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La Sociedad Chilena de Infectología busca el desarrollo científico de la especialidad, fomentar estudios e investigaciones, facilitar el intercambio de conocimiento entre profesionales nacionales y extranjeros, contribuir a la difusión de materias de interés y de progresos en el área y asesorar a las Instituciones que lo soliciten.

http://www.sochinf.cl/portal/


Especialidad

La Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso imparte la especialidad de Infectología en Adultos, la cual conjuga investigación, gestión, docencia y extensión. El programa considera campos clínicos en el Hospital Carlos Van Buren y Hospital Naval, en la V Región, y en el Hospital Militar de Santiago.

http://postgradomedicina.uv.cl/

en la web

¿Qué tan grave y contagiosa es la lepra?

REALIDAD. Pese a su fama de plaga bíblica, el también llamado "Mal de Hansen" es en la actualidad una infección de muy difícil contagio y en gran medida curable, si se la trata a tiempo.
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Dos mil años antes de Cristo, textos hindúes-védicos advertían de un severo e incurable mal ocasionado por manchas blancas en la piel que terminaba por desfigurar horriblemente a las personas que lo padecían. Algunos historiadores creen incluso que éste dio origen a la casta de los intocables, la división social más baja que existió en la India hasta bien avanzado el siglo XX.

Una enfermedad similar aparece citada varias veces en diversos textos hebreos posteriores y, también, en el Antiguo Testamento de la Biblia. De hecho, el libro del Éxodo relata que el profeta Moisés dijo a los egipcios que sobre ellos recaería una peste capaz de avergonzarlos y mutilarlos si el faraón no liberaba de su yugo a los israelitas.

Durante las centurias posteriores, diversas culturas occidentales y orientales registraron del mismo modo la existencia de personas convertidas en parias por padecer "aberrantes estigmas cutáneos", que en la actualidad asociamos y conocemos con el nombre de lepra.

En Chile, los registros sobre la lepra se remontan recién a 1889, año en que hubo un brote de esta enfermedad en Isla de Pascua, posiblemente proveniente de Tahiti. Pero en la década de 1920 se creó allí un sanatorio y se logró controlar la crisis.

A nivel del territorio continental, nuestro país registra hasta hoy muy pocos casos. De hecho, los tres que fueron confirmados esta semana por el Ministerio de Salud, los cuales desataron preocupación entre la población, corresponden a personas llegadas del extranjero que al arribar a suelo nacional ya portaban este mal. Tras ser diagnosticadas, todas ellas se encuentran "controladas" y bajo tratamiento, lo que les asegura una pronta recuperación y una vida normal.

¿Pero cómo es posible eso? ¿Acaso no estamos hablando de la misma enfermedad que antaño condenó a miles de personas a morir desfiguradas y en la más absoluta soledad? ¿Qué tan peligrosa y contagiosa es entonces la lepra?

Descubrimiento

Desde el punto de vista científico, la lepra fue descubierta en 1874 por el médico noruego Gerhard Armauer Hansen. De ahí que en tiempos modernos reciba el nombre de "Mal de Hansen".

Este médico notó que una bacteria (bacilo) que el mismo llamó Mycobacterium leprae era la causante de provocar una lenta pero sistemática infección capaz de generar horribles llagas o grandes úlceras a la piel de las personas que la contraían, comprometiendo incluso otros tejidos adyacentes.

En un comienzo, al no haber un tratamiento o cura definidos para ella -y tal como aconteció en la antigüedad-, los pacientes simplemente eran separados del resto de la población, para evitar que su aparición se extendiera, y condenados la mayoría de las veces a morir solos y humillados, apenas atendidos por personas caritativas, mientras sufrían sus devastadores y visibles efectos.

Sin embargo, desde entonces las cosas han cambiado, como dice el doctor Rodrigo Cruz Choappa, infectólogo del Hospital Carlos van Buren y director del Departamento de Micología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Este último afirma que en el presente la lepra es considerada una infección de muy difícil contagio y en gran medida curable, si se la trata en su fase inicial. "Su transmisión ocurre mediante gotitas, es decir por secreciones nasales o por la saliva. Su período de incubación es larguísimo, ya que en general pueden pasar entre cinco a 20 años para que se manifieste, por lo que su contagio se produce al tener contacto estrecho y prolongado con alguien infectado", precisa el especialista.

En cuanto a sus síntomas, estos suelen presentarse en la forma de lesiones hipopigmentadas o descoloridas; abultamientos, grosor o rigidez en la piel; sequedad, entumecimiento o dolor en las áreas afectadas; debilidad muscular o parálisis, nervios engrosados (especialmente cerca de codos y rodillas) y, a veces, hemorragias nasales y ulceraciones en manos o pies.

"Las zonas del cuerpo que son principalmente afectadas son generalmente la piel, nervios periféricos y también puede comprometer mucosas", sentencia el doctor Cruz.

Con el avance de la enfermedad, y sin el tratamiento adecuado, la persona contagiada puede ir perdiendo sensibilidad e incluso perder extremidades. "Pero esto se da en casos extremos, cuando la persona no ha sido tratada o diagnosticada", explica el infectólogo de la UV.

Tratamientos

Cuando la lepra es tratada en forma adecuada y oportuna no tiene por qué generar mayores problemas al paciente.

Pese a que en nuestro país no hay mucha experiencia con esta infección, sí existen y están disponibles los medicamentos que se administran para combatirla.

"La lepra se trata con antibacterianos (drogas como la rifampicina, dapsona y clofazimina), que están disponibles en Chile, por lo que si se presenta un caso podemos tratarlo en la mayoría de los hospitales y centros de salud de alta complejidad", asegura el doctor Rodrigo Cruz.


Mitos y verdades de esta antigua enfermedad

¿Qué tan común es?

Según la Organización Mundial de la Salud, en la actualidad la prevalencia de la lepra es de 0,2 casos por cada 10 mil habitantes. En 2015 se registraron tan solo 177 mil en el mundo, de los cuales la mayor parte se concentró en países o regiones extremadamente pobres o cuya geografía (con selvas, pantanos, etcétera) favorece el desarrollo de la bacteria que la causa. En Chile, la lepra es una enfermedad de notificación obligatoria, si bien desde hace años que no se ha registrado un caso de contagio autóctono en su territorio continental, pero debido al aumento del tránsito de personas, es probable que a partir de ahora el número de casos diagnosticados, vinculados de preferencia a extranjeros recién llegados al país, aumente. "Pese a ello, llamo a la población a no alarmarse, porque ésta ya no es una enfermedad grave o que pueda generar un problema mayor de salud pública", reitera el doctor Rodrigo Cruz.

vida y salud

Dr. Rodrigo Cruz Choappa,

médico infectólogo. Docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.