Fallece una de las voces más relevantes de las letras de EE.UU.
GENTE. Philip Roth murió ayer a los 85 años, dejando una treintena de obras icónicas.
A los 85 años, y producto de una insuficiencia cardiaca congestiva, falleció ayer el escritor estadounidense Philip Roth, considerado uno de los autores más importantes de la literatura estadounidense de la segunda mitad del siglo XX y perenne candidato al Nobel.
Si bien no conquistó el máximo galardón de las letras -algo que según la periodista francesa Josyane Savigneau, quien lo visitaba con frecuencia, "se convirtió en un chiste para él"-, el autor de obras como "La visita del maestro" sí fue merecedor de varios reconocimientos, entre ellos el National Book Awards, el Pulitzer y el Príncipe de Asturias.
El fuerte arraigo
Philip Roth nació el 19 de marzo de 1933 en el seno de un matrimonio descendiente de emigrantes judíos de Europa del Este. Se licenció en la Universidad de Bucknell (Pensilvania) y obtuvo el posgrado en literatura inglesa en la Universidad de Chicago, en la que ejerció de profesor de escritura creativa. También enseñó en las universidades de Iowa, Pensilvania y Princeton (Nueva Jersey).
También ensayista y crítico, Roth estimó que llegó a un punto de inflexión cuando se dio que cuenta de que podía usar su propio mundo como materia prima literaria, ya fuera su crianza o el escenario de su ciudad natal Nueva Jersey. "No se puede inventar de la nada, o definitivamente yo no puedo", dijo en un documental de 2011, agregando que "necesito algo de realidad, unir dos fragmentos de la realidad para obtener el fuego de la realidad".
Fue precisamente la exploración de la identidad judía lo que ocupó buena parte de su creación literaria, siendo una importante referencia de la literatura de la post Guerra Mundial con la universalidad de su mensaje.
Sin embargo, no se sentía cómodo con su reiterada categorización como escritor judío-americano. "Ese epíteto no tiene sentido para mí", dijo alguna vez, agregando que "si no soy un americano, no soy nada". En otra ocasión, además, rechazó la acotación comunitaria y resaltó su propósito de universalidad con una contundente frase: "Yo no escribo judío, escribo estadounidense".
Su primera obra, "Adiós, Colón" (1959), es un libro compuesto por cinco relatos cortos sobre la vida de los judíos en EE.UU. que obtuvo el National Book Award y lo situó en el primer plano del mercado editorial.
Éxito tras éxito
Pero fue con la publicación de su tercera novela, "El lamento de Portnoy" (1969), cuando Philip Roth alcanzó el éxito literario. Ésta trata de las aventuras sexuales de Alexander Portnoy, contadas por éste a su psiquiatra y en la que el protagonista vive atormentado por los remordimientos y por su obsesión por el sexo, algo que el autor interpreta como el producto de la severa mentalidad judía.
Desde aquella vez, cada uno de sus trabajos fue un éxito editorial y, en gran parte, objeto de escándalo e impacto en la sociedad estadounidense. Su relevancia fue tal que finalmente tuvo que abandonar la docencia en 1992 para dedicarse por entero a la literatura.
"Pastoral Americana" (1997), "Yo me casé con un comunista" (1998) y "La mancha humana" (2000), constituyen una trilogía acerca de la reciente historia de EE.UU. Esta última novela fue llevada al cine por el director Robert Benton e interpretada por Anthony Hopkins y Nicole Kidman.
En ellas, además, demostró que se puede lograr mantener la sustancia de su obra tanto en términos de calidad como de cantidad, lo mismo que sucedió con "La conjura contra América" (2004), dentro de la treintena de libros que dejó.
Retiro inesperado
En 2010 publicó "Némesis", sobre la epidemia de polio en 1944, y sorprendió al mundo de la literatura internacional al anunciar dos años después su retiro de la escritura.
"Para 2010 tuve la fuerte sospecha de que había hecho mi mejor trabajo y que cualquier otra cosa sería inferior", recordó en la última entrevista que se conozca de él, hecha por correo electrónico y publicada por "The New York Times" en enero pasado.
En ésta también afirmaba que la lectura -sobre todo obras de Historia- había reemplazado su pasión por la escritura y explicaba las razones de su alejamiento: "Ya no poseía la vitalidad mental ni la energía verbal o la forma física necesarias para construir y mantener un largo ataque creativo de cualquier duración sobre una estructura tan compleja y exigente como una novela". Cuando optó por dejar el oficio, Philip Roth pegó un post-it en su ordenador que decía "la lucha con la escritura ha terminado".
Su sepelio se llevará a cabo la próxima semana en una ceremonia íntima en el cementerio de la Universidad Bard College, donde el escritor había participado en un curso sobre su obra, dijo su biógrafo Blake Bailey a AFP.
Para quienes deseen rendirle un tributo final, en septiembre podría celebrarse una ceremonia en el edificio principal de la Biblioteca de Nueva York, en Manhattan.
"Tuvo una de las más grandes trayectorias literarias, en la que cada libro es de primera clase (...) No tuvo rival, especialmente entre 'The Counterlife' y 'The Dying Animal'"
Ross Miller, Editor"
"A los 85 años, era más preciso y relevante, más agudo intelectual y espiritualmente que nadie, cualquiera fuera su edad (...) Qué espíritu maravilloso y riguroso"
David Simon, Guionista"
"Era tan perfeccionista que cuando sintió que su potencial bajaba, quiso irse mientras estuviera en la cima, y lo hizo"
Judith Thurman, Amiga del autor"
"(Que) haya muerto sin lograr el Nobel (es) algo que pondera aún más el capricho que fue habérselo dado a Bob Dylan el año pasado"
Leonardo Padura, Escritor cubano"