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ENTREVISTA. Marco Moreno, decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central:

"Los debates son un esfuerzo por informar, pero hoy están sometidos a la dictadura del rating"

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Paola Passig

Los dichos del candidato y exsenador Nelson Ávila (PR), quien declaró que "la Constitución tenía más cirugías que Raquel Argandoña" durante el DebateDesayuno Senatorial del pasado miércoles, desarrollado en el Sporting Club y organizado por este Diario y el IST, así como la polémica de ME-O y su esposa, que calificó a Guillier de machista en el debate de los premios nacionales, muestra que más que el fondo, que las propuestas, lo que de verdad trasciende son "los accidentes mediáticos". Marco Moreno, cientistas político y decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, lo explica bajo el fenómeno de la "dictadura del rating".

- ¿En esta elección hay un aumento de debates?

- Sí, buscan contrarrestar la desafección que hay por la política. Hay distintos actores como medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil que intentan poner freno a este creciente desinterés "politizando" las elecciones, pero la verdad creo que, más allá del número de debates que se han hecho, no va a cambiar en nada la decisión de la gente que ya decidió ir a votar respecto a un candidato. El martes Alejandro Guillier no fue al debate de Chilevisión CNN y no pasó nada. Marco Enríquez-Ominami intentó torear a Guillier en el debate con los premios nacionales, pero más allá del impasse, no va a cambiar nada. Todavía quedan dos debates con todos los candidatos, el de la Anatel y el de televisión, pero no van a cambiar nada.

- ¿Cuál es el aporte de los debates en una elección con ocho candidatos presidenciales y con un aumento de cupos parlamentarios?

- Las distintas instituciones quieren darse a conocer utilizando estos espacios. La CUT, el que se hizo del medioambiente en la Facultad de Medicina, la ANP o los que hará Anatel, Archi, la Sofofa... etc. Hay varios que utilizan esta plataforma también para autopromocionarse y tener mayor legitimidad como espacios de deliberación, pero, insisto, no alteran en nada la decisión que la gente haya tomado respecto de la elección del 19 de noviembre. Los debates los ven los interesados en la política, pero el común de la gente no está ni ahí con el tema.

- ¿Qué debe contener un debate para serlo y para que tenga algún sentido?

- Para el futuro, porque ahora no lo vamos a poder resolver, se requiere una mayor regulación de los debates presidenciales. Un organismo público, privado o mixto, debería hacerse cargo de la organización de los debates como ocurre en EE.UU., que es un país experto en debates. Ellos tienen una comisión nacional de debates que define, por ejemplo, dónde se va a hacer, el formato, los entrevistadores que va a tener. Establece también ciertos requisitos para formar parte de estos debates. Por ejemplo, tienen que tener el 15% de apoyo en encuestas nacionales. Bajo este criterio, Artés, Navarro, Kast, ME-O y la propia Carolina Goic no entrarían al debate si tuvieran que cumplir estas exigencias. Y la comisión define con un año de anticipación. Nosotros no tenemos esa instancia y como no tenemos ninguna regulación, Navarro usa esto porque le sirve para ganar visibilidad porque va a la reelección senatorial en cuatro años más; Kast y Artés le hablan a sus nichos; y como no hay regulación, ser candidato presidencial resulta gratis, salvo juntar las 30 mil firmas. Por eso, para que los debates cumplan su objetivo, que es aportar a la información, al conocimiento y al proceso de selección, los candidatos debieran cumplir ciertas características, definir formatos apropiados, criterios de credibilidad de los candidatos y definir el rol de los medios.

-¿En qué sentido?

- Es que tener a los medios organizando los debates, negociando con los candidatos y cada medio negocia distinto. A la radio van algunos y he escuchado en Teletrece Radio que en el Distrito 10 son 48 candidatos e invitaron a tres. Y uno se pregunta ¿por qué tres?, ¿cuál es el criterio? Bueno, ese tipo de criterio debiera definirlo una instancia que no pueden ser los partidos políticos.

- En la región son 31 candidatos a senadores. El miércoles se realizó el primer debate senatorial que organizó El Mercurio de Valparaíso con una tanda de ocho hasta totalizar a todos. ¿Qué le pareció?

- Son aportes importantes que contribuyen a la educación y a la información, son recursos claves para mejorar las competencias políticas de los ciudadanos. Son claramente un aporte, pero en la medida que su impacto sea bajo o relativo no están produciendo el efecto que se espera. Ahora, en regiones, donde la prensa regional es más leída o vista, si hay otros soportes, puede ser que sea importante, pero a nivel del país no son tan significativos.

- Al igual que ocurre en otros debates, en el que realizó El Mercurio de Valparaíso destacó o se dio a conocer a nivel nacional por los dichos de Nelson Ávila cuando dijo que "la Constitución tenía más cirugías que Raquel Argandoña". Una expresión efectista, pero de muy mal gusto. El debate se conoce por eso, no por el fondo...

- Es que en lo que denominamos una "democracia de audiencias", que es el concepto que se utiliza en las ciencias políticas para referirse al tipo de democracia que tenemos hoy. Es decir, importa más que tu estés en los medios y que la gente te vea desde los medios, que lo que tú digas. Es más importante que la gente hable de tí o hablen contra ti, como ocurrió con Ávila en el Desayuno Debate de El Mercurio de Valparaíso, o como pasó con la candidata Loreto Letelier que dijo que Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas se habían autoquemado. Eso es producto de esta democracia de audiencias, en la democracia de lo público, donde importa más cuánto yo aparezco en los medios, porque como la gente consume mucho medio de comunicación, lo importante es estar allí.

- Los temas que concitaron el interés de todos por intervenir fueron la autonomía de Isla de Pascua, aborto y el Código de Aguas... ¿Alguna interpretación?

- Es que los periodistas también buscan los temas de agenda que sean relevantes en un contexto regional, como es la situación de Isla de Pascua, en el caso de la Quinta Región, pero a veces las preguntas no logran saber qué es lo que los candidatos están planteando de manera muy clara porque los hacen hablar de temas poco trascendentes; no están pensando en la gente, sino que están pensando en las propias agendas de los medios. Los medios definen agendas que les son funcionales a ellos, pero no ha habido ninguna investigación para saber qué es lo que la gente le gustaría preguntarle a los candidatos. Siempre preguntan, lo que puede ser legítimo, desde la agenda de los medios y eso genera que los candidatos sólo estén respondiendo a un tipo de preguntas o cuestionamientos que tienen que ver con agendas políticas más que los temas reales que le importan a la gente. ¿Y qué hace la gente? Cambia de canal. Por eso los debates no están teniendo el efecto que uno esperaría que tuvieran.

- ¿Eso explica que lo que queda del debate no son las propuestas, sino que los "impasses"?

- Estamos inmersos en una lógica de democracia de audiencias, que son sociedades en que todo está mediatizado. Importa poco el concepto de democracia, sino que lo que importa son las audiencias. Eso es lo que genera rating, audiencias.

- ¿La dictadura del rating también salpicó a la política?

- Exacto. Vivimos en la dictadura del rating, en la dictadura del público. Eso explica que del debate con los premios nacionales sólo quede en la retina la estrategia de ME-O y su señora para salir en los medios. Gritarle "machista" a Guillier frente a una respuesta que no tenía nada que ver con eso, muestra que hay un intento por fabricar un hecho para tener audiencia.

"Los debates buscan contrarrestar la desafección que hay por la política politizando las elecciones, pero no cambiarán la decisión de quienes ya decidieron por quién ir a votar""

"Estamos inmersos en una lógica de democracia de audiencias, o sea, sociedades mediatizadas. Lo que importa son las audiencias, eso es lo que genera rating" "Las preguntas no logran sondear qué están planteando los candidatos; no están pensando en la gente, sino que en las propias agendas de los medios de comunicación""