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La negra campaña del '92, un fantasma que persigue al Decano

FÚTBOL. En el año de su Centenario, Wanderers cuajó su peor rendimiento histórico, un registro que no quieren repetir.
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Luis Cabrera del Valle

El año en que Santiago Wanderers celebraba sus 100 años de historia, una crisis deportiva que se parece mucho a la actual, le recordó a los porteños que los grandes temporales azotan con frecuencia a Valparaíso.

Las similitudes con el momento que vive el Decano hoy son llamativas: el equipo había descendido el año anterior, en la banca estaba un ídolo como Armando Tobar, y entre los socios había posturas aparentemente irreconciliables.

En medio de ese negro escenario apareció una figura que prometió hacerle frente a la crisis. En una asamblea que se realizaba en el Círculo de Grumetes de la Armada de avenida Pedro Montt, Juan Carlos Cisternas le pidió la palabra al presidente Bernardo Salazar y no habló hasta que todos se callaron. Su arenga conmovió a los hinchas y sin proponérselo terminó integrado a la directiva. Al tiempo, lo eligieron timonel del club.

Su breve periodo estuvo marcado por la catástrofe a nivel deportivo y por verse obligado a entregarle el club al gremio autobusero, que lideraba Reinaldo Sánchez.

Cisternas relata que se crió en el cerro Barón, "un barrio bravo, donde el lema que te enseñaban desde niño era que primero estaba Dios, luego la bandera y después del Wanderers".

Por eso asegura que le entregó todo al Decano. Hasta lo que no tenía. Y en la cancha, ese sacrificio no se vio reflejado.

El equipo que dirigía Tobar no pudo retener a algunas de sus figuras por la falta de recursos. Y empezó tambaleando desde el arranque del torneo. De hecho, estuvo toda la primera rueda en el último lugar del Ascenso. El centenario de la institución coincidió con un partido ante Puerto Monttt, en Chinquihue, que terminó con una goleada 1-4 para los de Valparaíso.

El presidente de ese entonces dice que gracias a su gestión pudieron conseguir con la "U" el préstamo de dos delanteros que aún son recordados en el Puerto: Mauricio Illesca y Rodrigo Goldberg. La UC, por su parte, envió a César Marín y Adolfo Ovalle.

El equipo se terminó salvando del descenso a Tercera, ya con la dupla de Óscar "Marinero" Carrasco y Roque Mercury en la banca.

Y Cisternas reflexiona asegurando que la crisis de hoy es parecida a la de antaño. Ningún poderoso quiso apoyar a Wanderers cuando estaba mal, recuerda el expresidente, y terminaron en manos de los autobuseros. "Nadie se acercó para ayudarme", dice con resignación.

"Me crié en Barón, un barrio bravo, donde el lema que te enseñaban de niño era que primero estaba Dios, luego la bandera y después el Wanderers"

Juan Carlos Cisternas, Expresidente de Wanderers"

Una campaña al borde del desastre

El desempeño de Wanderers en la temporada 1992 en el Ascenso puede considerarse la peor de la historia caturra. El equipo ganó 10 partidos, perdió 12 y empató 8. Finalizó el año en el lugar 11°, con 28 puntos. Hasta la fecha 17 -con un pequeño paréntesis en la jornada 16- el Decano fue colista de la competencia y corrió serio riesgo de descender a Tercera División. Sólo lo salvó la segunda rueda del torneo, donde sumó 20 puntos gracias a los goles de Illesca y Goldberg.

fue la paliza que le propinó Iquique a Wanderers en el norte, por la 8ª fecha del torneo de Ascenso '92. 9-1

fue la diferencia de gol con que terminó el certamen el Decano: recibió 52 tantos y marcó apenas 39. -13