Hace un buen rato que se escuchaba por la Región -siempre entre pasillos, que es así como suelen ser todas estas cosas- que el senador Francisco Chahuán sentía cierta desafección por estos primeros cien días del Gobierno de Sebastián Piñera, más aún luego de que desoyera sus múltiples recomendaciones de nombramientos sugeridas desde el pedestal que representan los casi 150 mil votos que lo convirtieron en mayoría nacional durante las últimas elecciones parlamentarias para la Cámara Alta.
Trabajador como pocos, abierto al diálogo, tremendamente decente y con principios más que sólidos, no es ningún misterio que Chahuán pueda sentirse frustrado en este primer microciclo del oficialismo y, quizás por ello, cayó esta semana en esa suerte de "catarsis" (como la llamó él) durante el Consejo Regional de Renovación Nacional en el Club de Viña, aconsejado (bien o mal, eso ya es otro tema) respecto de asumir un tono un tanto "más díscolo", al estilo del que tantos réditos le generaran al senador Manuel José Ossandón el año pasado en su disputa electoral con Piñera.
Allí, en el Club de Viña, ante parlamentarios, consejeros regionales y militantes varios, despotricó en contra del Ejecutivo ("En algún minuto hay que decir las cosas. Y, de verdad, el límite de mi paciencia se agotó. (Piñera) no entiende lo que es un problema"; "Tenemos los mismos ministros de Harvard que sienten que los designó el Todopoderoso"), para luego criticar sin ambages a la ministra de las Culturas y las Artes, Alejandra Pérez ("Nadie sabe cómo resolver el problema -del Parque Cultural de Valparaíso- porque la ministra no es sabida"), y hacer alusión a una entrevista a Pérez efectivamente publicada en este medio el domingo 22 de abril.
Tal "salida de cadena", aunque haya sido en un contexto de confianza, como explicó él -aunque no hay que ser muy letrado para subentender que en la política eso es una utopía-, lo llevó asimismo a exigir en duros términos la salida de la citada ministra, ganándose el repudio de la hoy blindada ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Isabel Plá ("Fue una vergüenza. La debieron haber hecho salir a patadas de este Gobierno. ¡A patadas!", habría dicho el senador, según los presentes).
La pregunta final es: ¿Necesita Chahuán de todo esto? ¿Realmente cree que traicionar su histórica prudencia del pasado puede posicionarlo como el presidenciable para 2022 que la centroderecha con tanto ahínco busca?
Aunque no deje de tener razón en muchos de sus dichos -sobre todo en los referentes a la lenta instalación oficialista y a las variadas vacantes que aún existen-, quizás sea hora de que el senador medite si está intentando convertirse en la persona que quiere ser o en la que otros quieren que sea.