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Los secretos de la Esmeralda durante su navegación en Velas Latinoamérica

ARMADA. En sus tres meses de travesía, los buques han intercambiado personal para adquirir nuevas experiencias. Mañana llegan a Valparaíso, donde permanecerán con actividades por una semana.
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Cristián Rodríguez F.

Alrededor de 90 días juntos han permanecido los 271 integrantes del Buque Escuela Esmeralda desde que zarpara, el 24 de febrero pasado, del Puerto de Valparaíso rumbo a Brasil. Allí, en Río de Janeiro, un mes después de comenzar la travesía, se reunieron junto a otros once veleros de diez países diferentes para dar comienzo al "Velas Latinoamérica 2018", evento que este año dirige Chile como parte de las celebraciones por el Bicentenario de la Armada.

Pero a diferencia de los cruceros de instrucción habituales que realiza la "Dama Blanca", la navegación conjunta que han realizado este año las embarcaciones ha permitido que entre las diferentes dotaciones compartan las múltiples formas que cada una tiene de llevar la vida en alta mar. "La gracia de esta regata es compartir entre todos la experiencia que tenemos. Es un aprendizaje mutuo que estamos alcanzando", sostuvo el comandante de la Esmeralda, capitán de navío Sebastián Gutiérrez, quienes después de tres meses regresarán mañana lunes a Valparaíso, donde permanecerán hasta el domingo 3 de junio.

Según explicó Gutiérrez, durante la navegación algunos integrantes se han intercambiado de veleros para conocer la experiencia de sus pares. "Por ejemplo, enviamos un encargado de maniobras a otro buque y a nosotros también nos llegó uno, lo que permite que entre ellos vayan conociendo el trabajo de otros países", dijo el comandante.

En la Esmeralda, aparte de los guardiamarinas que provienen de la Escuela Naval, también van a bordo marinos que están haciendo sus instrucciones. Ellos, junto a los demás integrantes de la dotación -de distintas especialidades-, también han tenido la posibilidad de conocer la labor que se realiza en los otros buques.

"Hemos embarcado a cocineros, a gente dedicada a la navegación, a ingenierios y a funcionarios de todas las especialidades, porque finalmente la gracia de este crucero es esa, conocer otras realidad, lo que ha sido muy enriquecedor para nosotros y las otras dotaciones", explicó Gutiérrez, quien agregó que los guardiamarinas "también han observado las clases que tienen sus compañeros de otros veleros, como también las maniobras de velas que se practican, lo que no es habitual porque en los cruceros tradicionales de instrucción ellos tienen sus clases normales y no tienen la posibilidad de compartir con guardiamarinas de otros países".

Tal como lo indica el nombre del evento, el ideal es navegar la mayor parte del tiempo con velas, lo que en algunos pasajes de la travesía se ha logrado con éxito, permitiendo así que la dotación ponga en práctica lo aprendido en sus carreras. "Los tiempos, los horarios y las programaciones a veces lo impiden, y en ese caso debemos navegar a máquina", sostuvo el capitán de navío.

Eso sí, en algunos momentos de la regata han tenido que adecuar la ruta, como ocurrió hace algunos días cuando intentaron atravesar el Cabo de Hornos. "Finalmente no pasamos por allí porque el pronóstico (meteorológico) era muy malo, y efectivamente cuando nos fuimos acercando eso se fue cumpliendo", recordó el comandante de la Esmeralda.

"En beneficio de cuidar el material y el personal -añadió Gutiérrez-, y considerando que a esta travesía le quedan por lo menos cinco meses más, decidimos no cruzar por el Cabo de Hornos a pesar de que podríamos haberlo hecho, pero probablemente eso significaba tener algún tipo de daño en el material del buque".

En términos generales, el balance del evento hasta ahora es más que positivo, dijo el comandante, más aún cuando mañana, a eso de las 8.45 horas, uno a uno comiencen a atracar las nueve embarcaciones que estarán en el Puerto de Valparaíso.

"En estos tres meses ha existido un intercambio súper nutrido con las personas, que es finalmente lo que nosotros esperamos en cada puerto que visitamos. La gente civil se involucra mucho, en especial los niños, lo que nos llena de orgullo porque nuestra idea es motivar a las futuras generaciones a que conozcan la importancia que tiene el mar, que no divide países, sino que une", señaló el líder de la Esmeralda, quien resaltó que "los que vivimos en Valparaíso tenemos muchas ganas de llegar para ver a nuestras familias, pero también para que el resto de las tripulaciones puedan disfrutar de lo lindo que es nuestra zona".

De acuerdo al programa del evento, cada buque será recibido en el Molo de Abrigo por distintos grupos folclóricos. En tanto, cerca de las 15:30 se espera que los comandantes de los veleros acudan hasta el edificio de la Armada, ubicado en la Plaza Sotomayor, para saludar protocolarmente al comandante en jefe de la institución, almirante Julio Leiva.

"Las futuras generaciones deben conocer la importancia del mar, que no divide países, sino que une"

Sebastián Gutiérrez, Comandante de la Esmeralda"

Frente al movimiento feminista que se ha tomado la agenda en las últimas semanas, el comandante de la Esmeralda detalló que la estada de las mujeres "a bordo del buque es absolutamente normal y natural". "No es un tema para nosotros ni tampoco para las mujeres. Ellas hacen exactamente las mismas cosas que los hombres, e incluso me atravería a decir que a veces lo hacen mejor que ellos, porque son más detallistas", precisó el comandante del velero, agregando que "el trato es igualitario y eso ellas lo agradecen, porque quieren participar de todas las actividades exactamente como lo hacen los hombres".

Cabe recordar que esta semana los ministros de Defensa y de la Mujer firmaron un convenio de cooperación para justamente velar por el pleno respeto a las mujeres dentro de las Fuerzas Armadas.


"Las mujeres agradecen un trato igualitario al interior de la Esmeralda"