"Aún es muy mezquina la actitud de los canales hacia la producción local"
Luis Gnecco conoció a Gael García Bernal en 2012, cuando filmaron juntos "No", de Pablo Larraín, director que los volvió a reunir cuatro años después en "Neruda". Esas colaboraciones previas abrieron línea directa entre ambos, que permitió que el mexicano contactara al chileno cuando comenzó la producción de la serie "Aquí en la Tierra".
Creada por García Bernal, la serie es una producción de La Corriente del Golfo -la nueva firma que el mexicano creó junto a su compatriota Diego Luna- y representó a Latinoamérica en la primera edición del festival francés Canneseries. "Aquí en la Tierra" se estrenó ayer por Fox Premium y la primera temporada está disponible en la aplicación de esa cadena.
Desde Italia, donde se encuentra rodando una película, Gnecco abordó la experiencia de participar en una megaproducción de nivel internacional.
- ¿Cómo llegaste a este proyecto?
- Un día respondí el teléfono y al otro lado estaba Gael que me invitó y dije sí inmediatamente. Le pedí que me contara de qué se trataba, me interesó, pero ya súper me interesó cuando leí el guión, cuando descubrí el tratamiento que le iban a dar, y me súper fascinó cuando estuve con Gael dirigiendo, que tiene un talento gigante. A Gael yo lo conocía como actor, pero no como director; para mí era una gran duda ver cómo se podía desenvolver Gael y la verdad es que me parece que su experiencia como actor lo puso al servicio de esto. Me gustó mucho su trabajo, se lo dije y cada vez que lo pueda lo voy a decir porque honestamente me parece que tiene gran talento.
El rol que gatilla todo
Gnecco grabó sus escenas de "Aquí en la Tierra" el año pasado en Ciudad de México, donde cuenta que a punta de tequilas aprendió el acento mexicano que usó para dar vida al fiscal cuyo asesinato gatilla una de las dos historias centrales de la serie: la de Carlos (Alfonso Dosal), hijo del personaje del chileno, que es un joven nacido en cuna de oro que busca esclarecer la muerte de su padre.
Por eso, pese a que su personaje muere al comienzo de la serie, el chileno adelanta que grabó algunas escenas más que permiten entender mejor su historia más adelante. "Gael me dijo que si bien es cierto es uno de los ejes de la historia, su presencia es bastante acotada, y que necesitaban un actor de peso, de manera que fue una invitación apelando a mi calidad de actor y también una invitación a partir a la amistad, entonces obviamente no le pude decir que no", explica Gnecco, que comenzó a internacionalizar su carrera en 2011 con la serie de HBO "Prófugos" y que posteriormente volvió a participar en un megaproyecto con "Narcos", de Netflix.
- ¿Cómo ha cambiado la escena desde "Prófugos"?
- Ha habido una evolución, desde que las grandes casas de producción comenzaron a invertir en Latinoamérica. Ha habido dos evoluciones: el interés y el tipo de series que seleccionan y, por otro lado, el tipo de historias que presentan las productoras locales.
- ¿Cómo ves el nivel respecto a las producciones nacionales?
- Es muy difícil que se den este tipo de asociaciones en Chile, porque en Chile los canales de televisión, que en este caso serían las casas productoras, sólo se interesan por series que ya tienen un presupuesto aprobado, que tiene que ver con el CNTV. Si bien es cierto se han ido incrementando, siguen siendo pequeños. Todavía es muy mezquina la actitud de los canales hacia las producciones locales. Por otro lado, me parece que la escritura, el nivel de la ficción nacional, todavía es muy local, muy ombliguista. Son historias un poco muy locales, interesantes, ojo, hay proyectos interesantísimos que están en carpeta, pero me parece que todavía nos falta mucho por crecer. Talento hay de sobra en nuestro país, pero lo que no hay es inteligencia de parte de las productoras grandes, de los canales, de apostar por nuestra producción local.
- Pero pasa algo con las audiencias, que pese a que a veces las series tienen buena crítica por alguna razón la gente no las ve...
- Esa razón se llama educación. Las audiencias van a seguir queriendo consumir la estupidez habitual, y si los productores o los ejecutivos de los canales se contentan con eso porque eso les reporta dos o tres míseros puntos de rating, estamos sepultándonos mutuamente. Las audiencias se cultivan, se educan y los canales no profitan de la ignorancia.