La reducción de subsidios subió la inflación, de 26,5% en 2015, a 41% en 2016.

del incremento en las arcas fiscales corresponde a la amnistía aplicada a las industrias, según Ecolatina. 16%

del PIB es la meta en la deuda estatal fijada por el Gobierno de Mauricio Macri para 2017. 4,2%

Enel prevé cerrar todas sus plantas termoeléctricas en menos de 20 años

MEDIOAMBIENTE. La medida obedece a los resultados obtenidos mediante el uso de fuentes de energía renovables.
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El director general de la empresa energética italiana Enel, Francesco Starace, afirmó que el grupo con presencia en Chile prevé cerrar todas sus instalaciones termoeléctricas en menos de 20 años, en torno a 2035, dados los satisfactorios reportes de las centrales de energía renovable.

"Enel está capacitada para cerrar su parque termoeléctrico en menos de 20 años, en torno a 2035", afirmó Starace al diario especializado Il Sole 24 Ore.

El ejecutivo recordó que Enel se planteó "la emisión cero" de gases contaminantes a la atmósfera en sus objetivos para 2050, pero "muy probablemente se logrará esa meta antes".

"Enel Green Power ha construido un modelo de negocios que este año permitirá instalar 2.500 megavatios (MW) de potencia. Un récord anual que ninguna otra compañía en el mundo puede alcanzar. Nuestro grupo tiene en funcionamiento 48 mil MW de generación convencional", apuntó.

Rentabilidad

Starace reconoció que el objetivo de cerrar el parque termoeléctrico fue por motivos medioambientales pero también económicos: "Está empezando a ser más conveniente construir nuevas instalaciones que utilicen energías renovables, que mantener en actividad plantas termoeléctricas cuya inversión ya ha sido amortizada".

El directivo consideró que el mundo globalizado camina hacia "un horizonte de sustitución de la energía convencional por la renovable", un escenario positivo que permitirá "reducir las emisiones" contaminantes a la atmósfera.

"Por esta razón creo que los objetivos del Acuerdo del Clima de París se alcanzarán con antelación, tanto es así que pronto no será necesario marcarse metas para disminuir la emisión de CO2 a la atmósfera", opinó.

Termoeléctricas en chile

Enel cuenta con once plantas termoeléctricas en Chile, las que generan electricidad en base a combustibles fósiles, por lo cual sus emanaciones son ampliamente medidas.

Estas operaciones en suelo nacional son Tarapacá, en la Región de Arica y Parinacota; Atacama y Taltal, en Antofagasta; Diego de Almagro y Huasco TG y a vapor, en Atacama; Quintero y San Isidro I y II, en Valparaíso; junto a Bocamina I y II, en Biobío, según informa la página web de la filial chilena de la compañía, que reporta la calidad del aire cada una hora.