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Dos cuentos breves

"No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido"
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En las últimas semanas he leído, en columnas o entrevistas de diversos actores de la vida nacional, en tres a cuatro ocasiones, menciones a dos fábulas muy antiguas y conocidas. Su antigüedad hace muy probable que sean conocidas por usted, en alguna de las variantes como son contadas. Se trata del "cuento del escorpión y la rana", atribuida a Esopo, y "el rey va desnudo" de Andersen, aunque hay antecedentes previos de carácter centenario acerca de este último relato. Dos cuentos simples, breves y penetrantes que invitan a reflexionar acerca de la naturaleza humana. De allí su permanencia en el tiempo, repetidas como si fuesen una tradición oral.

Cito una versión sobre el escorpión y la rana: "Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda". La rana responde: "¿Que te lleve a mi espalda?. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser. No seas tonta, le respondió entonces el escorpión. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?" "Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma: Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo". Con esa lógica, la rana acepta llevarlo sobre sus hombros y comienza a cruzar el rio. "Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle: No entiendo nada ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir. Y entonces, el escorpión la miró y le respondió: Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme". Y ambos desaparecieron.

Una versión de "el rey va desnudo" dice que dos timadores que se declaraban sastres superiores ofrecieron al rey hacerle un traje nunca visto por ojo humano, para lo cual pidieron una fortuna. Este accedió y los sastres simularon hacer esta obra única. El rey envió a emisarios de confianza a ver la maravilla, pero ellos nada podían ver. Los sastres les señalaron que el traje era invisible a las personas tontas y que sólo podían verlo quienes eran inteligentes. Cuando el rey fue a verlo cae en la misma trampa, mientras recibía las alabanzas de sus súbditos por esta maravilla que tan bien le quedaba. El día del gran desfile el rey se "pone su traje invisible" y desnudo sobre su caballo recibe el alegre saludo de su pueblo. Hasta que un niño pequeño, inocente, exclama: "el rey va desnudo". Entonces el engaño es reconocido porque los niños suelen decir siempre dicen la verdad. Se quiebra la hipocresía de los que aplauden y el rey descubre su desnudez.

La mentira aceptada por todos muestra su esencia. Y la verdad se descubre.

Bernardo Donoso

Profesor PUCV

Escuchando a Lagos (todo no es suficiente)

No pareciera ser un exceso pedir a los involucrados en la discusión de la ciudad no que obedezcan, le hagan caso, lo reverencien, sino sólo que pongan atención a las propuestas del ex Mandatario.
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De forma silenciosa, como le ha caracterizado desde que abandonó (o, más bien, le hicieron abandonar) la carrera por la Presidencia, el ex Mandatario Ricardo Lagos Escobar ha seguido trabajando en varias propuestas para el país que, obviamente, no han dejado de lado a la Región de Valparaíso, donde durante su mandato se concretaron el Acceso Sur, el eje Rodelillo-El Salto, la IV Etapa del Metro Regional de Valparaíso (Merval), el Camino La Pólvora, la Zeal, el Paseo Mirador Muelle Barón, el Paseo Wheelwright, la recuperación de la caleta Portales, el nombramiento de la zona histórica de la ciudad como Patrimonio Mundial por la Unesco, el Plan de Recuperación Patrimonial del Banco Interamericano del Dessarrollo (BID) y el Parque Cultural ex Cárcel.

Dicho eso, no pareciera ser un exceso pedir a los involucrados en la discusión de la ciudad no que obedezcan, le hagan caso, lo reverencien, sino sólo que escuchen las propuestas del ex Presidente.

Particularmente durante estos días, en la que quizás sea su semana más porteña, Lagos no sólo trabajó en preparar un discurso y una visión acabadas sobre Valparaíso, sino que mientras esperaba que se ordenara un poco el seminario en el cual participaría (cosa que, por cierto, nunca ocurrió), se dio el tiempo para pasear por la entrañable Avenida Altamirano y volvió -si no decepcionado- un tanto contrariado por el abandono en el cual se encuentra el Puerto.

Por lo mismo, tampoco está de más tomarse algunos minutos para leer la extensa entrevista que concedió a este diario (publicada hoy en el suplemento Domingo) y, al menos, masticar y reflexionar sobre las ganas de hacer cosas que aún mantiene el ex Presidente y los beneficios que iniciativas como éstas pueden traer para sacudir esa modorra en la cual pareciéramos estar estancados por largo tiempo.

Hay, con todo, ciertas señales de que su discurso no caerá en saco roto. Formidable ha sido la viralización del video del citado seminario (realizado finalmente a puertas cerradas) y el hecho no menor de que el ex Presidente se haya dado el tiempo para conocer, conversar e intercambiar visiones e ideas con el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, y el experto colombiano autor del informe patrimonial sobre la ciudad, Juan Luis Isaza.

Asimismo, de forma silenciosa como también ha sido su gestión, el seremi de Obras Públicas, Miguel Saavedra, comentó tímidamente en la última cena de aniversario de Asiva la publicación en el Diario Oficial del llamado a licitación para el estudio de prefactibilidad de un teleférico en el Puerto.

Es algo prematuro, sí lo es. Pero la sola intención de echar a andar un proyecto como ése, integrado con el Merval y el sistema de transporte público ya es bastante en una ciudad (y una Región) donde a veces todo no pareciera ser suficiente.

Objeción de conciencia institucional

"El país requiere médicos preparados fundamentalmente para realizar su labor cumpliendo las leyes"
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El hecho de que se esté aceptando la objeción de conciencia "institucional" a la práctica del aborto en tres causales, abre una faceta problemática muy relevante: el futuro de la formación de médicos en instituciones católicas como la PUC o la Universidad de Los Andes.

La primera cuestión principal es nuevamente la necesidad de coherencia entre la libre toma de decisiones que harán estas escuelas de medicina en el sentido de contradecir directamente la ley, y la Política Pública. ¿Una institución que no acepte la Política y por tanto no realice abortos en estas tres causales, debe seguir siendo considerada como institución "Pública" como pretende la PUC?

La respuesta es No, ya que el carácter público debe estar expresado en la búsqueda del bien común expresado en la Ley, y no en los intereses particulares.

¿Deben seguir recibiendo ayudas y subsidios estatales (financiadas por todos los chilenos) a pesar de rehusarse a cumplir la ley? ¿Sus estudiantes deben hacer uso de los campos clínicos estatales para su formación?

Obviamente que no. Los recursos estatales (siempre escasos) deben estar al servicio del cumplimiento de las leyes, las normas y las Políticas que buscan el bien común, por lo que una institución que se niega a ello pierde la legitimidad y elegibilidad para recibir recursos fiscales directos e indirectos. Por ende, los campos clínicos estatales deben cerrarse para este tipo de universidades.

En relación a la formación directa de los futuros profesionales médicos, cabe preguntarse si ¿serán enseñados los contenidos, técnicas y habilidades necesarias para practicar abortos? ¿si no se enseñan en los hospitales y clínicas propias, se harán en los Hospitales Públicos? ¿esos contenidos deben ser incluidos en las pruebas estandarizadas para médicos generales y/o especialistas? ¿las personas que no tienen objeción de conciencia deben abstenerse de formarse en estas instituciones ya que no recibirán toda la formación necesaria para cumplir la Política Pública?

El país requiere médicos preparados fundamentalmente para realizar su labor cumpliendo las leyes y apoyando al país en el logro de los objetivos de la política pública. Solo excepcionalmente un médico se podría apartar de ello y para eso tiene las instituciones que no quieren cumplir o no les interesa la Política Pública que busca el bien común definido de manera democrática.

En Chile conocemos bien el significado de la "ley del embudo" y ¿no será acaso la aplicación de esta ley la que pretenden las instituciones objetoras de conciencia: poder estar en lo ancho del embudo lo que significa ser coherente con sus principios morales y seguir recibiendo beneficios provenientes del Estado?. Todo dando la espalda a la realidad socio-sanitaria del país.

Y si la respuesta es No, ¿será que estamos siendo como país, una vez más, cómplices en la transformación de una Política Pública en una entidad inerte en la práctica?

Me parece impresentable que se haya planteado la objeción de conciencia de una institución, sobre todo viniendo de una universidad (contrariando incluso el origen de la palabra). Me parece aún peor cuando se trata del Derecho a la Salud para cuya protección las instituciones sanitarias y los profesionales de la atención de la salud-enfermedad estamos mandatados.

Mario Parada L.

Director Magíster en Salud Pública. Universidad de Valparaíso