Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Vida Social
  • Deportes
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos
  • Clasificados
ENTREVISTA. francisco lobos, dueño de Marval, habla de sus aportes y la experiencia como accionista de Everton e hincha de Wanderers:

"No puedes auspiciar a un deportista poniéndole una espada sobre su cabeza"

E-mail Compartir

Luis Cabrera del Valle

Francisco Lobos no duda cuando responde cómo nació su relación con el deporte: "en el Colegio Alemán de Valparaíso, ahí los alumnos que eran malos para el deporte eran pasajeros de segunda clase".

El empresario naviero relata que a lo largo de su vida ha practicado atletismo, fútbol, básquetbol, tenis y golf.

"Vengo del cerro Alegre, y detrás de mi casa estaba la famosa y gloriosa cancha del New Crusaders, así que desde que tengo uso de razón que estoy escuchando los botes de una pelota de básquetbol o los gritos de un partido de fútbol", revela el dueño de Marítima Valparaíso, firma a través de la cual ha apoyado económicamente la actividad deportiva durante años.

Pese a que no le gusta hacer aspaviento de sus aportes, reconoce que auspicia prácticamente todos los torneos abiertos de golf que se realizan en la región. Además, su empresa es sponsor de los profesionales Nicolás Geyger y Antonio Costa. También ayudó a Paz Echeverría, que fue la segunda chilena en ingresar al LPGA. Es dueño de un yate que compite regularmente a nivel regional con los colores de su empresa, tiene publicidad en el Fortín Prat para apuntalar al básquetbol porteño y desde hace dos décadas compra decenas de butacas en el estadio Elías Figueroa para darle una mano a Wanderers.

Por si fuera poco, participó como accionista de Everton cuando el club se privatizó.

"Siempre me pregunté cómo lo hacía la gente que vive del deporte, es muy difícil dedicarse ocho horas diarias a esto, como en cualquier trabajo. Desde ese punto de vista, en todas las instituciones donde he estado trato que se hagan eventos y practiquen deporte todas las personas", reflexiona Lobos.

- Son muy pocas las personas que tienen los recursos con que cuenta usted y que piensan así.

- Si uno pensara que para ayudar hay que recibir algo a cambio, sería muy difícil tomar la decisión, porque no hay una retribución directa. Nosotros no vamos a vender más porque tenemos un par de golfistas auspiciados, o porque apoyamos un par de campeonatos. Siempre tiene que haber algo a cambio acá en Chile y nosotros no pensamos así, la retribución es que la persona que recibió apoyo, cuando triunfe, también ayude.

- Su figura se parece un poco a la de esos personajes que ya poco se ven, los mecenas.

- Lamentablemente las donaciones ya casi no se ven, o a lo mejor mucha gente lo hace… Sin embargo, yo le estoy contando porque usted me vino a entrevistar, yo no pretendo que los medios lo difundan, hacerlo callado es la mejor forma de ayudar.

- Cómo ve la relación del Estado con los deportistas.

- La ayuda lamentablemente va en la línea esa de primero sale campeón mundial y después ven a hablar conmigo. La inversión que hay que hacer en formar a los nuevos deportistas es un poco cara, y en un país con tantas necesidades como el nuestro a lo mejor no se ve muy bien gastar mucho en eso, pero al final del día el deporte es una de las caras del país, te habla de la calidad de vida y la calidad de gente que uno tiene. Hace poco leí que grandes deportistas vieron cuestionadas sus becas porque les fue mal un año, pero una velocista como la Isidora Jiménez tiene altos y bajos, deben mantener los recursos para seguir mejorando. No puedes auspiciar a un deportista poniéndole una espada sobre su cabeza, les tienes que dar un plazo razonable para ver si pueden cumplir sus metas.

- Cómo se genera su participación en la formación de la sociedad anónima Everton.

- Con un grupo de empresarios amigos del golf, donde estaba Antonio Martínez, Sandro Rossi, varios de Granadilla, y algunos otros de afuera como los hermanos Harding, Bloise, Perry, nos entusiasmamos para entrar. Pero yo pensé, cómo lo hago en todo orden de cosas, que iba a ser un emprendimiento empresarial agradable y simpático, pero en los clubes la gran mayoría de los que se meten son hinchas y administran como hinchas, son capaces de tomar decisiones de forma absolutamente distintas a como lo hacen en sus empresas, que son las que les dan el sustento. Administran con el corazón, con un presupuesto en base a los auspicios, las recaudaciones, pero se sabe que ese presupuesto no se puede cumplir. Se fijan sueldos de jugadores, estándares de costos, y se sabe que habrá déficit desde el momento en que se hace el presupuesto, y hay que estar todos los meses poniéndose y poniéndose, ni siquiera en forma planificada. Al final la cosa se convierte en una bola de nieve tremenda, un barril sin fondo.

- Y cuál sería su receta para salir de esta forma de hacer las cosas.

- Creo que todos los deportes que se estructuran en ligas deberían funcionar como una sola gran empresa, como en Estados Unidos, la NBA o el PGA son una sola empresa, y ellos venden los auspicios globales de los campeonatos, se preocupan de las bolsas de precios, negocian directamente con los auspiciadores, así se conseguiría vender mejor el fútbol. Acá el mismo auspiciador le paga dos mil millones de pesos al Colo Colo por poner su nombre en la camiseta y a Wanderers o Everton les pagan cien millones.

- Usted conoce por dentro el sistema de las sociedades anónimas deportivas. ¿Piensa que está mal estructurado?

- En toda empresa tiene que haber dolientes, no puede ser que en el club de la ciudad haya escándalos, los echamos a todos y tiene que venir la municipalidad a salvarlo, no soy partidario de eso, porque atenta contra la planificación a largo plazo. Me parece bien que los clubes sean sociedades anónimas, pero esta figura tiene que ser más amplia, debiera ser una sola sociedad anónima más grande que dirija todo el fútbol chileno. Me gustaría que la cosa funcionara como en Estados Unidos, como en Alemania, con una organización en que cada club es una licencia.

- ¿Eso no atenta contra la identidad de los clubes? Un equipo puede cambiarse de ciudad en la NBA, por ejemplo. Pasa lo mismo en México.

- Los clubes tienen una razón de ser, tienen su historia. El Wanderers es de Valparaíso y seguriá siéndolo para siempre. Es impensado que Wanderers represente a Valdivia. Yo creo que debiera haber una organización superior que organice, lo cual implicaría más plata para todos los clubes. Acá cada uno se trata de salvar y hace sus propias locuras.

- Nunca se sintió incómodo siendo accionista de Everton, considerando que usted se declara wanderino.

- Yo lo tomé como un ejercicio empresarial para ver cómo podía ser manejado en forma eficiente y rentable un club de fútbol. Me di cuenta que no es posible, pero todo lo que hice estando en Everton, lo hice pensando en Everton, nunca pensé en perjudicarlo, todo lo contrario. Pero yo soy wanderino, y cuando tocaba que se jugara el Clásico Porteño estaba destrozado en la gradería porque hacía un gol el Wanderers y me daban ganas de saltar, pero estaba sentado en la línea de dirigentes de Everton y tenía que ser respetuoso.

- Usted fue parte de la dirigencia que logró el título del Apertura 2008 en Everton, cómo fue esa experiencia.

- La experiencia de ser campeón es preciosa. Sin embargo, mirándolo como empresa, uno piensa qué logramos nosotros saliendo campeones, más allá de la satisfacción deportiva. Como club logramos muy poco, aparte de la participación en la Copa Libertadores, que no fue muy exitosa. En términos de mejorar los auspicios, cobrar más, nos dimos cuenta que terminó un ciclo y la cosa siguió no más. No hubo un premio, ni los auspicios de las empresas subieron al doble, nada. Al final uno dice, qué lindo salir campeón, pero no sentí que hubiéramos agregado un plus, que el club se hubiera beneficiado por ser campeón.

- ¿Tiene algún recuerdo especial de esa final contra Colo Colo en el estadio Sausalito?

- Ese día me tocó sentarme en una gradería al lado de los dirigentes de Colo Colo, y me tocó estar muy cerca de Sebastián Piñera. Me di cuenta que venía con un abrigo cerrado y debajo tenía puesta una polera blanca que decía "Colo Colo pentacampeón". Detrás de él andaba un aparataje completo de camarógrafos y gráficos, porque cuando ganaran se iba a sacar el abrigo y le iban a tomar fotos en la cancha, gritando. Empezó el partido y las cosas se dieron como se dieron, faltaba poco para que terminara, miro para el lado, y Piñera se había ido con todo su aparataje. Partió antes que terminara.

- ¿Qué opinión tiene respecto a la venta de Everton a los mexicanos del Grupo Pachuca?

- Me llamó un poco la atención, pero conociendo la problemática de Everton a fondo, me parece una buena decisión, porque finalmente los mexicanos, a pesar de no ser viñamarinos y no tener algún vínculo con la comunidad, pareciera que tienen una organización bien estructurada. Espero que no nos encontremos con alguna sorpresa.

- Habrá sido buen negocio para los cuatro accionistas que quedaban en la sociedad anónima vender el club.

- Hay que darles un punto a ellos, porque durante el periodo en que se mantuvieron solos tienen que haber hecho un tremendo sacrificio económico para tener el club a flote, porque no estaban ganando plata. Creo que para los mexicanos Everton es una plataforma para manejar futbolistas, hacerlos rotar por Chile y proyectarlos.

- ¿Nunca le ofrecieron ser dirigente de Wanderers?

- Me lo ofrecieron, pero lamentablemente me lo ofrecieron después de haber pasado por Everton, y quedé medio curado de espanto. Pero siempre en lo que pueda a Wanderito le voy a dar una mano, porque es un club al que le tengo mucho cariño. Yo tengo el corazón verde.

"En el fútbol soy de Valparaíso y, por lo tanto, wanderino de corazón, cuando era niño mi padre me llevaba los domingos por la mañana al Fortín Prat a ver al New Crusaders o por la tarde al estadio Playa Ancha a ver a Wanderito""

"Nosotros no vamos a vender más porque tenemos un par de golfistas auspiciados, o porque apoyamos un par de campeonatos""