Obligación con Valparaíso y el quehacer portuario
La mayoría de los porteños ha llegado a la convicción de que no existen razones de peso para negarse a que el puerto crezca, se consolide y renueve. Sacar adelante el Terminal 2 o el muelle de cruceros es un compromiso con nuestra identidad e historia.
Con entusiasmo hemos leído enérgicas intervenciones de diversos actores sobre temáticas atingentes al puerto y su expansión futura. Hemos podido leer a líderes gremiales instalando problemáticas sociales, a religiosos compartiendo pareceres técnicos sobre infraestructura y a artistas opinando sobre alcances jurídicos de determinadas decisiones.
Lo sano de una sociedad democrática es, justamente, debatir, intercambiar visiones, consensuar y disentir, con los argumentos que mejor crean representar una determinada visión. Los actos públicos son, en esencia, opinables y, como tal, hemos estado permanente abiertos a dialogar, recordando que los instrumentos bajo los cuales EPV propone diversas iniciativas, han establecido instancias para incorporar visiones y enriquecer los alcances de cada uno de los proyectos.
Llevamos años escuchando a opositores de iniciativas como el Terminal 2, argumentando que su levantamiento pondría en riesgo otras actividades importantes para la ciudad, como el turismo o el desarrollo patrimonial. Convenientemente se desnaturalizan hechos, omitiendo por ejemplo que el atractivo turístico de la ciudad, su particular arquitectura o su condición de capital chilena del conocimiento y la vanguardia, se originan en el hecho de que Valparaíso haya sido, y siga siendo, puerto
Valparaíso tiene una vocación histórica como puerto principal. Es el sello con el cual se reconoce local y mundialmente. Somos porteños, "habitantes del puerto". De allí que resulte natural y deseable que la actividad que ha determinado su espíritu en los últimos siglos, aspire a consolidarse de cara a los desafíos que el progreso plantea. Que el puerto crezca -como pretende a través de proyectos el Terminal 2, la Nueva Accesibilidad o el muelle de cruceros, en cuya pronta ejecución esta semana dimos un paso clave al aprobarlo como iniciativa formal de nuestro Plan Maestro- es un anhelo de plena coherencia con el pasado, el presente y el futuro de Valparaíso.
Bajo ese criterio hemos impulsado el Plan Maestro de EPV. Con independencia de visiones políticas, quienes hemos podido activar este instrumento de planificación portuaria, comprendimos la obligación del Estado con el quehacer portuario de Valparaíso, garantizando su competitividad, asegurando soluciones al comercio exterior, y obligándose a entregar beneficios tangibles a quienes habitan su territorio.
Coherencia histórica, competitividad, armonía y sustentabilidad en el crecimiento portuario son las bases de una visión que hemos venido propiciando en forma seria, responsable y estudiada, sabiendo que ampliar el puerto en la ubicación que se plantea no era una decisión antojadiza, sino plena de sentido: potenciar un área que siempre fue portuaria, usar inteligentemente las últimas aguas abrigadas en Chile, replantear desde el corazón de la actividad un nuevo trato con la ciudad.
A ello agrego la necesidad de revertir un panorama comunal aciago en términos de desempleo, falta de inversiones y abandono. ¿Qué mejor forma que alentar la recuperación de Valparaíso que de la mano de su puerto e iniciativas que crearán empleos, reactivarán su economía y otorgarán nuevas perspectivas a sus jóvenes? ¿Sigue pendiente la discusión sobre cómo el puerto aporta más recursos a la ciudad? Por supuesto, somos conscientes y estamos disponibles para propiciar los cambios institucionales idóneos para modificar esta realidad.
La mayoría de los porteños, de sus instituciones y autoridades, han llegado a la convicción de que no existen razones de peso para negarse a que el puerto de Valparaíso crezca, se consolide y renueve. Sacar adelante iniciativas como el Terminal 2 o el muelle de cruceros -que esperamos sean realidad en 4 años más- es un compromiso con nuestra identidad e historia.
Raúl Urzúa Marambio
Presidente Directorio
Empresa Portuaria Valparaíso