Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Vida Social
  • Espectáculos
  • Deportes

El insuficiente progresismo reactivo

E-mail Compartir

Tal como en la primera vuelta, los resultados de las elecciones de ayer no estaban en los libros de nadie. Y es que si hace un mes nos impactábamos con la alta votación de Sánchez, hoy los hacemos con el inédito apoyo a Piñera.

Durante la última semana, distintos analistas sugerían que una alta participación favorecería al candidato oficialista. Sin embargo, sucedió precisamente lo contrario. La asistencia a urnas superó los 7 millones de votos, de los cuales casi 3,8 millones fueron para la oposición - más que en 2009 (3,5 millones) e incluso más que Bachelet el 2013 (3,4 millones) . Esto no es para nada menor, pues todo parece indicar que la candidatura de derecha logró sumar a nuevos votantes, dejando en el pasado aquel histórico techo que le pesaba al sector desde el retorno a la democracia.

Si bien esta realidad grafica muchas cosas, parece haber algo bastante claro: la lógica anti-Piñera instalada por el progresismo estuvo lejos de ser suficiente para impedir su elección.

Esta última idea se graficó particularmente en Valparaíso. Hace un mes, el proyecto progresista -Guillier, Sánchez, Goic y ME-O - lograba sumar más de 410 mil votos en la región, los cuales contrastan con los poco más de 350 mil escaños que logró capturar ayer el candidato oficialista. La situación de la derecha fue muy distinta. Mientras Piñera y Kast sumaban en primera vuelta sólo 300 mil votos, en el balotaje lograron llegar a los 387 mil. Mucho más, por cierto, que los 234 mil de Evelyn Matthei en el 2013.

Los problemas que el progresismo tuvo en la región a la hora de capitalizar votos parecen ser aún más evidentes en el caso de la ciudad puerto, donde, mientras sumaban 77 mil votos en la primera vuelta, en la segunda -pese a que Guillier ganó - se quedaron sólo en los 65 mil.

Esta incapacidad demostrada por el oficialismo local no es asunto baladí. Valparaíso era importante, y así quedó demostrado por las constantes visitas de la Presidenta y por el espectacular cierre de campaña de Guillier con José Mujica. Si bien pueden existir variadas razones que expliquen los bajos resultados de ayer, podríamos quizás destacar la prescindencia de lo propositivo en desmedro de lo ambiguamente reactivo - la lógica del "todos contra Piñera" -. Esto puede tener una especial importancia, sobre todo si consideramos que esta indeterminación no tan sólo caracterizó al oficialismo, sino que también al Frente Amplio en las últimas semanas. Por este mismo motivo, algunos analistas llegaron a sostener que un triunfo de Piñera podría ser visto como el único elemento unificador de un conglomerado que parece ser más amplio de lo que ellos mismos quisieran, donde convive desde el liberalismo hasta una izquierda dogmática.

En relación a esto, un reciente artículo internacional calificaba a la Región de Valparaíso como el "laboratorio del Frente Amplio de la izquierda chilena". A estas alturas, negar la importancia del nuevo movimiento en nuestro territorio es un verdadero sinsentido, sin embargo, los resultados del balotaje parecen indicar que estamos aún lejos de ser un laboratorio de "la izquierda chilena". Al contrario, la votación de la derecha - tanto en Chile como en la región - parece sugerir que la lógica anti-Piñera no fue suficiente para impedir su elección. Ahora, tendrá que preguntarse el progresismo si es que es suficiente para ser oposición.

Pedro Fierro Zamora

Director de Estudios Fundación Piensa y Académico de la UAI