Crisis de la basura: anuncian posibles cambios en recorrido
VILLA ALEMANA. Construcción de una planta de transferencia asoma como la solución factible a largo plazo y tras superar las instancias correspondientes. CIENCIA. Doctora taiwanesa implementó la tecnología. CONOCIMIENTO. Actividad convocó a 400 estudiantes de educación media.
En un problema más grande a lo imaginado se convirtió el cierre del vertedero municipal de Villa Alemana, clausurado el 31 de marzo, para facilitar la construcción del Hospital Provincial Marga Marga, que se ubicará en un terreno contiguo.
En poco más de un mes, la municipalidad ha tenido que destinar, además de parte de su personal municipal, cerca de $200 millones para el arriendo de bateas y de camiones externos para la recolección de los residuos domiciliarios, luego de que se denunciara que durante algunas semanas la basura no fue retirada en diferentes sectores de la comuna. Lo anterior motivó a que la seremi de Salud de Valparaíso inspeccionara la situación en terreno.
Pese a los esfuerzos del municipio, la coyuntura pareciera que aún no está controlada, lo que haría adoptar nuevas medidas.
"Hemos estado monitoreando el sistema diariamente, y lo más probable es que nuevamente tengamos que modificar recorridos y frecuencias del servicio de recolección", anunció esta semana el alcalde de Villa Alemana, José Sabat.
Las razones, agregó, son que los camiones continúan presentando fallas, incluso los nuevos, de modo que "no hemos logrado contar con la flota suficiente, que es el motivo principal de la dificultad, lo que se agrava con los tiempos de desplazamiento al relleno sanitario que recargan el sistema existente", dijo Sabat, en alusión a que los camiones ahora están depositando la basura en Quillota, de modo que permanecen alrededor de una hora y media en tránsito, a diferencia de los diez minutos que demoraban antes.
Aún cuando la situación ha presentado más de alguna dificultad, el alcalde de Villa Alemana se comprometió a que volverán a la normalidad a fines de este mes o a más tardar a principios de mayo. "Para esa fecha esperamos contar con toda nuestra flota de camiones recolectores en forma operativa al 100%", precisó Sabat.
De ser así, los residuos domiciliarios continuarán siendo depositados en el relleno de Quillota a lo menos hasta agosto. De acuerdo a lo que confirmó el municipio, ese mes finaliza el contrato con la empresa Aseo Santa Teresita, por lo que ya están preparando una licitación cuya empresa que se la adjudique deberá definir el futuro destino de la basura.
En paralelo el municipio está trabajando en una solución a mediano y largo plazo que les permita desterrar definitivamente el problema. En esa línea, la construcción de una planta de transferencia asoma como la principal solución.
"Nos permitiría disminuir los tiempos de traslado de nuestros camiones recolectores y podría reducir el impacto ambiental que genera el traslado de los residuos sólidos a los rellenos sanitarios", comentó el alcalde, quien reconoció que el proyecto no está pensado como una solución inmediata.
"Tenemos que pasar por las instancias técnicas y medio ambientales correspondientes para su aprobación. Por esto, la entrada en funcionamiento de la estación de transferencia se espera para fines de 2019 o comienzos de 2020", anunció.
El municipio también está trabajando en una licitación con la que pretenden concesionar tanto la construcción de la planta como su operación. Con esto, la inversión, estimada entre $1.500 y $2.000 millones, sería asumida por el privado. Una vez adjudicada la iniciativa, se tiene previsto que el diseño demore entre doce y quince meses. La construcción podría tardar un semestre.
Sabat confirmó que está pensada para ser instalada en el sector sur, a un costado del ahora exvertedero.
Microscopio inteligente permite ver
cómo se comunican las neuronas
Tecnología de punta para observar el cerebro, comenzó a funcionar en Valparaíso. Se trata del microscopio de dos fotones, el primero en nuestro país que permite observar a las neuronas en tiempo real y tres dimensiones. El equipo, instalado sobre una mesa de 693 kilos especialmente diseñada para impedir cualquier movimiento, fue armado por la misma mujer que lo está utilizando: la doctora Chiayu Chiu, científica taiwanesa y una de las dos ganadoras del primer concurso internacional, impulsado por el Centro Interdisciplinario de Neurociencia, de la Universidad de Valparaíso y los institutos Max Planck.
El aparato, cuyo costo total es de 400 millones de pesos, comenzó a estar operativo luego de 18 meses de implementación y acondicionamiento de la sala y estructura que lo sostiene, una plataforma de 1,2 metros de ancho, por 3 de metros de largo, que flota en el aire gracias a un sistema de presión impulsado por nitrógeno. "La separación es pequeña. Menos de un dedo cabe entre la base de la mesa y la parte superior de las patas de soporte", asegura la doctora Chiu.
Así, en su laboratorio al interior la UV, la investigadora ya puede observar imágenes que, gracias al uso de un potente laser y un sistema de espejos, son proyectadas y luego transferidas a dos pantallas, que permiten ver y navegar en los tejidos a un tamaño 1200 veces mayor que el original. Emociones como el miedo y su reacción en el cerebro, también esperan ser analizadas por la científica.
"En el computador estamos mirando somas -el cuerpo celular de la neurona-, en una zona de la corteza cerebral. Es como si estuviéramos observando desde arriba y en profundidad, que es una de las ventajas del equipo a diferencia de los microscopios convencionales. Y todo esto se ve en tiempo real, gracias a algunos instrumentos que nos permiten reconstruir la imagen", comenta Chiu.
El microscopio fue adquirido con fondos del Instituto Milenio CINV y un proyecto Fondequip, obtenido por el doctor Andrés Chávez, director del Núcleo Milenio NuMIND, e investigador del CINV. "Es uno de los instrumentos más modernos del país", dijo Chávez.
Colegios de la zona asisten a maratón de matemáticas
Un total de 18 establecimientos educacionales de la Región participaron en una nueva versión del Campeonato Escolar de Matemáticas (CMAT), que reunió a más de 400 estudiantes de educación media. Esta actividad se llevó a cabo a nivel nacional con sedes en diversas zonas del país con el objetivo de poner a prueba los conocimientos y habilidades matemáticas de nuestros estudiantes, incentivando la sana competencia y la convivencia entre colegios.
En la V Región, la actividad fue organizada por el Instituto de Matemáticas (IMA) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y convocó a alumnos de 1º a 4º Medio, quienes desarrollaron tanto una prueba individual como grupal con el objetivo de continuar con su participación en las tres próximas fechas del CMAT de mayo, junio y agosto.
Alumnos de los colegios Alborada de Curauma, American College, Antumapu de La Calera, Bicentenario Mary Graham de Villa Alemana, Capellán Pascal, Divina Maestra, Domingo Ortiz de Rozas, Don Orione de Quintero, Esperanza, Internacional Sek Pacífico de Viña del Mar, Rafael Ariztía, Jean Piaget de Villa Alemana, Liahona El Belloto, Parroquial San Antonio, Rubén Castro de Viña del Mar, Scuola Italiana Arturo dell' Oro, Seminario San Rafael de Valparaíso y Teresa Brown de Ariztía compitieron en esta instancia del certamen.
El coordinador del evento, Matthieu Arfeux, académico del IMA PUCV, destacó el gran interés generado por esta competencia entre los estudiantes de la región.
"Tuvimos una respuesta masiva a la convocatoria, lo que significó doblar el número de inscritos respecto al año 2017. Lo positivo de este certamen es que los estudiantes se ven enfrentados a preguntas que los aproximan a una matemática distinta a la vista en sus colegios. Este instancia la vemos como una oportunidad para incentivar y fomentar en ellos un pensamiento matemático basado en la reflexión, la discusión y la crítica".
Cabe recordar que Arfeux y Diego Paredes, ambos investigadores del IMA se adjudicaron proyectos en el marco del Programa Regional MATH-AmSud del Programa de Cooperación Internacional (PCI) de CONICYT en su convocatoria 2017, que promueve la integración de la comunidad científica nacional con sus pares en el extranjero.