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El Presidente de las regiones

¿Por qué esa interesante representación regional en algunos poderes del Estado no ha logrado expandirse al Ejecutivo?
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El pasado martes el Presidente electo comenzaba formalmente a constituir su equipo de trabajo nombrando a los 23 ministros de Estado. Con el pasar de las horas, distintas críticas fueron surgiendo, ya sea por las caras repetidas, por la subrepresentación de las mujeres o por la eventual polarización de algunas carteras. Sin embargo, hubo una línea no muy explorada en los análisis, relacionada con la verdadera representatividad territorial del gabinete.

Antes de sugerir cualquier cosa, no podemos desconocer la profunda conexión subnacional de algunos ministros. En esta línea, todos conocemos los lazos provinciales de Gonzalo Blumel, Baldo Prokurica, Isabel Plá, Antonio Walker o Roberto Ampuero. Sin embargo, fue especialmente sugerente percatarnos de que la totalidad del gabinete haya sido formado en universidades de la capital. Si hiciéramos un ejercicio tan sencillo como burdo, sería bastante difícil imaginar un gabinete español donde todos los integrantes hayan sido formados en Madrid, o uno británico donde hayan sólo recibido formación londinense, o uno americano que prescinda de la educación de Boston o California. Y es que, si bien el hecho puede representar una insignificancia, creemos que le subyacen elementos culturales esenciales a la hora de entender el excesivo y particular centralismo.

Una posible explicación a la poca representación de universidades regionales en el futuro gabinete podría relacionarse con la creencia de que en provincias no existirían las mismas competencias que en la capital. ¿Será tan así? En una interesante entrevista sobre el efecto segregador de la PSU, un emblemático político sostenía hace algunos años que se negaba siquiera a considerar la posibilidad de que Dios hubiese repartido los dones desde Plaza Italia para arriba. Con esa misma ironía, podríamos negarnos siquiera a considerar que los talentos hayan sido repartidos sólo en la capital. Pero aun teniendo esto claro, alguno que otro podría contra argumentar que esos buenos "talentos provinciales" terminarían igualmente radicados en las prestigiosas universidades santiaguinas. Pese a que esta idea resulta algo más sensata, serían bastante curiosos los casos del presidente de la Corte Suprema (Haroldo Brito), del Contralor General de la República (Jorge Bermúdez), del Fiscal Nacional (Jorge Abbott) y del Defensor Nacional (Andrés Mahnke), todos con formación universitaria "provinciana". Teniendo esto en consideración, la equitativa distribución de competencias y la decisión de quedarse en regiones no parecen ser precisamente los problemas. Entonces, ¿por qué esa interesante representación regional en algunos poderes del Estado no ha logrado expandirse al Ejecutivo?

Esta pregunta no es menor, pues lo más probable es que tenga raíces culturales que como sociedad debamos abarcar. Desde hace algunos años hemos podido percibir cierta incapacidad de las organizaciones políticas a la hora de hacerse cargo de entornos cambiantes. Las distintas realidades de nuestros territorios también entran en este juego. Esperemos que esto sea considerado por el Presidente electo en la elección de las próximas autoridades nacionales, pues sería una linda manera de comenzar a hacer realidad su inicial promesa de ser el verdadero presidente de las regiones.

Pedro Fierro Zamora

Director de Estudios Fundación Piensa y Académico UAI

Rol de universidades en la promoción de la salud

Los chilenos presentan una alta prevalencia de sedentarismo, bajo consumo de frutas y verduras, y alta prevalencia de exceso de peso.
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Actualmente en Chile los centros de salud del sistema público, en general, se encuentran con una alta sobrecarga asistencial y un desgaste en los equipos de salud, ámbitos que afectan directamente a uno de los pilares de la salud pública de nuestro país, que es la promoción de salud.

La promoción de salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el proceso en el cual se busca fortalecer la propia salud de las personas, realizando una amplia gama de intervenciones sociales y ambientales destinadas a beneficiar y proteger la salud, mejorar la calidad de vida, y prevenir el desarrollo de enfermedades, no centrándose solamente en el tratamiento y la curación.

Reflejo de las carencias en este ámbito, son los preocupantes resultados de la última Encuesta Nacional de Salud (ENS 2016-17), que revela que los chilenos presentan una alta prevalencia de sedentarismo (86,7%), bajo consumo de frutas y verduras (15%), alta prevalencia de personas con estado nutricional con problemas de exceso de peso (74,2%), explicando, en parte, el aumento de sospecha de diabetes comparado con ENS anterior del 2003, de un 4,2% a un 12,3%. Otro resultado preocupante es la baja prevalencia de uso preservativos (10,2%) y una disminución en la realización de examen VIH/SIDA, lo que redunda en el alarmante aumento de 34% de casos nuevos de VIH en Chile entre 2010 y 2016, siendo el crecimiento más alto en Latinoamérica.

Una de las alternativas para resolver el problema, podría ser la mayor inclusión de estudiantes universitarios de las carreras de la salud, a través de actividades vinculadas con las asignaturas que cursan, realizando promoción de salud a través de educación sanitaria a la comunidad, con un programa de actividades en las sedes vecinales, escuelas, colegios, etc., que involucren un seguimiento durante el tiempo.

En nuestra región durante el 2017, se comenzó a conformar esta idea a través del proyecto "Promoción y Prevención en Salud en los Cerros de Valparaíso" de la Universidad Andrés Bello (UNAB), del cual me encuentro a cargo y que ha involucrado un gran trabajo entre instituciones y organizaciones sociales, educacionales y sanitarias relacionadas con la comunidad, y las carreras de salud, educación y sociales de la UNAB. Este Proyecto ya ha beneficiado casi a 3 mil personas de los cerros La Cruz, El Litre, Las Cañas y Mariposa, realizando actividades de promoción en salud en centros de educación, unidades vecinales y a nivel domiciliario, a partir de las necesidades detectadas en un diagnostico participativo en el comienzo del proyecto, teniendo una gran acogida y participación por la comunidad y pudiendo también derivar aquellos casos que se pesquisaron durante las actividades que requerían una resolución de sus problemas de salud a los centros de salud a los cuales pertenecen.

Pese a las positivas cifras, los resultados de esta iniciativa, en su mayoría, se verán en años, por lo que se debe seguir desarrollando un trabajo continuo, ya que los cambios en las conductas y la mejora de los indicadores relacionados a la promoción, se pueden observar en a lo menos 5 años e incluso, algunos, en 15 años o más.

La idea de este proyecto es que siga creciendo, involucre a mayor cantidad de actores y vaya fortaleciendo la salud pública de nuestra región de Valparaíso, y quien sabe pueda ser modelo para aplicarlo a nivel nacional.

Químico Farmacéutico, docente Universidad Andrés Bello

Francisco Álvarez

¿Gato por liebre en el Concejo Municipal?

La acusación solapada del municipio en contra de dos concejales por supuesto conflicto de intereses debe ser aclarada cuanto antes. Esto no es una jungla. En cualquier organización civilizada, la columna escrita por el jefe de prensa de Sharp en un medio digital es una señal que no se condice con una argumentación legítima y respetuosa.
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Muy comentada resultó la controversia desatada en el último Concejo Municipal de Valparaíso, en el cual se postergó la votación por el nuevo Plan Regulador Comunal porteño en medio de un duro enfrentamiento entre el alcalde Jorge Sharp y algunos concejales encabezados por el arquitecto Daniel Morales (perteneciente al Pacto Urbano La Matriz y quien perdiera las primarias con Sharp por apenas 27 votos), el que se ha opuesto a la modificación parcial que pretende el jefe comunal en la altura de la construcción (con tope de 9 metros) en sectores que involucran a los cerros Esperanza, Mariposas y la zona del megaincendio del año 2014. Morales junto al también edil y arquitecto, Claudio Reyes, expresidente regional del Colegio de la orden, abogan por un mínimo de 12 metros, lo que en teoría podría dar un respiro a la alicaída inversión privada en la ciudad. En la pasada también fue cuestionado el asesor urbano municipal, Miguel Dueñas, desautorizado por el alcalde.

Ahora, si bien la discusión por las altura en la construcción resulta perfectamente debatible (de hecho, el ordenamiento territorial propuesto por Sharp también es completamente atendible), la ausencia de diálogo y, más aún, las descalificaciones solapadas llevadas a cabo a nombre del municipio (no sabemos si con su anuencia) en contra de los concejales Morales y Reyes no pueden ser pasadas por alto.

En cualquier organización civilizada, la columna escrita por el jefe de prensa de Sharp en el medio digital El Martutino es una señal que no se condice con la argumentación legítima y respetuosa de una cuestión tan política como técnica. Para quienes no la leyeron, el profesional hace una defensa de la postura alcaldicia en torno a los límites de edificación y desliza un argumento ad hominem que siembra de forma irresponsable todas las dudas posibles sobre Morales y Reyes: "(...) a la carencia de viviendas para los futuros profesionales se suma la preocupación de algunos concejales por las viviendas sociales que se podrían, eventualmente, construir en la ciudad. Para ello, argumentan, se necesita definir una altura de a lo menos doce metros (...) Pero los vecinos no son lesos, ya les han pasado gato por liebre y es "una pa' los vivos" (sic) saben que esas hipotéticas viviendas sociales no son más que lofts forrados en zinc microacanalado y múltiples colores, ojalá un mural que permita aumentar el valor por unidad. Por eso resulta sospechoso que los que nos invitaban a mirar el mar sin una muralla de containers, hoy estén abogando por instalar a lo menos 6 contenedores (12 metros) en las zonas más saturadas de nuestra ciudad", escribió, en clara referencia a un supuesto y oscuro vínculo de Morales y Reyes (símbolos de la resistencia al T2) con negocios inmobiliarios.

Con todo, si en serio la municipalidad piensa eso de sus concejales; ambos, personajes de intachable trayectoria y bastantes respetados en el Puerto, ¿por qué no presenta las pruebas donde corresponde o, bien, limpia sus nombres con letras de molde?