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ENTREVISTA. Robert Funk, cientista político del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile:

"Queda claro que estamos en una especie de transición de la transición en Chile"

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Atención a la geopolítica

lRespecto de las tensiones geopolíticas que deben estar en el radar de la política exterior del país, Robert Funk adelanta que Chile debe tener sus ojos puestos fundamentalmente en el Pacífico, en el vecindario y en Estados Unidos. En ese sentido, advierte que no sería raro que se incrementara la "guerrilla verbal" que el Presidente de Bolivia, Evo Morales, suele levantar contra La Moneda. "Habrá que ver, por ejemplo, la relación que logre el Presidente Piñera con el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump", comenta.

Mauricio Mondaca L. mauricio.mondaca@mediosregionales.cl

La génesis del sistema político chileno ya no refleja la realidad de los votantes. Y mucho menos la de los movimientos que lo cruzan. Con esta premisa, Robert Funk, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile e investigador de importantes centros de estudio en el extranjero (entre ellos, el Center for Strategic and International Studies, en Washington DC.), cree que lo que hoy interpela a la ciudadanía es muy distinto a lo que conocimos desde 1990 hasta 2009.

"Hay sectores políticos que han sido un poco más capaces de reconocer esa nueva realidad y ajustarse a ella", asegura este doctor en ciencia política de la London School of Economics and Political Science, aunque afirma que "hay otros sectores que ahora reconocen esto, pero no saben cómo ajustarse a este modelo".

Férreo defensor de la tesis de que el segundo Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet digitó un diagnóstico erróneo de la realidad del país, Funk resalta que la proyección de la clase media en base al mejoramiento de sus condiciones materiales, y no a una mirada "redentora" de sus condiciones, es uno de los factores que más jugó en el resultado electoral que llevó a Sebastián Piñera nuevamente a La Moneda.

"Si uno mira todas las demandas del último tiempo, pertenecen al éxito del modelo y no de su fracaso", afirma.

En esta entrevista, Funk proyecta su mirada sobre el devenir de las principales formaciones políticas, del sistema y de la variable generacional que gana espacio en la política local.

-¿Estamos ante un nuevo ciclo político en Chile, luego del resultado de las elecciones parlamentarias y presidenciales?

- Creo que no hay puntos de quiebre entre un ciclo y otro, sino que son procesos. Y hace mucho tiempo que queda claro que estamos en una especie de "transición de la transición". probablemente empieza en 2009 con Marco Enríquez Ominami y continúa con Sebastián Piñera y la Nueva Mayoría. La elección de 2009 es la primera vez donde se ve, o incluso antes uno podría encontrar sus orígenes en el debate de autocomplacientes y autoflagelantes, que reflejó las dos almas de la Concertación. Pero en términos de impacto sobre el sistema político, lo vemos más claramente en la elección de 2009, que resulta más tarde en este reordenamiento del sector en la Nueva Mayoría. Creo que es un proceso más largo y lento, pero si hacemos un pantallazo hoy, el sistema político es muy distinto a lo que conocimos desde 1990 hasta 2009.

-¿Cuáles son las claves, y de qué tipo, que permitirían reconocer y apreciar este reordenamiento?

- Lo primero es algo que tanto Marco Enríquez Ominami como el Frente Amplio y otros sectores entendieron hace rato, que es que estábamos operando en un sistema político diseñado no solo en y para la transición, sino que en función de una lógica de comienzos de los 70. La Constitución de Pinochet, aún con todos los cambios que se han hecho, está pensada en un mundo bipolar, de Guerra Fría y de derecha e izquierda. Y hoy, tanto en Chile como en el resto del mundo, vivimos en un mundo mucho más complejo, donde hay temas de derechas e izquierdas que son más complejos o no tienen sentido. Yo diría que hay sectores políticos que han sido un poco más capaces de reconocer esa nueva realidad y ajustarse a ella. Hay otros sectores que ahora reconocen esto, pero no saben cómo ajustarse a este modelo. Los que logren ajustarse van a tener más éxito en el futuro. Y esto no es algo de derecha e izquierda, sino que reconocer la complejidad de las posturas y demandas políticas de los ciudadanos. Y ahí también se equivoca el Frente Amplio al enfrentar esto con un tono redentor, porque es mucho más complejo que eso. Hoy está cada vez más claro que hay apoyos del Frente Amplio que pueden provenir, en gran medida, de votantes de la derecha o antisistema que no eran de izquierda, sino que querían cambios y sangre nueva.

-¿Qué importancia tiene el aspecto generacional en este reordenamiento político en Chile?

-Se ve un recambio generacional en la política, a nivel tanto de candidatos como de votantes que, en base a lo anterior, no les hace sentido la lógica del Sí y el No. Es algo que no les dice nada. Hay toda una literatura en la sicología política que dice que parte de lo que influye en las preferencias políticas de las generaciones tiene que ver con las amenazas existenciales de su época. Si para una generación pudo haber sido el fascismo, nazismo o el comunismo, hoy para las nuevas generaciones una amenaza existencial puede ser el cambio climático. Pero el sistema político está diseñado en función de otras lógicas. Uno de los clivajes que vemos hoy es el aspecto generacional. Y la generación antigua no entiende lo que está pidiendo la nueva, mientras la nueva no entiende por qué los más antiguos se preocupan por las demandas de hoy, que ellos mismos hicieron hace 40 años atrás, pero que terminaron mal.

Sobre la clase media

- ¿Usted comparte la tesis que ha enarbolado el rector de la UDP, Carlos Peña, en torno a que el incremento en las condiciones materiales de la clase media, así como la mayor preferencia de las personas por actuar como individuos en contra de modelos colectivos de tipo ideológico, es algo que marcó la última elección y el triunfo de la centroderecha?

-Sí, absolutamente. Creo que si uno mira todas las demandas del último tiempo, pertenecen al éxito del modelo y no de su fracaso. Incluso si uno lee lo que pide el movimiento estudiantil, muy poca gente pide la nacionalización de las universidades privadas. Entienden que las oportunidades que han tenido tienen que ver con el aumento de la oferta, porque hay más universidades privadas. Otra cosa es que se quiera más regulación en el mínimo y educación gratuita en el máximo. Lo que se quiere es seguir con las oportunidades que ofrece el modelo. Lo mismo pasa con el consumo. La gente se queja de muchas prácticas del mundo comercial, pero les gusta el acceso al crédito y a adquirir bienes y servicios que sus padres o abuelos nunca consiguieron. Hoy la gente se queja por las condiciones del crédito. cuando sus padres o abuelos nunca tuvieron acceso al crédito.

¿Esto significa, entonces, que hubo un error en el diagnóstico del país que tenemos de parte del segundo Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet?

-De frentón. Lo que pasó en el segundo Gobierno de la Presidenta es que hubo una generación que nunca estuvo del todo convencida de los compromisos que tuvo que hacer para volver a la democracia. Y esperó a tener que tragárselos para que, eventualmente y cuando la cosa se calmara un poco, implementar las cosas que soñaban en los 70. Y esa oportunidad la vieron en la movilización estudiantil de 2011. Y adaptaron ese sueño a la realidad de hoy. Pero, en el fondo, viene de aquello. La idea es la misma, con otra generación, otras demandas y un Chile en otro contexto.

- ¿Cómo ve o qué cree va a significar para el contexto político la situación en la que quedan la centroderecha, la Nueva Mayoría y el Frente Amplio?

- Veo en la Nueva Mayoría una gran interrogante. Es algo temprano para ver cómo va a resolver sus conflictos internos, que claramente están. Eso podría terminar en su división, pero estamos viendo conversaciones entre el Partido Comunista y el Frente Amplio y divisiones internas en la Democracia Cristiana. Hay muchas peleas que podrían derivar en renovación o en un proceso de división, con grupos que se vayan por otro lado, como la DC con sectores de centro o el PC con el Frente Amplio. Ese es el resultado, yo creo, más probable.

- ¿Qué tan fortalecida cree que queda la centroderecha con el triunfo de Sebastián Piñera y su resultado parlamentario?

- La centroderecha hizo un buen trabajo porque vio la oportunidad que vieron otros, como Andrés Velasco: que la Nueva Mayoría había abandonado el centro, pero la derecha fue más capaz de hablarle a ese electorado entre primera y segunda vuelta. La derecha se puso las pilas y logró ese apoyo. Y en la medida en que la izquierda esté peleando entre ella, la centroderecha se ve más fortalecida. Yo creo que la combinación entre derecha y votantes de centro desencantados será muy potente por lo menos por los próximos dos años.

- ¿Y qué tipo de rol cree que vaya a asumir el Frente Amplio?

- Su votación fue mejor a la esperada, al salir triunfantes en parte porque la Nueva Mayoría está tan dividida. Hoy pareciera que el Frente Amplio va a ser una oposición más coherente. Y creo que se ha exagerado la derrota de la Democracia Cristiana, que pese a todo logra 14 diputados que le otorgan mucho poder. Tenemos un Gobierno sin mayoría parlamentaria y que tiene que armar su mayoría en el Congreso. Esa debilidad en la DC creo que está exagerada.

- ¿Cree que bajo el nuevo mandato de Sebastián Piñera podría intensificarse el llamado por algunos reclamo de "la calle"?

-Sí. Creo que vamos a ver a los estudiantes volviendo a la carga. Y otros temas también. En ese sentido, lo que pasó en los últimos cuatro años fue muy sabio de parte del Gobierno en incluir a ciertos sectores que han planteado demandas de distinto tipo y fuerza.

"la generación antigua no entiende lo que está pidiendo la nueva, mientras la nueva no entiende por qué los más antiguos se preocupan por las demandas de hoy", afirma robert funk.

"Si para una generación pudo haber sido el fascismo, nazismo o el comunismo, hoy para las nuevas generaciones una amenaza existencial puede ser el cambio climático. Pero el sistema político está diseñado en función de otras lógicas".

cedida

"Creo que vamos a ver a los estudiantes volviendo a la carga. Y otros temas también".

PABLO OVALLE ISASMENDI /AGENCIAUNO