Papa Francisco emplazó al clero chileno a rechazar los abusos sexuales a menores
RELIGIÓN. A casi una semana de su visita al país, el Santo Padre hizo un balance.
A casi una semana de abandonar Chile, el Papa Francisco hizo un balance positivo de su visita al país, a pesar de las protestas, y aprovechó de hacer un llamado al clero nacional para actuar frente a los abusos sexuales.
En su tradicional audiencia general con los fieles, el Santo Padre destacó que "mi llegada a Chile fue precedida por diversas manifestaciones de protesta, por varios motivos. Y esto ha hecho aún más actual y vivo el lema de mi visita: 'Mi paz os doy'".
"No solamente cada uno de nosotros necesita la paz, también el mundo hoy, en esta tercera guerra mundial a trozos... ¡Por favor, recemos por la paz!", expresó.
Sobre los abusos sexuales en la Iglesia, el Papa dijo que "con los sacerdotes y personas consagradas y con los obispos de Chile viví dos encuentros muy intensos, todavía más fecundos por el sufrimiento compartido de algunas heridas que afligen a la Iglesia en ese país".
"En particular -agregó- confirmé a mis hermanos en el rechazo de cualquier compromiso con el abuso sexual de menores y, al mismo tiempo, en la confianza en Dios, que a través de esta dura prueba purifica y renueva a sus ministros".
Paso por la uc y la cárcel
Sobre la actividad que condujo en la Universidad Católica, el Papa Francisco dijo que "siempre hay conflictos: también en casa, siempre los hay. Pero, tratar mal los conflictos es todavía peor. No hay que esconder los conflictos debajo de la cama: los conflictos que salen a la luz se enfrentan y se resuelven con el diálogo. Piensen en los pequeños conflictos que hay seguramente en sus casas: no hay que esconderlos, sino enfrentarlos. Busquen la ocasión y se habla: el conflicto se resuelve así, con el diálogo".
Añadió en su balance que "en el encuentro con las autoridades políticas y civiles del país, alenté el camino de la democracia chilena, como un espacio de encuentro solidario y capaz de incluir la diversidad; para ese fin indiqué como método el camino de la escucha: en particular la escucha de los pobres, de los jóvenes y de los ancianos, de los inmigrantes, y también la escucha de la tierra".
También recordó su visita al Centro Penitenciario de San Joaquín, calificándola como "un gesto importante que pude hacer".
"Los rostros de esas mujeres, muchas de ellas madres jóvenes, con sus pequeños en brazos, expresaban, a pesar de todo, tanta esperanza. Las animé a exigir, de ellas mismas y de las instituciones, un serio camino de preparación para la reinserción, como un horizonte que da sentido a la pena diaria".