Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Vida Social
  • Espectáculos
  • Deportes

Presidenciables bajo la lupa en estudio de Neuropolítica efectuado por la UST

PSICOLOGÍA. Investigación propuso a potenciales votantes vincular conceptos con candidatos.
E-mail Compartir

Cristián Rojas M.

¿Cómo reacciona nuestro cerebro frente a la imagen de un candidato presidencial asociada a un concepto positivo o negativo? Eso fue lo que buscó averiguar el estudio piloto de evaluación neuropolítica que realizó hace pocas semanas la Escuela de Psicología de Universidad Santo Tomás (UST) Viña del Mar en dos concurridos puntos de Valparaíso, y cuyos resultados fueron dados a conocer.

La prueba, encabezada por el académico Alfredo Sherrington y los alumnos Pablo Fuentes y Luis Mena, consistía en medir cómo funciona nuestro cerebro a la hora de tomar decisiones políticas. Para eso, se utilizaron equipos Brain Computer Interface (BCI) que monitoreaban la actividad neuroeléctrica de las personas enfrentadas a la fotografía de un candidato, asociándolas al mismo tiempo a distintos conceptos.

En esa línea, Sebastián Piñera se asoció a los términos Experiencia/Corrupción, Beatriz Sánchez a Sabiduría/Populismo, Felipe Kast a Innovación/Inexperiencia, Carolina Goic a Valentía/Inseguridad, Alejandro Guillier a Esfuerzo/Oportunismo, José Antonio Kast a Tenacidad/Habladuría, Alberto Mayol a Sinceridad/Aprovechamiento, Marco Enríquez Ominami a Perseverancia/Fantasía, Manuel José Ossandón a Honradez/Ignorancia, y Franco Parisi a Audacia/Codicia.

Tras procesar la información obtenida en la jornada desarrollada en la Plaza Cívica y en las afueras del Congreso Nacional con 18 transeúntes voluntarios a quienes se aplicó la pregunta "¿Para usted, el concepto representa al candidato?", las respuestas afirmativas fueron las siguientes:

Felipe Kast: Innovación, 31,3%; inexperiencia, 68,8%. Carolina Goic: Valentía, 50%; inseguridad, 50%. Alejandro Guillier: Esfuerzo, 56,3%; oportunismo, 62,5%. José Antonio Kast: Tenacidad, 18,8%; habladuría, 75%. Alberto Mayol: Sinceridad, 50%; aprovechamiento 31,3%. Marco Enríquez Ominami: Fantasía, 56,3%; perseverancia, 50%. Manuel José Ossandón: Honradez, 43,8%; ignorancia, 62,5%. Franco Parisi: Audacia, 43,8%; codicia, 68,8%. Sebastián Piñera: Corrupción, 93,8%; experiencia, 43,8%. Beatriz Sánchez: Populismo, 68,8%; sabiduría, 43,8%.

Respecto al 93% que identifica a Piñera con el concepto "corrupción", el académico Alfredo Sherrington explicó que "al cerebro le daba casi lo mismo, no se ve impactado emocionalmente. Cuando se repite demasiadas veces un término, el cerebro se acomoda y pierde el impacto emocional, porque el mismo acto repetidas veces pierde la novedad".

Sobre Carolina Goic, hizo notar que los conceptos positivos y negativos alcanzan el mismo porcentaje. "¿Es posible que las personas no sean afectadas por la imagen y el concepto de la candidata? Y la actividad cerebral que tenían cuando la veían era casi nada, y es lo que transmite también, porque nadie sabe qué es lo que es, ni chicha ni limonada, ha intentado no tomar partido por nada, a diferencia de la Beatriz Sánchez, que si bien la gente tenía una mayor activación en 'populista', por lo menos genera reacción".

Sobre Sánchez, dice que "un punto a estudiar es que es la única de los analizados que aparece explícitamente sonriendo, lo cual puede activar zonas de mayor empatía y afecto. La pregunta es cuánto impacta la sonrisa en el cerebro".

Proyecciones

Respecto al futuro, Sherrington plantea que sería una buena idea "afinar la puntería" con una nueva evaluación neuropolítica, utilizando las imágenes de la campaña presidencial y evaluando también el eslogan de cada candidato.

En esa línea, estima que dentro de las proyecciones de la neuropolítica está el aportar a los estudios de opinión, no sólo en base a imágenes, puesto que "se podría participar con ciertos grupos en específico, cómo un mismo discurso lo recibe el cerebro de los jóvenes, de los adultos, o de ciertos grupos socioeconómicos específicos, y en campañas podríamos evaluar a qué grupo les genera mayor resonancia lo que se está hablando".

También podría ser un complemento a las encuestas, y en ese sentido, Sherrington destaca que "por ejemplo la pregunta '¿Quién cree que va a ser el próximo Presidente?', es muy buena para medir, porque tal vez muchas personas que no van a votar por Piñera, igual dicen Piñera. Estoy pensando como hipótesis, que ya el cerebro tiene asumido quién va a ganar, y sería súper interesante mostrar cómo yo digo quién va a ser Presidente, pero que mi cerebro no tiene ninguna gana de que sea él".

"La prueba consistió en medir cómo funciona el cerebro a la hora de adoptar decisiones políticas, y podría ser seguida de nueva evaluación con imágenes de la campaña."