Mall Barón
A raíz del caso mall Barón, estamos siendo testigos de varios proyectos para el sector que se están reflotando, también cartas a la Presidenta de la República, energías para la "Ley Valparaíso" y un largo etcétera. Se ha llegado a justificar que nuestro puerto "no ha tenido las bendiciones que ha tenido Viña del Mar". En este punto, me parece que no existen "bendiciones" en otras ciudades, lo que ha ocurrido -a diferencia de Valparaíso- se llama gestión.
De un tiempo a esta parte, Valparaíso se ha transformado en una bolsa de gatos donde prevalece la desconfianza; desconfianza de los ciudadanos con sus autoridades, desconfianza de los ciudadanos con las inversiones privadas, desconfianza de los privados con las autoridades y, lo más grave, desconfianza entre ciudadanos.
Es difícil pensar cómo se puede romper esta dinámica que sólo trae desencanto y un cada vez más escaso desarrollo para la que alguna vez fuera la "Perla del Pacífico". Entre tantas variables, podemos reconocer que desde Lautaro Rosas Andrade (de fines de 1928) no hemos contado con un alcalde-líder con visión de ciudad, juicioso, conciliador y con capacidad de gestión ante el gobierno central. Como porteño, puedo asegurarles que he visto una sucesión de operadores y transfugas que sólo han llevado a nuestra ciudad al estado en que se encuentra, con una infinidad de factores push off que sólo empujan a sus habitantes a abandonarla en un constante éxodo a otras comunas.
Lamento ser tan lapidario, pero no veo solución alguna por ahora... ojalá la mentada "Ley Valparaíso" pueda ser el gesto que provoque mejoras y desarrollo; sin embargo, igualmente se requerirá de gestores y, sobre todo, administradores del nivel requerido. La ciudad sigue esperando
Gonzalo Tellería Olmos Arquitecto
Sename
La Corte Suprema manifestó públicamente su preocupación por la ineficacia que afecta al sistema proteccional que administra el Sename, dada la reducción y cierre progresivo que han sufrido en estos últimos años los programas ambulatorios, así como las residencias que reciben niños por graves vulneraciones de derechos. Un ejemplo de ello es el Hogar de Cristo que, en los últimos 6 años cerró 58 programas y dejó de atender a 7.700 niños y sus familias; mientras que Aldeas Infantiles SOS cerró 7 programas, dejando de atender a 2.550 niños.
La Corte Suprema cuestionó la efectividad de las resoluciones que dictan sus tribunales en el ámbito proteccional, cuando no hay una oferta programática suficiente. Porque no basta con generar judicialmente plazas adicionales vía 80 bis (subterfugio legal que sólo precariza el sistema), para hacinar niños en programas que no tienen más capacidad humana, física o financiera, y que no logra dar una solución de cuidado y protección.
Como sociedad civil comprometida por décadas con la atención de miles de niños y jóvenes, sostenemos que no se trata sólo de resolver un problema asociado al sistema que administra el Sename, donde llega un 3% de la población infantil a instancias de los tribunales de justicia, sino que de ponernos de acuerdo como Estado y sociedad en garantizar que un niño cuando es privado del cuidado de su familia por un tribunal, exista la certeza de que recibirá la mejor respuesta que necesita por parte del Estado.
Los miembros de distintas organizaciones comprometidas con la protección y restitución de los derechos de los niños, invitamos al Presidente de la República que asumirá en marzo a liderar, de una vez por todas, la implementación de soluciones definitivas.
Alejandra Riveros Abogada, en representación de Aldeas Infantiles SOS Chile, Observa sobre el derecho a vivir en familia y Mesa técnica de residencias de COS
Parquímetros en Viña
Tarifar la Población Vergara es inevitable para impedir que oficinistas estacionen allí todo el día, impidiendo rotación, disponibilidad, mejora de la circulación. Se requiere de mayores espacios públicos para ciclovías, veredas y terminar con cuidadores informales, etc. El cambio ha sido evidente y la mayoría de los usuarios y vecinos apoya derechamente las medidas asumidas por el municipio para enfrentar este problema.
Los oficinistas vienen desde el interior, desde Reñaca-Concón, desde los cerros o desde Valparaíso, y muchos de ellos dejaban allí sus vehículos y se dirigían a Valparaíso o a Santiago, con un grave perjuicio urbano.
Complementariamente, la municipalidad puede habilitar un gran parque de estacionamiento de bajo costo en la extensa explanada existente en el estero de Viña, a la altura del puente Lusitania (hay acceso por 1 Norte), sirviendo ello de Estación de Tránsito Intermodal, de manera que los oficinistas tomen allí movilización a la Población Vergara, Valparaíso o Santiago, a través de buses, metro, colectivos, etc., habilitando en la cercanía un paradero especial para buses que se dirigen a Santiago. Refuerza ese emplazamiento el hecho de encontrarse alejado del centro, la existencia de una estación de Merval y de vías rápidas (Troncal Sur, Par Vial, 1 Norte).
Joaquín Bull Río