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Navidad en 1917

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La llegada de la Navidad se ha convertido en un evento comercial. Los adornos navideños, puestos desde noviembre en las vitrinas de los supermercados y grandes tiendas y la omnipresencia de Santa Claus han desvirtuado el sentido original de la fiesta. Una mirada a El Mercurio de Valparaíso de hace un siglo da cuenta de aquello. La Navidad aparecía como una celebración con un carácter eminentemente religioso, enfocada en los niños y a una comunidad movilizada para atender a los más necesitados, en especial, cuando la miseria se había visibilizado a las clases dirigentes de la sociedad. En esa época, y al igual que ahora, los regalos para los niños eran parte esencial de esta festividad. Los anuncios del diario dan cuenta de velocípedos, bicicletas y tricicletas, cochecitos para niñas, caballos de balance, carretones, espadas, huascas, trompos, "racquets", revolvers, soldados, etc. Estos últimos juguetes eran más que una casualidad. Hay que recordar que, hacia 1917, gran parte del mundo se veía envuelto en una guerra inédita. Estados Unidos se había sumado al conflicto, mientras que los rusos, un mes antes de la Navidad, habían cesado su participación e iniciado un proceso revolucionario que traería insospechadas consecuencias al planeta. La manifestación directa de la Gran Guerra fue que la industria se enfocó en la producción de material bélico y disminuyó la producción de juguetes. Ante esta falencia, surgió una industria local dedicada a proveer este material para los más pequeños. Se trataba de la fábrica Luis Feliú y Cia., ubicada en una casona en el cerro Cordillera, a un paso del ascensor. La crónica sobre el diario sobre este taller señalaba: "Muñecas de toda clase y tamaños, hermosamente ataviadas, que en nada se diferencian de la factura extranjera. Además, bebés, payasos de resortes, cabezas de caballo y caballitos de balance, de un modelo fino y perfecto". La fábrica reunía casi un centenar de operarios que ganaban $3,5 pesos diarios, respecto de lo cual advertía el diario: "Y no se crea que en una labor penosa. No. Labor entretenida, descansada, muy femenina, y también -¿por qué no?- con sus toques de arte y de poesía". A pesar de la guerra, igual hubo tiendas, como G. Garudereau, ubicada en Condell 33-37, que ofrecían un gran surtido de juguetes europeos: trenes eléctricos, soldados, carretones, buques de vela, trajecitos, etc.

La tradición de comienzos del siglo XX era que la Sociedad Viña del Mar en el Club de Viña del Mar entregaba tres mil juguetes a los niños pobres. El día 25 en la mañana, uno a uno, los niños de las distintas escuelas de la comuna recibieron un regalo acompañado de confites: "Se repartió juguetes en esta forma a cerca de tres mil niños, y no es para descrito el regocijo que han experimentado esos tres mil pequeños al encontrarse poseedores de la muñeca, del carrito, del caballo, del fusil o del barco anhelados", describía El Mercurio de Valparaíso, el 26 de diciembre de 1917. La acción benéfica del Club se unía a la de otras organizaciones como la Sociedad de Protectora de la Infancia, el Ejército de Salvación y el Hospital de Niños. Este último organizó para ese año una jornada de caridad en el puerto ¡PARA LOS NIÑOS POBRES! que reunió la extraordinaria suma de $58.000 pesos, el 21 de diciembre de 1917. Una verdadera Teletón de la época que comprometió al puerto en su totalidad: "Todos compran: el marinero, el chofer y ni aun el fogonero del tren de once se escapa a la simpática contribución". A partir de estos testimonios, queda claro que se trataba de una época donde quienes tenían mayores recursos consagraban el día 25 a los más necesitados. Hoy en día, en cambio, la atención pareciera estar puesta en la formas, buscar eufemismos para no hablar de pobres, por ejemplo, en vez de centrarse en los hechos que puedan, de manera efectiva, mejorar su condición.

*Doctor en Historia Facultad de Artes Liberales Universidad Adolfo Ibáñez

Un fallecido y dos heridos tras persecución en Villa Alemana

POLICIAL. Vehículo se incendió tras volcar frente a un fundo ubicado en Peñablanca.
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Una intensa persecución policial se registró la noche del sábado en la comuna de Villa Alemana. De acuerdo a los primeros antecedentes, tres sujetos a bordo de una camioneta marca Nissan -que mantenía encargo por robo- iban escapando de Carabineros, con dirección al poniente, cuando por razones que se investigan, chocaron en las inmediaciones del fundo El Rincón, ubicado en el límite de la comuna con Peñablanca.

Producto del violento impacto, el vehículo se terminó volcando y minutos después comenzó a incendiarse en la parte delantera. A raíz de la situación, dos compañías de Bomberos de la comuna debieron intervenir para rescatar a los individuos que permanecían atrapados.

Fallece conductor

Según los antecedentes policiales conocidos hasta ayer, el conductor del vehículo falleció casi de manera inmediata producto del impacto. En tanto, los otros dos ocupantes de la camioneta quedaron con lesiones de diversa consideración, siendo trasladados por personal del Samu al centro médico más cercano.

De acuerdo a lo publicado por el sitio "El Fenómeno Radial" de la comuna de Limache, uno de los tres pasajeros -no se identifica cual- es conscripto del Regimiento Número 1 de Tocopilla, ubicado en Antofagasta.

Viejito Pascuero llenó de alegría y regalos la Caleta Portales

NAVIDAD. Cientos de niños y adultos participaron de la tradicional fiesta de Navidad del Sindicato de Pescadores.
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Acompañado por los Reyes Magos y sus ayudantes, distribuidos en dos embarcaciones, llegó a las 13 horas de ayer el Viejito Pascuero hasta el muelle de la Caleta Portales, en Valparaíso, para celebrar la Navidad junto a cientos de niños y pescadores en la tradicional fiesta que desde hace más de 50 años realiza el Sindicato de Pescadores.

Cada año, cientos de niños llegan a ese lugar para esperar con ansias el arribo de Santa Claus, quien como ha sido la tónica de los festejos anteriores, trajo regalos para los niños y niñas que lo esperaban con ansias y emoción. En total, fueron cerca de 500 regalos los que se entregaron ayer en la Caleta Portales.

Tradición de años

Sin embargo, y como suele ocurrir cada 24 de diciembre, la fiesta de los pescadores de Caleta Portales comenzó a eso de las 10 de la mañana, donde quienes acudiendo al lugar pudieron disfrutar de diversos juegos como tiro al gato y tiro al tarro. Los más pequeños, también, pudieron entretenerse con distintos juegos inflables.

Asimismo, otra de las tradiciones que tiene esta festividad es la visita que realiza el Viejito Pascuero a los centros asistenciales de la ciudad de Valparaíso. En ese sentido, el hospital Carlos van Buren fue visitado por el viejito y sus ayudantes, quienes entregaron cerca de 200 presentes a los niños y niñas que este año no podrán pasar la Navidad en sus hogares.

"está en nuestro aDN"

Al respecto, el secretario del sindicato de pescadores, Eduardo Quiroz, destacó la importancia y lo especial que tiene esta tradicional fiesta navideña, sobre todo porque cada año más niños se hacen parte de la celebración.

"Es un espectáculo muy bonito el que se forma en la caleta, en el cual son los niños los que quedan más maravillados y los que más disfrutan. Es algo que ya se le inculcó a los hijos de los pescadores y ellos lo ven de esa manera", expresó el dirigente Quiroz.

"Es una fiesta que ya está dentro de nuestro ADN. La hacemos cada año con más cariño y mucho más esfuerzo. Obviamente, siempre está faltando algo más, y es por ello que año tras año nos vamos exigiendo cada vez más. Pese a las dificultades que podamos tener, sea como sea, vamos a seguir celebrando esta tradición", agregó.

Finalmente, luego del arribo del Viejito Pascuero, éste subió al escenario que se construyó en el lugar, donde se fotografió con cada uno de los niños presentes, quienes también recibieron un regalo. Asimismo, los pescadores también recibieron su obsequio: una surtida canasta familiar para pasar las fiestas.