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Los simios más parecidos genéticamente a los humanos no son fanáticos del altruismo

PRIMATES. Un estudio determinó que los bonobos prefieren a los matones por sobre las personas que ayudan al resto de forma desinteresada.
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Matías Jullian Velásquez

Hay quienes sostienen que una de las cosas que diferencia a los humanos del resto de las especies es la tendencia a evitar a las personas que maltratan a los demás, teoría que es respaldada por los hallazgos de un estudio reciente sobre los bonobos.

Este especie de simio, la más parecida genéticamente al ser humano, prefiere relacionarse con los matones por sobre las personas que ayudan al resto de forma desinteresada, según un estudio de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, publicado la semana pasada en la revista Current Biology.

Desde pequeños, y también de forma instintiva, a los humanos se nos enseña a no confiar en aquellas personas que son groseras, tramposas o aprovechadoras, y a simpatizar con aquellas que se muestran amables, colaboradoras y con buenas intenciones.

Incluso las guaguas de apenas tres meses de edad tienen la capacidad de distinguir a las buenas personas de las malas y prefieren interactuar con aquellas que muestran actitudes más altruistas, según estudios previos.

Así, con el objetivo de ver si los bonobos comparten el mismo prejuicio social que los humanos, el profesor asociado de antropología evolutiva en Duke, Brian Hare, junto al estudiante de doctorado Christopher Krupenye, estudiaron a nuestros parientes más cercanos en el "Lola ya Bonobo Sanctuary", en la República Democrática del Congo.

El estudio

En una serie de ensayos, el equipo liderado por Hare y Krupenye mostró a 24 bonobos unos videos animados que mostraban a una especie de Pac-Man intentando subir una colina. Luego, otra figura entra en escena. A veces es un personaje útil que le da al Pac-Man un empujón hacia la cima, y otras veces lo empuja hacia abajo.

Luego, los investigadores le ofrecieron a los bonobos dos trozos de manzana, uno colocado debajo de un recorte de papel del personaje altruista y otro debajo del matón, y midieron las preferencias de los bonobos al observar cuál pedazo tomaban primero.

En otro experimento, los bonobos fueron expuestos a un sketch en la que un actor humano deja caer un animal de peluche fuera de su alcance. Luego, otra persona trata de devolver el juguete a su dueño, pero antes de que pueda, una tercera persona se lo arrebata. Tras esto, los bonobos debían elegir si aceptar un pedazo de manzana del bienhechor o del ladrón.

En cada experimento, los simios fueron capaces de distinguir entre personas útiles e inútiles al igual que los humanos. Pero a diferencia de los humanos, la mayoría de los bonobos tendían a elegir a los matones.

Los investigadores también midieron las preferencias básicas de los monos para cada una de las personas en el sketch de peluches al comienzo del experimento, antes de que se desarrollara la trama con el juguete, determinan do que a los bonobos les gustaban aún más las personas malas después de que comenzaron a comportarse mal.

Desconcertantes

Los investigadores dicen que puede haber una buena razón para estos resultados desconcertantes. Podría ser que los bonobos interpretan la rudeza como un signo de estatus social y simplemente intentan mantener a los individuos dominantes de su lado. En otras palabras, para ellos vale la pena tener aliados poderosos.

Para probar esta hipótesis, el equipo mostró a 24 bonobos otro conjunto de videos animados en los que un personaje repetidamente evita que otro reclame un lugar codiciado. Los simios, generalmente, preferían al personaje que acaparaba el lugar por sobre el que cedía.

Para los bonobos, relacionarse, aunque sea por conveniencia, con individuos dominantes podría significar un mejor acceso a alimentos, parejas u otras ventajas, o menos posibilidades de ser acosados por ellos mismos, dijo Krupenye.

Según el autor, el hecho de que los bonobos prefieran a los matones y los humanos no, sugiere que la aversión a los idiotas sea un aspecto fundamental del comportamiento humano y que puede ser exclusivo de nuestra rama del árbol genealógico de los primates.

En los humanos, explica, evitar a los malhechores no sólo ayuda a las personas a evitar malas parejas, sino que también desanima a los malhechores a comportarse mal en primer lugar. La amenaza del rechazo social los mantiene bajo control.

Los científicos dicen que este sesgo puede ser lo que permite a los humanos trabajar juntos en grandes cantidades, incluso con completos extraños, en formas que otras especies no lo hacen.

"Esta preferencia única de los humanos por individuos que ayudan es realmente el corazón de por qué somos tan cooperativos", cerró Krupenye.


el fenómeno meteorológico de El Niño causa cambios en las plataformas de hielo de la Antártica, según estudio

El fenómeno meteorológico conocido como El Niño causa una pérdida significativa de hielo en algunas plataformas de la Antártica, mientras que lo opuesto parece ocurrir con La Niña, según un estudio publicado ayer en la revista Nature Geoscience.

El Niño y La Niña son dos fases distintas del fenómeno conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), caracterizado por cambios en la temperatura del agua al oscilar entre más cálidas de lo habitual durante El Niño y más frías durante la Niña cada ciertos años.

La investigación publicada ayer -financiada por la NASA y la NASA Earth Science Enterprise, un proyecto de investigación de la NASA- aporta nuevos detalles sobre la forma en que las plataformas de hielo del continente blanco responden a la variabilidad en las condiciones oceánicas globales y atmosféricas.

El estudio -a cargo de Fernando Paolo, que trabaja como alumno de post-doctorado en el Laboratorio de Propulsión de la NASA- ha observado que un fuerte fenómeno de El Niño causa que las capas de hielo en el área de Amundsen (oeste de la Antártica) ganen masa en la superficie mientras al mismo tiempo se derriten por debajo.

Paolo notó que se producía una pérdida de hielo basal hasta cinco veces más que el incremento de nieve en la superficie.

El estudio utilizó observaciones de satélite de las plataformas durante los años 1994 y 2017.

"Hemos descrito por primera vez el efecto de El Niño-Oscilación del Sur en las capas de hielo del oeste antártico", señaló Paolo.

"Hubo algunos estudios idealizados que utilizaron modelos, e incluso algunas observaciones indirectas de las capas de hielo, que sugerían que El Niño podía afectar significativamente algunas de las capas, pero no teníamos observaciones reales", añadió.

"Ahora hemos presentado un expediente de 23 años de datos de satélite de las capas de hielo del oeste antártico, confirmando no sólo los efectos del ENOS anualmente, sino mostrando cómo", dijo.

Este profundo análisis, además, detectó que El Niño modifica los patrones del viento en el oeste antártico y promueve el flujo de aguas oceánicas cálidas hacia las capas de hielo, provocando derretimiento de hielo basal, pero aumenta la caída de nieve.

Según el estudio, mientras la pérdida de hielo basal excedía la masa ganada por la caída de nieve durante un fuerte fenómeno de El Niño, lo opuesto parecía ocurrir durante La Niña.

bonobos participaron en los experimentos realizados por investigadores de la Universidad de Duke, de Estados Unidos. 24

años de observación por medio de satélites fueron necesarios para elaborar el estudio. 23

zoología