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Trabajo de calidad y más diálogo

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La Agenda Laboral del Programa de Gobierno que termina avanzó con creces en dos materias que en el mundo del trabajo eran indispensables: Garantizar mejores condiciones laborales, y promover el Diálogo Social. Y el énfasis estuvo tanto en promover un óptimo escenario para la Productividad, Innovación y Emprendimiento, como también por Más y Mejor Trabajo. Así por ejemplo, la Ley Sanna viene a dar garantías de protección a los niños, niñas y adolescentes con diagnóstico de enfermedades críticas o terminales o accidentes graves. Es el seguro para que los padres trabajadores puedan ausentarse y cuidar a sus hijos en situación de salud grave -desde los 2 hasta los 18 años inclusive- con una licencia médica que vela por la familia, y fortalece el sistema de protección social. Por su parte, la Ley de Inclusión Laboral vigente a partir del 1 de abril, establece que en todas las empresas de más de 100 trabajadores existan cupos de trabajo para a lo menos el uno por ciento de personas en situación de discapacidad. Regirá tanto en el sector público como el privado, y deroga el artículo que permitía una remuneración incluso menor al sueldo mínimo, terminando con estos actos arbitrarios. El porcentaje aprobado del uno por ciento será revisado en el plazo de 3 años y en su primera fase de implementación, serán a lo menos 30 mil las personas con capacidades diferentes que por derecho ahora podrán acceder a un puesto de trabajo.

La Ley que Moderniza y Mejora las Relaciones Laborales promovió un contexto dialogante y ágil para la negociación colectiva. El año 2017, 165 empresas en la región negociaron con este nuevo escenario, con 27 acuerdos de Servicios Mínimos y solo un caso regional judicializado. Se votaron 30 huelgas, concretándose solo 9, un tercio de las 27 huelgas ocurridas el 2016. A pesar de ciertos temores, las cifras evidencian que el Derecho a Huelga no ha acentuado el conflicto. Se fortaleció especialmente el proceso de mediación, tarea clave de la Dirección del Trabajo para colaborar en el entendimiento entre ambas partes. Tampoco afectó ni la calidad ni la oportunidad de empleos. Mientras que el promedio de cesantía entre el 2010-2014 se elevó al 6,9 por ciento, el Gobierno que termina cierra estos 4 años con un promedio de un 6,4 por ciento. La Reforma Laboral también fomenta la participación de la mujer en la actividad y liderazgo sindical, en consonancia con el interés de la Presidenta Bachelet por impulsar políticas públicas con perspectiva de género. Más de 200 mil nuevas mujeres capacitadas, y promoción de igualdad de condiciones, han permitido que la tasa de desocupación femenina disminuya al 7,2 por ciento. El trabajo estable, más participación y empleos en igualdad de condiciones como también avanzar hacia la erradicación de la brecha salarial son los temas transversales para un escenario integrador e igualitario para miles de trabajadoras. Destaca de modo especial la Ley de Trabajadoras de Casas Particulares, que hace justicia con más de 500 mil trabajadoras que hoy ven reconocidos sus derechos laborales, contrato, remuneración mínima, jornada y descanso, y otros.

La necesidad de más diálogo para avanzar en acuerdos era sin duda una urgencia, así como también generar más condiciones para la productividad. Es preciso entonces dar cuenta que el dilema entre desarrollo productivo y derechos laborales es un falso debate. Las políticas públicas no son neutras. Avanzar en normas tenía que ver con reconocer carencias y precariedad, como también en hacer justicia social en materia laboral, poniéndonos al día como país y haciendo nuestras las normas internacionales que exigen a los países modernos políticas justas y pensando en todos. Ese será desde hoy el legado de la Presidenta Bachelet, con más de 39 leyes y una nueva Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, sin duda serán un aporte para construir un Chile de Todos, con más Diálogo Social, más Derechos y Trabajo de Calidad. Compromiso cumplido.

Karen Medina Eguiluz

Secretaria Regional Ministerial del Trabajo y Previsión Social

La última tentación de Michelle

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A sólo cinco días de terminar su mandato, la Presidenta firmó en la Moneda el proyecto de nueva Constitución. El reconocimiento de pueblos indígenas, la iniciativa ciudadana de ley, la protección de ciertos derechos sociales y las modificaciones a los controles contramayoritarios serían algunos de los elementos más relevantes de la propuesta. Sin embargo, más allá del contenido propio del texto, lo que más ha despertado las críticas se relaciona con el timing escogido por la Mandataria. Pese a que era uno de los grandes temas de su campaña, el cumplimiento de un compromiso electoral estaría lejos de ser motivación suficiente para presentar una nueva Carta Magna. Por eso mismo, más allá del romanticismo inherente al cumplimiento de uno de los tres pilares de su programa, sólo parecen asomarse efectos negativos luego de la decisión tomada.

Vamos por partes. En primer lugar, quienes abogan por una nueva Constitución han señalado que con el mero cumplimiento testimonial de la Presidenta -como lo calificaría Felipe Harboe- se habría terminado por sacrificar el momento constituyente. Y es que, siguiendo esta línea, ha llamado la atención el secretísimo en la redacción del texto finalmente presentado, el cual no respondería al ropaje representativo y participativo con que se ha intentado vestir la propuesta. Sin ir más lejos, el mismo presidente del Consejo de Observadores convocado por la Presidenta, Patricio Zapata, ha criticado en los últimos días el método utilizado, denunciando su lejanía de los partidos políticos y prescindencia de un proceso de consultas a entidades académicas, sociales o ciudadanas.

Sin embargo, ¿se podía acaso esperar algo distinto? Es una pregunta válida, pues los problemas identificados en los últimos días por quienes abogan por una nueva Constitución -como el mismo Patricio Zapata, Jorge Contesse o Ignacio Walker- parecían altamente previsibles. De hecho, hace casi un año, Claudio Alvarado -en "El derrumbe del otro modelo" (2017, editorial IES)- ponía especial énfasis en el probable fracaso del proceso costituyente a la hora de acumular poder político. "Nos guste o no ?señalaba Alvarado? un cambio constitucional en democracia requiere acuerdos, y ello a su vez exige liderazgos contundentes, tan abiertos al diálogo como capaces de indicar con claridad el norte al que se apunta". Pese a esta advertencia, y a diferencia de lo que muchos constitucionalistas se esforzaron por promover, Michelle Bachelet estaría terminando su gobierno con una propuesta trabajada entre cuatro paredes, sin consultar siquiera a sus ministros y cayendo en las mismas críticas que tanto han realizado a las reformas de 1989 y 2005.

Pero si este cumplimiento testimonial de la presidenta podría suponer un revés para quienes han trabajado por una nueva Constitución, también implicaría una primera gran prueba para aquellos que promueven sólo reformas concretas a la actual Carta Magna. Y en este sentido, las decisiones tomadas por el nuevo gobierno en los primeros días del mandato no serán para nada irrelevantes. El nuevo Ministro de justicia, Hernán Larraín, ya se ha mostrado crítico del proyecto, calificándolo como un "saludo a la bandera" y como un "ejercicio sin destino". Sin embargo, debemos ciertamente esperar sus primeras acciones en el nuevo cargo para juzgar la verdadera consistencia de sus opiniones.

Con todo, lo cierto es que -como ya se ha dicho- el proyecto enviado al Congreso pasará probablemente a la historia como la "Constitución de Bachelet". No será la de sus partidos, ni la de sus votantes, ni mucho menos la de la ciudadanía. Simplemente será la última tentación de Michelle, su ideario personal hecho Carta Magna.

Pedro Fierro Zamora

Director de Estudios Fundación P!ensa y Académico UAI

Una vieja historia: ópera en el Municipal

Los daños tras el terremoto de 2010 en el tradicional teatro viñamarino y la inversión de los recursos para su recuperación abren espacios para acusaciones que son desestimadas
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Fue una gala de verdad aquella del 11 de octubre de 1930, en que se inauguró el Teatro Municipal de Viña del Mar. Sin alfombra roja, pero con abrigos, tapados y estolas de piel que lucían las elegantes damas asistentes y que hoy darían urticaria a los buenos animalistas. Los caballeros, de estricta etiqueta. El Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo y su esposa eran los invitados de honor a la ceremonia de apertura oficial del lujoso teatro. La ópera "Tahis", de Jules Massenet, sería la primera pieza en el flamante escenario. Gran orquesta y una compañía lírica italiana que abrió la función interpretando la canción nacional tras correrse el telón de terciopelo llegado de Milán, Vaticano del bel canto. Admiración general de los presentes y de los curiosos que repletaban el entorno del edificio de estilo greco-romano brillantemente iluminado. La obra había costado tres millones de pesos de la época y su belleza bien merecía una ópera, alta expresión de la creatividad musical, para su inauguración. En las óperas hay música, canción, actuación y drama. Aparecen héroes, villanos, traidores, bellas mujeres, magos, crímenes, misterio…en fin, fantasía para todos los gustos. Thais, por ejemplo, es una bella que muere arrepentida de su vida pecadora.

Paradojalmente tras un drama que no es fantasía, un terremoto, el Teatro Municipal de Viña del Mar levanta el telón a una verdadera ópera política. Los daños del terremoto de febrero de 2010 golpean gravemente el hermoso edificio. Hay que recuperarlo y se requieren recursos. Finalmente llegan $ 3.300 millones desde el Consejo de la Cultura y las Artes y $ 2.217 millones de la Subsecretaría de Desarrollo Regional, Subdere. Y ahí parte esta ópera que nada tiene de artística: las platas, acusa la Subdere, no habrían sido consignadas a su finalidad específica, sino que a cubrir parte del déficit municipal, cuyo monto hasta ahora es un misterio. Oscila entre los $ 5 mil y los $ 8 mil millones y podría escalar a los $ 14 mil. Esto según desde donde se mire. Pero seamos justos, sería municipalidad fantástica -palabra de moda- aquella sin déficit. El cargo de desvío de fondos es tajantemente desmentido por la alcaldesa. Las obras están en marcha desde el 24 de octubre y las platas están donde deben estar.

Pero la trama de esta ópera no es tan simple, pues tras todo esto está el gran botín: la alcaldía de Viña del Mar y por ese botín hay muchos interesados: el Frente Amplio quiere repetir el numerito de Valparaíso; lo que resta de la Nueva Mayoría también está disponible y en las filas del oficialismo hay fuego amigo. Nada nuevo bajo el sol y que siga la música maestro; si usted quiere con solemnidad operática o al desprejuiciado ritmo reggaetonero.