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Breve historia del humor en la Quinta

El análisis de los humoristas es una fuente para los historiadores culturales. En especial, porque el éxito o fracaso de aquellos depende no solo de su gracia, sino también de su capacidad para leer los tiempos.
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El Festival de Viña del Mar ha logrado, como lo soñó alguna vez el alcalde Gustavo Lorca, poner en la vitrina mundial a la ciudad jardín. Lo que nadie se imaginó es que el evento artístico que, a inicios de la década del sesenta, estaba pensado como un concurso musical, haya terminado derivando en un show en el que la competencia musical y folclórica son, en la práctica, un trámite que, por tradición, hay que cumplir.

El gran salto del Festival de Viña del Mar se produjo en la década del setenta, cuando empezó a ser transmitido por televisión, primero a Chile, y luego a otros países como Argentina, México y parte de Europa.

Lo que se inició como un festival musical se fue ampliando a un show internacional en el que las rutinas de humor terminaron transformándose en lo más esperado. Al inicio, las rutinas combinaban la parte musical con los chistes, hasta terminar en los actuales "stand-up".

Consecuente con esto, los primeros humoristas eran verdaderos artistas musicales, para no decir músicos frustrados, que combinaban sus imitaciones de cantantes con algunos chistes. Este esquema permitió que personajes como Bigote Arrocet triunfaran en la Quinta Vergara. Cuando el chiste no tenía el efecto que se esperaba, la carta bajo la manga era la imitación de estrellas de la época como Julio Iglesias, Nicola Di Bari o Al Bano, que tenían un efecto hipnotizador en el público.

Junto con esto, fue surgiendo el mito del monstruo. Un público que podía devorar a artistas que no eran de su agrado, siendo los humoristas la presa predilecta. Sin embargo, estos han logrado apaciguarlo a través de frases hechas para la galería: saludos a los del cerro, a los que fuman pito, consignas contra los políticos y rosarios de garabatos siguen salvando la vida de algunos. La verdad es que en la práctica, lo de comerse artistas sucede bastante poco, pero el morbo de una mala actuación mantiene con vida su leyenda.

Una breve revisión de las rutinas desde hace cuatro décadas revela algunos tópicos recurrentes de los humoristas: chistes sexuales, chistes sobre una juventud descarriada; chistes xenófobos contra los argentinos y bolivianos; sobre gangosos, tartamudos o gordos y la burla permanente a los homosexuales, por nombrar solo algunos.

El público ha cambiado: si antes Lucho Navarro podía hacer delirar a la Quinta imitando ruidos de guerra, hoy en día la rutina requiere de algo un poco más elaborado, un relato que vaya adornado con una serie de chistes cortos y, además, que el humorista sea capaz de reírse de sí mismo. De igual forma, la tolerancia y las modas han generado que los chistes contra las minorías sexuales ya no tengan el efecto de antes. Hoy en día una rutina como la de Hermógenes Conache en la que decía que no iba a imitar más a los homosexuales "porque dicen que la cuestión se pega" es inaceptable.

La mirada sobre la familia, el rol del hombre y la mujer también ha variado en las presentaciones. Si Dino Gordillo presentaba en 1996 un modelo en el que la esposa aparecía subordinada al marido y éste se vanagloriaba de tener además una amante, dos décadas más tarde Natalia Valdebenito cambiaba la historia del humor en la Quinta riéndose de los hombres.

Finalmente, el análisis de los humoristas es una fuente para los historiadores culturales. En especial, porque el éxito o fracaso de aquellos depende no solo de su gracia, sino también de su capacidad para leer los tiempos. Al igual que el buen político, el humorista exitoso es aquel que puede interpretar y traducir en una rutina lo que el público siente, vive y finalmente, lo que quiere escuchar. Cuando eso no ocurre, termina siendo devorado, como ocurrió hace poco con Ricardo Meruane: "Gracias, gracias, muchas gracias".

Doctor en Historia Facultad de Artes Liberales Universidad Adolfo Ibáñez

Gonzalo Serrano del Pozo

Stefan Kramer y su regreso a la Quinta Vergara: "Tengo que ser fiel a mí mismo"

HUMOR. Quien pasó a la historia del Festival como uno de los mejores humoristas, llega hoy con un show "más maduro".
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A diez años de su exitoso debut en el Festival de Viña del Mar, Stefan Kramer volverá a pisar la Quinta Vergara esta noche en medio de grandes expectativas de que se convierta en un nuevo fenómeno. Esta vez, sin embargo, se alejará de las caracterizaciones para hacer una rutina donde mezclará sus imitaciones con una historia donde la gente se pueda identificar.

"Te puedes identificar como mujer, como mamá, puede hablar de la igualdad de género, de que los hijos están metidos todo el día en el internet y cómo lo haces tú para controlar esos celulares", contó el humorista ayer en conferencia de prensa, añadiendo que "trataré de estar a la altura de lo que la gente espera de mí". Sin embargo, advirtió que "tengo que ser fiel a mí mismo y a lo que estoy haciendo en el escenario".

Sin apegarse al pasado

Es que el show que presentará hoy estará basado en "Súper papá" -el último espectáculo que Kramer protagoniza- pero "adaptado a Viña, por supuesto". Según comentó, la historia durará noventa minutos y se relaciona "con el tema de mi internacionalización, con el nacimiento de mi cuarto hijo, con el equilibrio familia/trabajo", además de incluir contingencia y temas que la "gente puede esperar".

El humorista, quien aparece en el programa "Don Francisco te invita" en Estados Unidos también reflexionó sobre su exitosa presentación del 2008, considerada una de las mejores rutinas humorísticas en la historia del Festival.

"Tengo respeto por esa juventud, pero ganas de plasmar lo que he hecho durante todo este tiempo y que hoy quizá tiene más relevancia yo como narrador", recalcó, asegurando que le gustaría mantener "esa fuerza y esa pasión" que demostró hace una década. "Pero hay que reconocer que los tiempos cambian, uno va madurando, tengo más hijos, tengo otra manera de reflexionar la vida, por lo tanto trato de no apegarme mucho al pasado", acotó.

En ese sentido, respondió a las críticas del escritor Álvaro Bisama, quien en una columna que publicó en "La Tercera dijo que "el mejor Kramer era el que hacía sátira política" y que "al ser un hit masivo, se volvió inofensivo y predecible". Al respecto, sostuvo que "uno va pasando por épocas también. Yo nunca vivo del pasado, y a veces uno dice 'pongámonos puntudos' y no resulta".

El humorista aclaró que, pese a saber las opiniones que existen sobre la evolución de sus presentaciones, trata de obedecer a lo que siente. "Cuando uno comienza quizá es más del gusto de 'oh, está pegando' y después te vas quedando con la gente que te quiere seguir y vas haciendo tus shows de manera honesta", opinó, reconociendo que "cada vez que gano un público, pierdo otro".

"No estoy para satisfacer tampoco a Bisama, sino que tengo que hacer lo que mi alma me pida, y me tengo que acostumbrar que hay gente que no le gusta eso. Espero que le saque alguna risita a Bisama", apuntó.

El protagonista de "Stefan v/s Kramer" también dijo ser "fan de todos los comediantes" que se presentarán en Viña 2018. Sobre la comentada presentación de Bombo Fica en la noche inaugural -que fue calificada de errática y se le criticó la inclusión de Mariela Montero y Willy Benítez-, opinó que "la gente quizás prefería ver más al Bombo simplemente". Y expresó que "cada artista tiene su idea de plasmar en el escenario, todo se respeta", agregando que "siempre apoyo quien se sube al escenario".

" Hay que reconocer que los tiempos cambian, uno va madurando, tengo más hijos, tengo otra manera de reflexionar la vida, por lo tanto, trato de no apegarme mucho al pasado.

Stefan Kramer

Comediante"


La noche en que conquistó al Monstruo

Bastaron diez minutos para que Stefan Kramer tuviera al Monstruo de la Quinta Vergara comiendo de su mano en 2008. Con baile y canto incluido, el humorista quedó en la historia por sus 33 imitaciones, entre las que destacaron Rafael Araneda, Nicolás Massú, Ricardo Arjona y Sebastián Piñera. Un show que le significó llevarse todos los premios y ser peak de sintonía con 61 puntos.

El mercurio de valparaíso | Miércoles 21 de febrero de 2018 | 27