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Los secretos mejor guardados de los animadores del Festival de Viña

CERTAMEN. Carolina de Moras y Rafael Araneda desclasifican algunas de las mejores anécdotas que han vivido en estos casi cinco años juntos en la Quinta Vergara.
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Flor Arbulú

"Los grandes momentos son los que vivimos tras bambalinas" dice Carolina de Moras, animadora del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, mientras comparte el desayuno como su compañero en estas lides, Rafael Araneda. Éste acota que "Viña no es sólo el artista, los premios, el público, la televisión, sino que es todo lo que se vive. Y en lo que se vive, yo por lo menos, tengo una cantidad de recuerdos divertidos que te nutren la vida, te hacen la vida".

Sobre todo porque "te aburres de estar tanto sentada y comienzas a hacer tonteras, porque además somos desordenados. No porque el Rafa ande de humita y de traje significa que va a estar sentado en una silla esperando que termine el artista; y yo porque esté en el vestido voy a esta cual princesa, esperando y abanicándome para salir nuevamente. Hacemos tonteras, y echamos tallas", reconoce De Moras.

Si bien ambos tienen anécdotas para llenar varios libros, lo cierto es que no son todas publicables. "Son tallas tan íntimas que no te las podría contar, porque hay que tener mucha confianza para que la gente las entienda", afirma el conductor, manifestando que "no se entenderían o todo se entendería mal".

A pesar de ello, ambos se dieron tiempo para conversar con este Diario y desclasificar algunos secretos que han guardado por siete años -en el caso de Araneda-, y cuatro para De Moras.

Aquellas primeras veces

Era el 21de febrero de 2011 y Rafael Araneda esperaba su debut en la Quinta Vergara. Por esas fechas Álex Hernández había enfermado y Juan Pablo González había asumido como director televisivo: "Se le ocurrió que saliéramos desde el suelo, como desde una cápsula, que era buena, pero rara, porque era medio inestable. Hubo que estar mucho rato antes ahí", rememora el conductor que en aquella época estaba acompañado de Eva Gómez.

¿Lo peor? "Nos comimos una cantidad de hielo seco y de humo inimaginable". Según cuenta, durante la espera probaban una y otra vez los efectos, por lo que "fue muy nerviosa en ese sentido, pero además muy curiosa porque yo nunca había tragado tanto hielo seco en mi vida", lo que provocaba molestias en la garganta, "si era imposible hablar", por lo que al salir del escenario "primero fue tratar de respirar y toser un poco".

"La primera vez es todo", asegura Carolina de Moras, cuyo estreno fue el 23 de febrero de 2014. "Tú puedes ensayar, te pueden subir a la Quinta Vergara con las pruebas de sonido, de luces, de todo -continúa-. Pero salir a la Quinta Vergara, con el público gritando y de repente encontrarte con ese mar de personas es indescriptible. Además, empiezas a reconocer las caras, entonces dices 'uy vino, ése también. O mi mamá está ahí'. Es súper impactante".

"Yo tengo la certeza que todos los años es impactante, porque todos los años se te olvida la cercanía del público", comenta y agrega: "No hay año que no haya salido nerviosa la primera noche y que no le esté enterrando las uñas (al Rafa)".

Sobre todo porque ella tiene una preocupación extra, como es el vestuario y piensa constantemente en no tropezar. "El año pasado nos hacían bajar por unas rampas de acrílico y los zapatos se resbalaban", recuerda, así como la ocasión en que salió con el taco enredado en el vestido "y digo 'que no se note que voy cojeando, que no se note que voy cojeando'".

"Hay una cantidad de elementos que no se ven, que no se televisan o que no se observan que le agregan un poquito de tensión -continúa Araneda-. Desde el ruedo del vestido, porque claro el diseñador inventa un vestido maravilloso, que no tiene idea que por la puerta no pasa". "El creativo de la escenografía no se sentó con el hombre que diseñó", reflexiona el animador, explicando que muchas veces ha tenido que empujar a su compañera, que entre risas manifiesta "me agarra, me empuja, me pone, me deposita".

Pero si hay un recuerdo imborrable en la memoria de De Moras es cuando por primera vez le cantaron el "Cumpleaños Feliz" en la Quinta Vergara, ya que está de aniversario el 24 de febrero. "Yo me quería poner a llorar y me quería ir del escenario, y el Rafa quédate", cuenta, y detalla: "Me veía corriendo por el escenario y escondiéndome en el camarín. Porque aparte me emocionó tanto que quería hacer pucheros, con mocos, llanto exagerado. Lo controlé, por supuesto, y eso son momentos de felicidad y sorpresa que nunca me esperé en mi vida".

El momento de tensión

Pero no todo en la vida es felicidad. Ambos reconocen que los momentos más complejos que han vivido en el marco del certamen tienen que ver con los humoristas: "El tema del humor es nervioso, vertiginoso", dice Araneda, quien le tocó ser testigo de los dos fracasos que tuvo Ricardo Meruane ante el Monstruo: "Eso lo hace aún más terrible, porque yo no me alegro que a la gente no le vaya bien", asegura.

"Uno empatiza con el dolor, con la incomodidad, con la frustración que está sintiendo el artista en el escenario", dice por su parte la animadora; "porque -añade su compañero- uno puede tener opiniones respecto al libreto, si hace reír o no, pero detrás de esto hay un trabajo, una familia, hay una persona. Entonces empiezan a pasar todas esas cosas". "En ese sentido me gustaría tener como más frialdad, pero no la tengo", confiesa.

"Más allá de que es humorista y nosotros animadores, uno empatiza con ese ser humano que está solo en un escenario, en frente a estas 15 mil almas que no lo quieren ahí. Y eso es súper doloroso. Sabes la situación que va a venir después, uno se empieza a imaginar después los diarios y las redes sociales. Entonces duele", agrega Carola.

No sólo pasó con él, sino también "con otros humoristas que también salen como rasguñando de la situación y tú estás con la guata apretada, esperando un chiste bueno. Ese momento yo creo que es el de mayor tensión", sostiene.

Y no sólo ellos se están mordiendo las uñas, "está todo el equipo así", dice Araneda, y describe: "Detrás del escenario hay técnicos súper especializados en audio, en manejo de diferentes consolas, de plataformas, y que no tienen nada que ver con eso. A ellos los que les interesa es que a lo que vienen funcione bien, y está bien porque ese es su contrato. Pero tú los ves ahí -a ellos o la gente de aseo o de seguridad, para nombrarte diferentes roles- pendientes. De repente se afirman y todos suspiran, cuando no, están todos con cara de nervio".

Pero en este aspecto también han vivido "situaciones geniales". Miguel Ángel Centella salió en 2015 a conquistar al Monstruo tras el show de Ricardo Arjona, "mira por una ventanita y estaba la crema -recuerda Araneda-, y me dice: 'Yo el hueón le hice caso a mi mujer, y le pedí a don Álex Hernández este día', y le digo por qué, 'por qué es fanática de Arjona, y quería verlo a él y ni una foto se sacó, y éste ya se fue'", a lo que le dio ánimo para seguir y el humorista consiguió salir adelante.

"Ruiz Tagle no respiraba" escarba en su memoria el animador. "De repente lo veo y lo empujo, y le digo ¡dale". Y él sí, sí. Le pego, le pego, le pego y me dice pégame, pégame", como para darse energías, tras lo cual logró salir al escenario, ya que "estaba en una esquina decaído". "Hay otros humoristas que me los topo más, a él no, pero pasó algo en ese momento que los dos nos acordamos mucho y quedó un cariño", asegura el conductor.

Esperando la Gala

Entre los momentos más divertidos que ha disfrutado la pareja de animadores del Festival de Viña -que en esta próxima edición cumplen cinco años sobre el escenario-, estos tienen que ver con la Gala, que se realizará mañana desde el frontis del Casino Municipal. ¿La razón? Ellos son los encargados de cerrar el desfile por la alfombra roja, y nunca saben cuándo ocurrirá eso.

"Es raro porque siempre nos dicen vamos a salir cerca de las 11 y media, doce. Y nos dicen 'oye qué se demoran', pero nosotros no podemos llegar y agarrar nuestras pilchas y partir a la alfombra roja. Hay un equipo de producción que controla el timing que están pasando por la alfombra roja", dice Carolina de Moras, detallando que "yo siempre parto con tipo seis me voy a empezar a arreglar y de repente cacho que en la Gala no ha pasado nada. Tipo 9 no ha pasado nada; tipo 10 ni siquiera nos llaman; a las 11 no ha llamado nadie y ni me contestan".

"Yo la veo en la tele", reconoce Araneda, y su compañera cuenta entre risas que a veces hasta está durmiendo. "Un año fue tanto que se las hice -agrega el animador-. Me vinieron a decir 'nosotros te vamos a avisar cuando'. Y yo me metí recién a las 12 a la ducha. Estaban desesperados. 'Pero ¿cómo no vas a estar listo': 12.15 recién secándome el pelo, 12.27 estaba listo y todo bien, no pasó nada. Si yo en media hora estoy listo, no me demoro más".

"Para nosotros igual es súper fome porque primero se nos hace muy larga la espera, segundo porque sabemos -y ahí hay una presión y una sensación- que nos están esperando en la comida, y yo me imagino la gente esperando de las 9 de la noche y que aparezcan los animadores a la 1 y tanto de la mañana, es una lata", afirma la animadora.

Araneda relata: "A mí me escribe mi mujer (Marcela Vacarezza) y me dice la alcaldesa y todos preguntan, hasta los jefes, a qué hora vas a entrar. Y yo no tengo responsabilidad. Después me dice '¿les guardamos algo?' y yo no".

Ambos prefieren comer antes, porque cuando llegan al evento ya está convertido en una fiesta y ellos la aprovechan al máximo sacándose fotografías con algunos de los invitados, o conversando con quienes conocen. "Después vienen las cosas domésticas. Marcela me dice vamos andando, pero yo vengo llegando. Pero ella está ahí desde las 8 y media, así que tiene que aguantar", dice Araneda; mientras que De Moras comenta algo que a todas las mujeres le puede incomodar en un evento de esta naturaleza, como es ir al baño: "Es tema, porque casi me tengo que sacar el vestido de nuevo". "Son cosas que pasan y si lo piensas es muy entretenido lo que pasa en la Gala", reflexiona.

Aún queda festival

Y aunque todos estos recuerdos tienen un sabor a nostalgia, los dos aseguran que no están pendientes que el 59° Festival Internacional de la Canción de Viña de Mar pueda ser el último que organiza su casa televisiva: Chilevisión.

"Todavía el Festival no inicia y lo que queda son un sinnúmero de actividades. Todas importantes, todas relevantes, todas atractivas y es mucho, porque el Festival todavía no parte. Entonces, no puedo yo hablar de ocho años si es que no lo he hecho", dice Rafael Araneda, lo que es compartido por su compañera.

"En lo personal -continúa el animador- yo trato de ser muy responsable con el equipo, porque cualquier cosa que uno diga al respecto en Viña es una hipérbole, se agranda, se achica, se polemiza o puede tomar un sentido que para mí no lo tiene. Entonces, en ese sentido, como que las sensaciones me las guardo para mí, porque creo que el trabajo está muy bien hecho y que esos profesionales merecen el debido respeto".

"Hay otra cosa importante -destaca Carolina De Moras- si fuese el único año que hicimos el Festival uno diría qué ganas de hacer otro año. Pero el Rafa lleva 8 años, yo voy a cumplir mis cinco años, entonces también hay una sensación de qué rico haberlo disfrutado todos estos años. Toda la experiencia, todo lo vivido, todo el contacto con la gente, con los artistas, con los periodistas, yo lo atesoro hoy día y lo voy a tener como un recuerdo para siempre, entonces tampoco tengo la sensación de que 'uy, me quedé corta'".

Respecto al certamen en sí, que comienza este martes 20 de febrero y se extenderá hasta el domingo 25, Araneda dice que "encuentro que estamos bien". No sólo porque "hay un equipo afiatado", sino porque siente que hay "una parrilla súper buena", lo que ha quedado demostrado en la venta de entradas: "Hay mucha demanda y mucho interés. Hay humor todas las noches, hay buenos artistas con puros hits. Yo creo que es un agrado también tener esa tranquilidad de que vienen con productos que realmente a la gente le llama la atención".

"A mí me pasa este año, particularmente, no sé si es porque llegué justo de vacaciones, pero estoy pasándolo demasiado bien. De repente siento que uno se tiende a estresar, porque siempre hay cosas que están como al debe o falta afinar, pero este año siento que está todo perfecto. Está todo súper organizado y el equipo también no está como estresado tal vez por detalles que de repente son pequeños pero igual te estresan", comenta De Moras.

Asegura, además, que la parrilla también la siente "perfecta", por lo que "la gente lo va a pasar bien y yo siento que la venta de entradas, como dice el Rafa, significa que la gente tiene ganas de ver el Festival", por lo que prevé que todas las noches serán "súper cantadas". Con que ello suceda, ambos, ya ven cumplidas las expectativas de Viña 2018.

Ideas para Stefan Kramer

Rafael Araneda está acostumbrado a que Stefan Kramer lo imite, e incluso, grabó el martes uno de los openning con el humorista que subirá al escenario este jueves 22 de febrero. Pero ¿qué pasaría si el comediante imitara a Carolina de Moras? "Creo que no soy una persona fácil de imitar, porque no tengo muchos modismos", respondió, aunque su compañeró le aseguró: "Eso es lo que tú crees". Y aunque siguió insistiendo, Araneda replicó: "No me hagas dar ideas a Stefan". La animadora finalmente confesó que "estaría muerta de risa si lo hace, porque al final es divertido ver una persona que está hablando, se está moviendo y está gestualizando como tú".


Animadores llegan al tradicional almuerzo con los ejecutivos

En el marco de las actividades previas al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, los animadores llegaron ayer al restaurante San Marco para el tradicional almuerzo con los ejecutivos del evento, donde afinaron los detalles de la edición número 59 del certamen, y aprovecharon de saludar a quienes se les acercaban para pedirles fotos.

Junto con afirmar que ha sido "maravilloso el recibimiento", los animadores aprovecharon de bromear con lo que harían ayer para conmemorar San Valentín: "Vamos a celebrar los tres: Marcela, Rafa y yo", dijo De Moras, afirmando luego que estaban invitados a cenar a la casa de un amigo. "Cada uno posteriormente celebrará como pueda", sostuvo el conductor.

Araneda acotó, además, que hasta el momento ha sido "divertido" lo que han hecho esta semana, pues "lo hemos pasado increíble", adelantando que "quedan muchas actividades. Esto está recién comenzando". Fue una breve conversación con la prensa, para luego retirarse a disfrutar de las delicias del lugar al que van todos los años.

" Me vinieron a decir 'nosotros te vamos a avisar cuando'. Y yo me metí recién a las 12 a la ducha. Estaban desesperados. 'Pero ¿cómo no vas a estar listo': 12.15 recién secándome el pelo"

Rafael Araneda Y su recuerdo de la Gala"

" Me veía corriendo por el escenario y escondiéndome en el camarín. Porque aparte me emocionó tanto que quería hacer pucheros"

Carolina de Moras, Y la primera vez que le cantaron "Cumpleaños feliz""

El Club de Fans de Miguel Bosé ya se está preparando para la presentación del español el próximo martes 20. "Siempre con el mejor #ArtistaDelFestivalBose seguimos sumando experiencias a nuestros #37años de Club de Fans", escribieron.

Alex Hernández está pendiente de todos los detalles del Festival, así fue como ayer se reunió con los participantes de las competencias internacional y folclórica para darles la bienvenida, según atestiguaron las redes sociales del evento.

Las redes sociales tendrán una fuerte presencia en el Festival a través de las #FanCamCHV , que ayer le dio la bienvenida a Catalina Vallejos. También se invitó a que todos se unan y generen contenidos a través de Facebook e Instagram live.

No fueron pocos los artistas del Festival que ayer -en el Día del Amor-, utilizaron sus redes sociales para enviar mensajes alusivos. Stefan Kramer, como siempre, sorprendió con esta imagen en que simula ser Daddy Yankee.


El pulso en las


redes sociales

El mercurio de valparaíso | Miércoles 14 de febrero de 2018 | 30