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"El concejo municipal de la época acogió positivamente el proyecto Puerto Barón"

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Inesperado resultó para Germán Correa el fin del proyecto Puerto Barón, contrato que le correspondió suscribir en 2006 con Mall Plaza en su condición de presidente de la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV), aunque asumió el cargo cuando aquél estaba en fase de adjudicación.

Una iniciativa que, admite, fue controversial desde un comienzo, por lo cual el directorio de la empresa estatal acordó llevarla antes al concejo municipal, donde "la opinión generalizada fue que era un proyecto positivo". Sólo el fallecido edil Alberto Neumann (PC) se negó de plano a escucharla, detalla el exministro del Interior y de Transportes, y actual presidente de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE).

- Según EPV, el fallo de la Corte Suprema que anula el permiso de construcción del proyecto "impide la construcción de cualquier tipo de parque en el borde costero y deja como único uso posible el almacenamiento o transferencia de carga en ese sector".

- Así es. Es un fallo que tiene consecuencias no sólo para el proyecto, sino para lo que EPV puede hacer o no en ese terreno. Yo veo que hay mucho debate sobre lo que se quiere hacer, pero la verdad es que hay un marco legal que parece restringir bastante los usos alternativos de ese espacio.

- ¿Usted hace algún mea culpa tras la adjudicación del proyecto que al final quedó en nada?

- No, porque creo no haber tenido responsabilidades políticas ni administrativas en las decisiones que tomamos. Conociendo la naturaleza de la propuesta, que era instalar un centro comercial, es cierto que con muchos espacios públicos, paseo peatonal, dos plazas, amable desde el punto de vista urbanístico y al que se le hicieron fuertes exigencias en lo arquitectónico, sentí que iba a ser controvertible por tratarse de un centro comercial en el borde costero. Propuse al directorio de EPV llevarla al municipio de Valparaíso, y se la presentamos al concejo, en su calidad de representantes de la ciudadanía, elegidos por ella.

- ¿Qué ocurrió en esa reunión?

- Hubo un solo edil que ni siquiera quiso conocer el proyecto, que fue el concejal comunista (Alberto Neumann), pero el resto escuchó atentamente. Hicieron varias preguntas y al final la opinión generalizada fue que era un proyecto positivo, generaba unos 1.200 empleos en fase de construcción y 800 en régimen, y desde entonces el concejo, en las varias tratativas que hubo sobre los permisos y autorizaciones, nunca tuvo una opinión negativa. Ese fue un factor muy importante para el directorio de EPV en su decisión final de adjudicar el contrato.

- ¿En su opinión el concejo estaba refrendando el proyecto?

- Sí, claro. No hubo una votación, pero sí una expresión generalizada. No recuerdo que haya habido voces en contra, salvo la del concejal que mencioné. Y posteriormente hubo distintos momentos de tratativas con el concejo por diversos trámites.

- Once años después, esa parte de Barón sigue abandonada. ¿Cuál cree usted que es el destino más conveniente para ese sector del borde costero?

-Creo que eso es algo que la ciudad de una vez por todas tiene que definir. A mí lo que me llamó la atención cuando fuimos al concejo municipal de la época a plantear el proyecto, fue que no hubiera habido una posición desde el punto de vista de la planificación urbana sobre qué querían la ciudad y el municipio, a través de su concejo municipal, como futuro para ese borde costero.