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Juan pablo faúndez, académico de la Facultad Eclesiástica de Teología de la PUCV:

"No pasa sólo por la destitución de personas, tiene que ver con la

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Cristián Rodríguez F.

Como un acto a resaltar consideró el académico de la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Juan Pablo Faúndez, la decisión tomada por los obispos del país de presentar su renuncia ante el Papa Francisco tras una serie de reuniones sostenidas en Roma. "Me parece que han hecho un acto que corresponde con lo que es la misión de un obispo", dijo el también máster en Derecho Canónico y doctor en Filosofía.

- ¿Se puede considerar como una actitud valorable el que todos presentaran su renuncia? ¿No responde más bien al escenario en el que se encontraban?

- Creo que es valorable, porque ellos no estaban obligados a esto. Por lo tanto, si toman esta decisión, incluso incorporando a la mayoría de los miembros de la Conferencia Episcopal que no tienen que ver ni directa ni indirectamente con situaciones que se han dado, habla muy bien de la Conferencia en general. Me parece que es un acto que hay que resaltar desde el punto de vista de la disposición con la que los obispos asumen que ellos están al servicio de la Iglesia y del pueblo de Dios.

- ¿Se esperaba que presentaran su renuncia o cree que fue una decisión tomada a última hora?

- Pienso que dada la dimensión de lo que fue aflorando con la visita del Papa a Chile, el movimiento ciudadano, la visita del monseñor (Charles) Scicluna y la que hicieron a Roma las personas que están más directamente vinculadas (víctimas de Karadima), obviamente hacía pensar que aquí venía una decisión que iba a marcar una nueva orientación en relación con el Gobierno de la Iglesia.

- ¿Debiese aceptar el Papa la renuncia de algunos obispos?

- Hay que tener presente que hay renuncias que tendría que aceptar por los años (75) que han cumplido algunos, pero en otros casos podría darse que por la implicancia en relación con la temática de abusos y la situación de Karadima, también se podría generar la solicitud de remoción de otros.

- Y en estos casos, que finalmente fueron los que motivaron las reuniones en Roma, ¿debiese aceptar la renuncia de algunos de los que están involucrados?

- Pienso que leyendo el tenor de la carta y dada la profundidad con la que el Papa está explicitando estos cambios, me parece que lo más lógico es que haya una consecuencia de destitución. No creo que el Papa esté dando aquí un discurso retórico y que después eso no se concrete con la remoción de personas que, más allá de haber cumplido la edad, se estima que no deban estar.

- ¿Sería un error no hacerlo?

- Claro. Uno esperaría una consecuencia de lo que ya dijo.

- ¿De qué manera lo ocurrido puede tener un efecto en la Iglesia Católica más allá de nuestro país?

- Creo que va a tener un efecto global en el sentido de que este es el primer pronunciamiento que hace el Papa Francisco en relación a una conferencia episcopal. Así, en el contexto que él está entendiendo la Iglesia y que permanentemente lo está resaltando, obviamente que esto va a significar una situación desgraciadamente dolorosa, pero que en la línea de lo que el Papa está planteando, de alguna manera confirma la preocupación que él tiene.

- ¿Bastaría con sólo aceptar la renuncia en caso de que lo hiciera?

- Creo que el documento da a entrever que aquí no se trata sólo de un cambio de personas. Aquí el Papa ve claramente un problema estructural que tiene que ver con la formación de nuestros clérigos en Chile, con situaciones que él mismo resalta que se pueden ver desde ya en los seminarios. Entonces, esto va a tener que ver con una revisión estructural de cómo se están haciendo las cosas en nuestra Iglesia, en términos complejos y completos. Se deben ver todas las interrelaciones y efectos, porque no pasa solamente por la destitución de personas, sino que tiene que ver con la formación de futuros sacerdotes, con la vida que están llevando. Todas esas prácticas pienso que van a ir progresivamente superándose y esperamos que efectivamente lo que se restablezca es la salud de la Iglesia, que vive una cierta anomalía y enfermedad.

- Más allá de los nombres, ¿cuáles debiesen ser las cualidades de los nuevos obispos del país?

- Obispos que tengan, primero, una intimidad con Jesucristo manifiesta. Me refiero a que cuando uno lo vea esté mirando a Jesucristo. No porque está hablando, sino porque su vida trasunta esa intimidad. Segundo, que surja una preocupación por los pobres y los que sufren, no sólo desde un nivel económico, sino que la pobreza que hoy se ve en la soledad, en los abusos. Tercero, que sea un pastor que tenga un celo apostólico explícito. Desgraciadamente, a veces se ve el ejemplo de pastores que están tranquilos con su comunidad, pero no es suficiente, porque requiere que estén en terreno. Así que creo que va a ser una tónica que se va a pedir como criterio de selección de cualquier obispo.

- ¿Hay en la actualidad personas que reúnan esos requisitos?

- Por supuesto. Trabajo en la Iglesia desde niño y me encuentro con muchísimos pastores que tienen ese celo apostólico, ese deseo de dar la vida por la Iglesia y el propio Jesucristo. El problema está cuando justamente ese testimonio se empaña por situaciones como las que estamos viendo, que desgraciadamente son las que atraen la atención y hacen que se pierda el sentido que pensó Jesucristo para la Iglesia y los pastores dentro de ella.


revisión estructural de la Iglesia"

"Me parece que (la renuncia) es un acto que a resaltar desde el punto de vista de la disposición con la que los obispos asumen que ellos están al servicio de la Iglesia y del pueblo de Dios" "Leyendo el tenor de la carta y dada la profundidad con la que el Papa está explicitando estos cambios, me parece ser que lo más lógico es que haya una consecuencia de destitución""


Laicos de Osorno: "Hay esperanza, pero no somos ingenuos"

Sorprendidos, pero cautelosos. Así se mostraron los laicos de Osorno al enterarse de la renuncia que presentaron los 33 obispos del país, entre ellos el prelado de dicha diócesis, monseñor Juan Barros. "No era un escenario que esperábamos, porque, de hecho, durante toda la semana los obispos estuvieron bajando las expectativas, al punto que el de San Bernardo, Juan Ignacio González, dijo que estaban viviendo un retiro espiritual, por tanto no era una reunión ejecutiva", comentó ayer el vocero de los laicos, Juan Carlos Claret.

No obstante, el representante de la agrupación aseguró que recién esperarán una decisión del Papa para evaluar si efectivamente se concretó lo que esperaban. "Somos cautelosos, porque en lo concreto hasta ahora no ha pasado nada. Que haya un cambio de actitud puede sentar una esperanza, pero no podemos ignorar todo lo vivido en estos años y que a la fecha no ha habido ningún cambio concreto. Por eso estamos esperanzados, pero no somos ingenuos", comentó el vocero.