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ENTREVISTA. Aldo Cornejo, diputado (DC) disecciona el escenario político del falangismo y de la coalición oficialista:

"En esta crisis ha impactado mucho el tonelaje de los dirigentes de los otros partidos de la NM"

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Paola Passig

No hay peligro de división. Con esta tesis el diputado Aldo Cornejo echa por tierra los vaticinios de analistas y dirigentes políticos que pregonan la diáspora de militantes o, incluso, la muerte lenta del falangismo en un proceso parecido a lo que le ocurrió al radicalismo.

Y aunque las aguas están más calmas tras la crisis de la junta nacional del 29 de julio, lo cierto es que el parlamentario cree que todas las diferencias, discrepancias y sensibilidades que hay en la tienda deberán discutirse después de la elección presidencial. Hasta entonces sugiere trabajar en la campaña presidencial y tender puentes para un acuerdo en segunda vuelta.

-¿Cómo están los ánimos al interior del PDC?

-Yo creo que el tema que ocurrió en la junta, desde el punto de vista formal, está superado. No tiene mucho sentido seguir dándole más vueltas, ni haciendo interpretaciones de lo que allí ocurrió. Lo que corresponde ahora es que la DC apriete los dientes y se ponga a trabajar en la campaña presidencial y parlamentaria. Ahora, eso no significa dejar de reconocer que después de las elecciones deberá haber un debate serio, respetuoso y profundo respecto de las cosas que resultan fundamentales para el rol de la DC en el futuro del país. Sobre las diferencias que tenemos en algunos aspectos de la economía, del domicilio político del partido. Creo que a la DC hay que ponerla al día.

-¿A través de un congreso ideológico como han propuesto algunos dirigentes históricos?

-No sé si lo mejor es un congreso ideológico. Pero sí puede ser la culminación de un proceso de debate respetuoso y sereno en el partido. No necesariamente todo se va a discutir ahí. Hay muchísimas instancias en donde la DC puede empezar a tener este debate, pero después de las elecciones.

-¿Dónde está el domicilio político de la DC?

-No tengo ninguna duda de que el domicilio de la DC sigue estando en la centroizquierda. Ahora, el centro y la izquierda tendrán que tener también un debate para situarse desde el punto de vista programático y de la mirada de largo plazo del país. No será la misma alianza de centroizquierda que hemos conocido hasta ahora, pero no tengo duda de que nuestro domicilio está en ese barrio de la centroizquierda.

-¿En una nueva estructura o chasis político?

-Puede ser distinto, con otro nombre, con otros partidos, pero siempre en la centroizquierda.

-Sebastián Sichel, secretario general de Ciudadanos, insiste en que lo ideal sería tener un nuevo referente de centro que abarque desde Evópoli hasta la DC. ¿Le parece posible?

-No, no. Esos partidos más bien deben pertenecer a una coalición de centroderecha. Y lo digo con todo respeto, no veo en esos partidos una vocación de centroizquierda; han sido muy críticos respecto de la coalición a la cual pertenecemos de manera que, por ahora, no veo ninguna viabilidad para eso.

-Sichel señala que a él le interesa la DC gradualista y que cree en el mercado, pero no la "nuevamayorista" y estatista.

-Esos son cantos de sirena que hemos escuchado en el último tiempo, incluso hace años, pero son cantos de sirena que no tienen oídos fecundos en la DC.

-Le pregunto porque según el columnista Jorge Navarrete, la diáspora en el falangismo ya comenzó. Esto porque hay dos sensibilidades que parecen irreconciliables, y que una minoría, más conservadora, probablemente decida partir.

-No creo que hayan condiciones hoy día para que la DC se divida como ocurrió en el pasado. Todos debemos hacer un esfuerzo para que ese debate se desarrolle con serenidad, con respeto, con tranquilidad en el tiempo oportuno. No tiene nada de malo que después de ese debate coexistan personas que tengan ideas distintas; eso ha sido siempre así. Pero la diferencia, esa mirada distinta, no tiene por qué significar que la DC esté obligada a dividirse y que vaya a nacer un nuevo partido. Yo creo que eso no es posible y hay que evitarlo a toda costa.

-¿Es hoy la candidatura de Carolina Goic sólo testimonial para reagrupar al partido o es competitiva?

-Creo que su candidatura tiene un fuerte arraigo en el partido. El gran desafío para que la candidatura despegue es abrir la campaña más allá de la DC; esta no es una campaña para que los decés den un testimonio, sino que es una campaña para que la DC, a través de una candidatura, pueda interpretar a un sector importante en la elección de noviembre.

-¿Traspasar la barrera de la DC?

-Debe salir de la actividad del PDC y poner su candidatura a disposición de los independientes, de la sociedad, de los ciudadanos y para eso tenemos que interpretar una postura muy clara respecto de qué vamos a hacer en la salud pública, en materia de delincuencia, de pensiones, de descentralización, el desarrollo de la ciudades. Tenemos que hacer una oferta programática importante desde el partido hacia afuera.

-¿Hay condiciones para un acuerdo de apoyo mutuo en segunda vuelta?

-O sea, con dificultades más o menos, no me imagino a la DC apoyando en segunda vuelta una candidatura de derecha. Ahora para llegar a eso habrá que conversar, tener acuerdos programáticos, compromisos de gobierno futuro; no cabe ninguna duda.

-¿En la Nueva Mayoría se ha perdido lo que se conoce como el "animus societati" o afecto político entre sus miembros? ¿O nunca existió?

-No cabe duda alguna que en la NM hace rato que se perdió el afecto societati, creo que hace rato se perdió la mirada de largo plazo de los dirigentes de algunos partidos, creo que hace rato se pone el interés particular más que el general arriba de la mesa. Sí, hay un proceso de pérdida de los afectos recíproco como también hay un proceso de descomposición de los partidos. Cuando los partidos pierden de vista el proyecto que le interesa al país y ven sólo el proyecto que le interesa al partido o a algún dirigente o parlamentario, estamos en un problema.

-¿Eso se puede revertir o llegó al punto del no retorno?

-Yo creo que hay que esperar hasta después de noviembre. Ya estamos embarcados en una elección presidencial, vamos a competir, vamos a tener diferencias -ojalá todas respetuosas- y el esfuerzo de recomposición de una alianza de centroizquierda, de sinceramiento del proyecto del país, de una nueva manera de relacionarnos entre nosotros se tiene que discutir después de las presidenciales. Pero yo soy optimista y creo que eso es posible recomponerlo.

-¿Las nuevas directivas de la NM influyeron en esta crisis?

-Ha impactado mucho el tonelaje de los dirigentes de los otros partidos. No me cabe ninguna duda. Lo que ocurrió con Lagos es la mejor demostración.

-¿Qué responde a las críticas que, en medio de esta crisis, se han hecho a los parlamentarios sobre una defensa corporativa? Se dice que hay una suerte de "sindicato de diputados"...

-Me preocupa el lenguaje que algunos DC usan para referirse a la representación parlamentaria. Estamos lejos de ser un sindicato. La bancada siempre ha manifestado su preocupación porque la tienda vaya a rebajar su representación parlamentaria y esa es una preocupación legítima que a cualquier político serio y responsable debiera interesarle.

-A esta altura del juego, ¿el caso Rincón es el problema menos importante que afecta a la DC?

-O sea, el caso Rincón es complejo para el partido y nos va a acompañar un tiempo más hasta que se resuelvan los recursos, pero como ya dije, creo que en la DC hay dificultades internas, miradas distintas, dos almas, pero ese debate sereno y profundo hay que tenerlo cuando enfrentemos y superemos los desafíos electorales.

"Con dificultades más o dificultades menos, no me imagino a la DC apoyando en segunda vuelta una candidatura de derecha. Ahora para llegar a eso habrá que conversar, tener acuerdos programáticos, compromisos de gobierno futuro. No cabe ninguna duda""