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El sacrificio e historia de quien ha vendido periódicos toda la vida

VALPARAÍSO. Ayer se celebró el Día del Sumplementero, que tendrá un acto conmemorativo el próximo 30, en la Plaza Cívica.
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Ya no los grita a viva voz como antaño ni tampoco va a retirarlos a la estación de trenes. Sin embargo, Elba Valenzuela Toro continúa vendiendo los diferentes periódicos que día a día circulan en Valparaíso, misión que asumió cuando apenas tenía 15 años.

Ubicada en un punto estratégico de la plaza Aníbal Pinto, esta porteña de 75 años es -quizás- una de las suplementeras más antiguas de la Ciudad Puerto, pues partió con el oficio cuando era muy pequeña, ayudando primero a su abuela y luego a su madre, mujeres que tuvieron en sus manos la importante labor de distribuir las distintas impresiones -incluyendo este Diario- que informaban a la ciudadanía, un histórico trabajo que -aseguran- tiene sus inicios en el periodo de la Guerra del Pacífico, cuando comenzó a convertirse en una labor que años más tarde celebraría el Día del Suplementero cada 25 de mayo.

En la actualidad, Elba, quien se ha mantenido siempre en el mismo lugar -y del cual aún recuerda un clásico buzón de cartas rojo que se ubicaba al lado del quiosco de su progenitora-, relata que tras ir a retirar los diarios a las oficinas de El Mercurio de Valparaíso, en calle Esmeralda, "a las 7 de la mañana ya estábamos trabajando. Ahora veo que todos llegan tipo 9, aunque hay algunos suplementeros que llegan temprano. Hoy mismo (ayer) nos decían que a las 5 de la mañana habían 10 suplementeros y yo no me podía convencer porque eso ya no se ve, las ventas han bajado tanto con eso del internet".

La integrante del Sindicato de Suplementeros "Puerto", fundado -según estima- a inicios del 1900, recordó además que antiguamente "los diarios de Santiago llegaban a la estación y eso era muy bonito, porque venían en tren y el lunes era el mejor día porque La Nación se vendía mucho por el fútbol. Del mismo vagón sacábamos los diarios, era muy bonito. Hoy voy a buscarlos en un carrito".

En aquellos años, relata Elba, el requerimiento de la información de parte de la ciudadanía se incrementaba sobre todo cuando había catástrofes. "Después de los terremotos, de los grandes incendios, siempre esto estaba pelado, se llevaban todo altiro", contó.

Sin embargo, hubo un hecho fundamental en la historia de Chile que -dice- hasta el día de hoy mantiene en la retina. "Para el golpe (militar) yo iba a buscar los diarios a Pirámide, que a veces me los llevaban para allá, y después le iba a entregar el diario al consulado argentino y la gente me arrinconó porque todos querían el diario, siempre me acuerdo de eso".

A pesar de que no se siente disconforme con el oficio que ha ejercido toda su vida, hoy esta madre de 3 hijos con 5 nietos, llama a las nuevas generaciones a "que sigan estudiando. Esto es muy esclavizador, uno no tiene vida, no tiene vacaciones, es muy sacrificado, así que les digo que tienen que estudiar, porque sin estudios hoy no somos nada, y es lo mismo que les digo a mis nietos".