"No hay espacio para soberbia, el ministro Larraín debió haber reconocido el error y pedido disculpas"
Agitada. Así está la presidenta de la Cámara de Diputados, Maya Fernández Allende (PS), después de dirigir el jueves pasado la última sesión de la Sala de esta semana, donde en un acalorado ambiente se aprobó -en general- el proyecto de ley que regula la captura de la jibia.
Ha sido una semana intensa, dice la parlamentaria, quien desde el 11 de marzo lidera la testera de la Cámara tras un acuerdo administrativo entre los diputados de la ex Nueva Mayoría (NM) y los del Frente Amplio (FA). Y es que además del trabajo administrativo con el que debe lidiar a diario como presidenta de la instancia, la legisladora no ha querido estar ausente de su rol como diputada y, a inicios de esta semana, impulsó un protocolo de acoso aplicable para ellos mismos, considerando que el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad sólo corre para los funcionarios.
- Pareciera que es el momento oportuno para presentar un protocolo contra el acoso que ahora sí incluya a los parlamentarios.
- Estamos claramente en un momento histórico en el país con las movilizaciones. En Chile se está produciendo un cambio cultural y si bien son muchas las mujeres que durante años han trabajado y han luchado por la igualdad de género, ahora las mujeres dijimos ya basta, no más acoso, porque la verdad es que es una violencia, y no podemos permitirla. Y claramente no podemos estar excluidos los parlamentarios. Por tanto, lo que hicimos el miércoles en la Comisión de Régimen Interno fue abordar la materia. Trabajaremos un borrador con la secretaría, se presentará a una subcomisión de la misma instancia y luego la llevaremos a la comisión.
- ¿Cómo se explica que los diputados no estuvieran incluidos en el reglamento creado en 2008?
- No tengo una explicación. No era diputada en 2008, pero lo importante es que ahora el debate lo estamos dando y queremos que los diputados y diputadas también seamos parte.
- ¿Cree que pueda concitar el apoyo de todos los parlamentarios?
- Creo que sí, porque todos hemos tomado conciencia. El Congreso ha cambiado. Es uno, sin el sistema binominal, mucho más representativo. También creo que ha cambiado desde el punto de vista de entender la importancia de abordar esta materia. Yo digo que esta es la casa de la democracia, y por tanto tenemos que estar a la vanguardia con estos temas. Aquí no puede haber acoso de ningún tipo.
- ¿Cómo ve el auge que ha tenido el movimiento feminista, especialmente en las universidades?
- Muchas mujeres han luchado por muchos años. Insisto, es un momento bien histórico de decir basta, que no queremos más, de verdad. No más abusos, acoso ni violencia contra las mujeres, y eso llegó para quedarse. Es importante lo que están haciendo ellas en los distintos establecimientos educacionales. Ahora, no sacamos nada con hacer leyes y procedimientos si no tenemos un cambio cultural en nuestra sociedad, pero creo que eso sí se está dando en el país.
- ¿Coincide en que el Gobierno ha cometido bastantes errores en los primeros dos meses? El protocolo de aborto y el viaje del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, por nombrar los últimos...
- Si bien es poco tiempo para hacer una evaluación, hemos visto los errores que han cometido y la ciudadanía se ha dado cuenta. Se nos ha criticado (a la oposición), pero esto tiene que ver con el rol fiscalizador que también tienen los diputados, y han sido temas que son reales. Se interpeló al ministro de Salud (Emilio Santelices) y finalmente la Contraloría le dio la razón a quienes estábamos apoyando esa interpelación.
- Uno de los temas que se ha levantado es que el Gobierno ha querido avanzar por la vía administrativa y no legislativa.
- Han habido muchos anuncios, pero eso no se traduce en iniciativas legislativas al día de hoy. Y por tanto creemos que hay muchas materias en las cuales tenemos que avanzar y es importante que tengamos proyectos de ley. Se habla de grandes acuerdos, y eso se puede dar acá porque es aquí donde está la representación democrática. Siempre hemos dicho que acá están todos los temas para debatirse, no hay ninguno que sea tabú, por lo tanto, estamos esperando que tengamos prontamente las iniciativas, porque no las hemos tenido.
- ¿Coincide entonces en que han avanzado a un ritmo más lento?
- Sí, han estado mucho con decretos y comisiones, pero no con proyectos de ley.
- ¿El PS debiese seguir restándose de participar en las comisiones que se promueven en La Moneda?
- Eso hay que verlo. No soy vocera de la bancada ni presidenta del PS, pero el análisis que hemos hecho hasta ahora es que, si bien los temas nos parecen fundamentales, sobre todo lo que tiene que ver con la niñez, no hay mejor lugar para debatirlos que el Congreso. Lo que no puede pasar es que empecemos a generar comisiones fuera del Parlamento. ¿Van a redactar proyectos de ley, que luego van a ingresar y se van a debatir también en las comisiones de acá? El proceso podría ser mucho más lento, entonces no saquemos el debate desde donde los parlamentarios sí están dispuestos a debatir.
- ¿Cree que la forma en cómo han actuado ha afectado el normal funcionamiento del Estado?
- Lo que nosotros decimos es que, en el caso del protocolo de aborto, el acento debe estar en garantizarle un derecho a las mujeres. El Congreso demoró todo un periodo legislativo en debatir el proyecto (de interrupción voluntaria del embarazo en tres causales), recibimos a las organizaciones y se legisló. La ley garantizaba ese derecho para todas las mujeres y lo que uno esperaba es que se hubiese respetado lo que habíamos legislado.
- ¿Y a partir de esto se podría ver dañado el trabajo legislativo?
- El legislativo no, porque seguimos legislando. El Congreso y las comisiones no han parado.
- ¿Pero queda deslegitimado, por ejemplo, el ministro de Salud a la hora de presentar a futuro proyectos sobre la materia?
- Hay que verlo, pero claramente el ministro ha tenido que dar muchas explicaciones respecto de lo que ha ocurrido, y nosotros lo que queremos es que de una vez por todas tengamos un reglamento que sea justo y garantice este derecho a todas las mujeres.
- ¿Para usted el viaje del ministro Felipe Larraín fue en el ámbito privado más que de autoridad?
- Por todo lo que hemos visto, claramente sí. Lo que hubiera correspondido es haber reconocido un error, haber pedido disculpas. No hay espacio para soberbia.
- ¿De qué manera la oposición puede tomar estos errores y levantar una agenda propia de cara al país?
- Creo que lo que nos corresponde como oposición es trabajar en este rol fiscalizador como parlamentarios. Pero en paralelo, nosotros también estamos teniendo seminarios y conversaciones para ver qué temas tenemos en común y cómo vamos armando una agenda hacia el país a partir de aquellos temas en que vamos coincidiendo.
- ¿Debiesen haber ya señales clarar de cómo se va a terminar configurando la ex Nueva Mayoría?
- Esto es de a poco y se construye de manera colectiva. No nos queremos apresurar. Creo que es importante primero construir una agenda país y buscar aquellos temas que nos unen, y no sólo desde el interior del Parlamento, sino que abordarlo con las organizaciones sociales y la ciudadanía.
- ¿Hay una competencia por cuál es el partido que finalmente lidera esta oposición?
- No. Las diferencias existen, y bienvenidas sean. Pero no tenemos problemas. Ya logramos un gran acuerdo administrativo que permitió que estuviera en la presidencia.
- Pero sí al menos corren por vías distintas: el PS en la Contraloría y el FA intentando presentar acusaciones constitucionales.
- Sí, pero nos comunicamos. No es que no conversemos, porque para poder construir hay que conversar.
- ¿En qué pie se encuentra la rearticulación del sector?
- Estamos conversando. Hablar es el arte de la política. Conversar y escucharnos es muy importante. Primero viene eso antes de cualquier acuerdo futuro. Y personalmente quiero valorar lo que está ocurriendo hoy, que tiene que ver con encontrarnos en diferentes temas y conversaciones.
- ¿Cree que todos puedan convivir en una sola coalición?
- No me gusta adelantarme, porque creo que los tiempos hay que respetarlos.
- De alguna manera el movimiento feministra se puede vincular con lo que se conoce como la agenda valórica, sobre la cual aún no está claro hasta qué punto promoverá el Gobierno. ¿Es una materia que la oposición puede capitalizar de buena manera?
- Es que no diría que es un problema que hay que capitalizar. No. Uno tiene convicciones y no se capitalizan. En los distintos proyectos de ley valóricos creemos que debemos salir adelante por un tema de convicción.
-¿Aún cuando se genere un contrapunto con el Ejecutivo?
- Es que eso lo hemos visto en el periodo anterior, donde legislamos y avanzamos en varias materias. Y ojo, no sólo nosotros, hay parlamentarios de la oposición que han apoyado la ley de Identidad de Género, por ejemplo. Hoy (jueves), este Congreso por primera vez izó la bandera de la diversidad, y llegaron parlamentarios de todos los sectores.
"Hemos visto los errores que ha cometido el Gobierno y la ciudadanía se ha dado cuenta. Se nos ha criticado (a la oposición), pero esto tiene que ver con el rol fiscalizador que también tienen los diputados""
"Muchas mujeres han luchado por años. Creo que es un momento bien histórico de decir basta, no más abusos, acoso ni violencia contra nosotras""