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Complejo escenario judicial enfrenta conconino acusado de homicidio en Malasia

PROCESO. Abogado Juan Carlos Manríquez dice que la única vía para ayudar a Felipe Osiadacz y su amigo, que podrían ser condenados a la horca, es la diplomática.
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Un complejo escenario judicial enfrentan el conconino Felipe Osiadacz y su amigo Fernando Candia, quienes llevan siete meses tras las rejas en la cárcel de Sungai Buloh, en Malasia, luego que fueran detenidos por su implicancia en un confuso incidente que terminó con la vida de un hombre en el hotel donde los chilenos alojaban, en Kuala Lumpur.

De hecho, podrían ser sentenciados a la horca por este delito que los mantiene prácticamente incomunicados, aunque con asistencia consular, de acuerdo a lo manifestado por el director general de Asuntos Consulares y de Inmigración de la Cancillería, Raúl Sanhueza.

Sin embargo, la inexistencia de un tratado de extradición o de cooperación en el ámbito judicial entre Chile y Malasia es un antecedente que sin duda podría dificultar aún más el incierto futuro de los jóvenes, por lo que la vía diplomática se yergue, por ahora, como el único camino para buscar una salida, sobre todo tomando en cuenta que ambos alegan total inocencia.

Así al menos concluye el abogado Juan Carlos Manríquez, quien se encuentra asesorando en esta materia al senador Francisco Chahuán, quien fue contactado por la familia del conconino con el fin de elevar el caso a instancias gubernamentales.

"Los jóvenes están detenidos hace siete meses acusados de un cargo de homicidio que, conforme al código local, tiene una pena altísima que puede llegar hasta la muerte. Y la defensa ha tratado de establecer que se trata de una muerte accidental producto de imprudencias. Eso podría rebajar las penas y lograr que ellos sean expulsados de Malasia y cumplir la pena en Chile", comentó el jurista.

Pero tal escenario podría chocar con la inexistencia de convenios judiciales entre Malasia y Chile: "No hay extradición ni tratado de cooperación jurídica, así que tendría que recurrirse simplemente a una instancia diplomática de expulsión con compromisos internacionales para que en Chile terminen con una pena equivalente al delito que allá se les sancione, si es que fuera el más pequeño, una suerte de cuasidelito de homicidio agravado, pero no es llegar y decir que eso podría ser así automáticamente, supone una serie de negociaciones, acuerdos; hay que ser muy cuidadoso en los detalles y efectos de esto".

Por ahora sólo se sabe que el juicio comenzará el próximo 29 de mayo, proceso que, según el senador Francisco Chahuán, no ha recibido el respaldo necesario de las autoridades chilenas.

"Desde hace varios meses el padre de uno de ellos (Fernando Osiadacz) se reunió conmigo. Tuvimos contacto con el embajador de Chile en Malasia, hablamos con la gente de la Cancillería, mandamos los oficios pertinentes, pero he sentido que el Estado de Chile no ha hecho lo suficiente para asegurar las garantías procesales de los dos jóvenes. Tengo la plena convicción de que son inocentes de los delitos que se les imputan. He conocido el relato de los hechos y ellos actuaron en legítima defensa y no hubo una acción dolosa. Y por tanto, hay que iniciar una acción que permita velar para que las garantías procesales en un sistema tan distinto al nuestro sean garantizadas", aseveró el legislador.

Por ello, consignó, "estamos pidiendo que el nuevo gobierno se involucre y que desde La Moneda entiendan que lo que está en juego acá es el derecho al debido proceso de dos chilenos que están en el extranjero y que arriesgan incluso la pena de muerte".

Felipe Osiadacz, ingeniero comercial titulado en 2015 de la Universidad Andrés Bello (UNAB) de Viña del Mar, viajó a Malasia junto a Fernando Candia desde Nueva Zelanda, donde ambos se encontraban trabajando a través del programa Working Holiday.

El completo hermetismo del círculo familiar del conconino ha imposibilitado conocer más detalles de su condición en el extranjero. Sin embargo, el director de la carrera de Ingeniería Comercial de la UNAB de la Ciudad Jardín, Patricio Centeno, entregó su sentir a este Diario sobre la compleja situación que vive Felipe, un alumno que describió como responsable y comprometido.

"Fue un alumno tranquilo, responsable, cumplía con todo. En ningún caso era de los exaltados, por el contrario, muy responsable de todo lo que hacía", manifestó el académico.

Agregó que "apenas supimos a través de la familia, la UNAB les dio todas las facilidades y el apoyo para proveer los antecedentes que pudieran ayudar para la defensa de este joven: que era un profesional, un buen alumno, responsable, nunca estuvo vinculado a ningún tipo de situación delictual ni nada. Era impecable su trayectoria y ahora se ve enfrentado a esta situación en este país lejano. Los compañeros de curso que tuvo no lo podían creer".

Frente a este complejo escenario, Centeno estima que este caso también debe hacer reflexionar a los jóvenes que deciden viajar a países con realidades culturales muy distintas a la nuestra: "Hay que sacar enseñanzas de esto, hacer ver a la juventud que cuando emprende viajes de esta naturaleza hay que ser extremadamente cuidadosos, las leyes en los países cambian, hay culturas tremendamente distintas. Entonces, no da lo mismo equivocarse en una parte que en otra. Hay que extremar las medidas de cuidado y seguridad".

"No hay extradición ni tratado de cooperación jurídica, así que tendría que recurrirse simplemente a una instancia diplomática de expulsión"

Juan Carlos Manríquez, Abogado"

Incidente en hotel de Kuala Lumpur

Según versiones de cercanos a Felipe Osiadacz, en su estadía en Kuala Lumpur, él y Fernando Candia fueron a un bar cercano y volvieron avanzada la madrugada al hotel. Cuando suben al ascensor para dirigirse a la habitación se produjo una discusión con un hombre que acompañaba a una mujer. En el incidente, uno de los chilenos logra reducir al sujeto, momento en que el hombre sufre un paro cardiorrespiratorio que le provocó, finalmente, la muerte. En medio del incidente, los jóvenes le pidieron al personal de recepción que llamara a la policía.