Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Vida Social
  • Espectáculos

Tres causales para abortar el Terminal 2

Los porteños siempre estaremos disponibles para impulsar una ciudad mejor, pero con argumentos y buenos proyectos.
E-mail Compartir

Un exsenador consultado por el T2 me respondió que a este proyecto se le podían aplicar las tres causales del aborto y cada día me hace más sentido esta respuesta. Vamos analizando:

Inviabilidad de carácter letal (lo técnico): para todo porteño es sabido que el molo de abrigo nos dota de aguas calmas sólo hasta el pasaje Melgarejo, hacia Bellavista ante cualquier marejada el mar se sale, sin embargo, este proyecto se extiende hasta calle Edwards, dejando el eventual Sitio 10 completamente desprotegido. Esto implica que la mitad del tiempo el T2 operará a media máquina. Además no cuenta con accesos, dado que por un lado existe un uso preferencial del Acceso Sur por parte del Terminal 1 y por el otro tenemos el VTP, el Terminal de Pasajeros, siendo su uso absolutamente incompatible con los camiones, grúas y las cargas peligrosas que transitarían por allí.

Pone en riesgo la vida de la madre (lo patrimonial): el T2 pone en riesgo la condición de Patrimonio de la Humanidad. A 15 años de obtener el título, donde el Estado nos ha llenado de deberes sin ningún derecho o incentivo para mantener y mejorar inmuebles o espacios públicos, desde Santiago nos dejan caer un proyecto que no respeta, no conversa ni ayuda a nadie en la comuna, muy por el contrario, según el Estudio de Impacto Patrimonial del experto internacional Juan Luis Isaza para Valparaíso y su condición patrimonial, el Terminal 2 trae consigo un impacto alto, permanente e irreversible, no mitigable. La única mitigación posible debería invocar un mejor diseño o un nuevo emplazamiento. A saber, existen 3 propuestas alternativas del mismo T2 muy superiores a la oficial, con impactos menores, pero que implicarían una inversión pública, algo muy lógico entendiendo que detrás de este puerto se encuentra una maravillosa ciudad y no un desierto. Además de la posibilidad del T3 en el sector de Yolanda o el T4 en San Mateo, que por condiciones geográficas y logísticas tienen mayor viabilidad.

Por violación (las compensaciones): asumir que los impactos son tan fuertes que no pueden ser mitigados y que sólo te queda la posibilidad de compensar, equivale a que pase un camión por arriba tuyo y en vez de llevarte al hospital ya moribundo, te arrojen dinero por la ventana, por lo tanto, las preguntas de fondo hacia sus promotores serían: ¿Es necesario arrasar con la condición de patrimonio, negando para siempre la recuperación de la costanera como motor de las otras bases económicas de la ciudad? ¿Permitirán seguir vaciando la bahía? Ya expulsada la Caleta Sudamericana con sus 500 familias, ¿harán lo mismo con el dique flotante de Sociber y los lancheros? ¿Seguirán avalando un proyecto ineficiente, mal diseñado, mal emplazado y con grandes sospechas sobre la probidad en su adjudicación y el way-out, recordando sobre todo que el año pasado la empresa OHL fue vinculada a una serie de hechos de corrupción tanto en España como en México y Colombia?

Saludo a las nuevas autoridades portuarias y espero que puedan romper la inercia de defensas corporativas de parte de los tres últimos gobiernos y que puedan detener la complicidad por omisión presente por más de siete años en seremis y ministros que sin estar de acuerdo con el proyecto deben apoyarlo. Los porteños siempre estaremos disponibles para impulsar una ciudad mejor, pero de verdad, con argumentos y en base a buenos proyectos.

Daniel Morales Escudero

Concejal de la Municipalidad de Valparaíso

Universidad abierta, pluralista, tolerante e inclusiva

Cuidar comunidad y cuidar educación puede ser la forma de responder a las nuevas exigencias de calidad que se plantean a las universidades del Estado.
E-mail Compartir

En la actualidad, el debate nacional se centra en instalar a la educación como el motor para la construcción de una nueva visión de desarrollo para nuestro país.

Las discusiones que se vivieron en los últimos años permitieron la reunión de saberes expertos, de personas que revisaron las reformas que debían realizarse al sistema de educación superior con el objeto de poner fin a un mundo de privilegios que castigaba severamente a la educación pública.

La insistencia de los movimientos sociales, específicamente de las nuevas generaciones, fue clave a la hora de revelar a la educación como un derecho fundamental y como un derecho social. Nuestros jóvenes instalaron nuevos formatos, utilizaron la tecnología y la organización colectiva para, con arte y cultura, emerger como un movimiento vivo, consciente y con visión de futuro.

Esta es una invitación abierta para pensar que la educación debe ser cuidada por todas y todos. El cuidado no es una actitud defensiva o proteccionista. No significa proteger nuestra común convicción de las peligrosas amenazas de la mercantilización de la educación ni tampoco es perder tiempo en actitudes de guerra que terminen instalándonos nuevamente en las lógicas bélicas del consumo y la competencia.

Cuidado no se trata sólo de una actividad, sino de una práctica que abarca una dimensión ética, emocional y relacional. El cuidado es tanto un conjunto de valores como una serie de prácticas concretas. Se trata de todo aquello que tiene que ver con el buen trato, con la calidad de la atención prestada, la naturaleza inclusiva de los programas y proyectos, la personalización y el acceso universal a los servicios, el enfoque de la dignidad, la igualdad de género y de los derechos humanos.

Reconocernos y cuidarnos desde nuestros principios y valores sólo puede conseguirse luego de que hayamos dado pasos significativos para instalarnos como un actor clave en el desarrollo local y regional, luego de pensar en el ser humano y su destino, en sus carencias y oportunidades, en las desigualdades históricas; en el desarrollo de sus talentos y en las transformaciones esperadas a través del rol que tenemos en la sociedad, basados en convicciones, compromisos y vocaciones de servicio público.

El trabajo consciente y sostenido, en una clara voluntad de contribuir al desarrollo social de nuestra región, es lo que nos ha permitido desarrollarnos pese al desigual trato entre las universidades o a situaciones aún más complejas, como la tardanza en la entrega de los recursos del Estado, cuestiones que se arrastran de un modelo instaurado en 1981 a través del DL N° 4, que recientemente comienza a reformarse, abriendo nuevos horizontes.

Cuidar comunidad y cuidar educación puede ser la forma de responder a las nuevas exigencias de calidad que se plantean a las universidades del Estado, entendidas en las nuevas leyes como los futuros referentes de calidad. Somos todos quienes debemos poner nuestra capacidad creativa e investigativa, nuestros talentos y afectos a disposición de relevar que una educación centrada en el desarrollo y dignidad humana sea en definitiva parte de una educación de calidad.

Patricio Sanhueza Vivanco

Rector Universidad de Playa Ancha

Nueva administración en Puerto Valparaíso

El nombramiento del directorio de EPV, que encabezará el exintendente Raúl Celis, promete mucho más de lo que pareciera. ¿Será la hora del desarrollo portuario? La política regional extrañaba a alguien como Raúl Celis, acaso el más leal y piñerista de los excolaboradores del actual Presidente. Un tipo correcto, mesurado y ajeno a cualquier atisbo de agenda propia.
E-mail Compartir

El próximo 25 de junio asumirá el nuevo directorio de la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), el cual será integrado -de acuerdo con el Sistema de Empresas Públicas (SEP)- por el exintendente del primer gobierno de Piñera, Raúl Celis Montt, en su calidad del presidente, secundado por el ingeniero Raimundo Cruzat, la economista Encarnación Canalejo, la experta en Finanzas Ana María Orellana y el ingeniero, excomandante en jefe de la Armada y exsenador Jorge Arancibia.

Cauto, como es su estilo. Celis pidió tiempo para interiorizarse del efectivo estado de situación de la construcción del Terminal 2 (hoy, en una etapa expectante, a la espera de lo que resuelva la Comisión de Evaluación Ambiental), la imperiosa necesidad de sacar adelante un muelle exclusivo para cruceros (tras las complejas situaciones vividas, que terminaron con la gran mayoría de las recaladas en San Antonio) y una necesaria reflexión sobre el futuro del paño Barón, abandonado tras el fallo de la Corte Suprema que echó por tierra la construcción del mall proyectado por el Grupo Plaza.

Asimismo, la lógica responsabilidad que tendrá Celis de recuperar y proyectar al futuro la actividad portuaria de Valparaíso resulta clave en un año tremendamente delicado para la industria, con la próxima realización de la 107° convención de la AAPA (American Association of Port Authorities) a realizarse en nuestra ciudad en el mes de octubre y el también cercano arranque de una nueva versión del Foro Comercial del Asia Pacífico (APEC) 2019, cuyo año chileno comienza en noviembre de este año, y en el cual -de acuerdo con el propio canciller Roberto Ampuero- la Región de Valparaíso tendrá un rol consular.

La política regional extrañaba a alguien como Raúl Celis, acaso el más leal y piñerista de los excolaboradores del actual Presidente. Un tipo correcto, mesurado y ajeno a agendas propias que puedan enturbiar el proceso transformador que necesita el puerto y en el que, lastimosamente, poco avanzó en el último cuatrienio. Es de esperar, aunque pocas dudas caben sobre ello, que Celis tendrá mayor apoyo del Ejecutivo y los ministerios correspondientes -Transportes, Economía, Obras Públicas- del que tuvo su antecesor, Raúl Urzúa, quien, siendo justos, debió lidiar con la indiferencia no sólo de la propia ex Presidenta Michelle Bachelet, sino que por sobre todo de los exministros de Transportes Alfonso Gómez-Lobo y Paola Tapia. De hecho, quizás el único que hizo el esfuerzo y pagó el costo político de apoyar el Terminal 2 fue el exsenador Ignacio Walker.

La apuesta es alta. Celis es capaz de sacarla adelante y pocos lo dudan, pero la contraparte también entiende que el nuevo ciclo le presenta una oportunidad de instalar sus puntos de vista. Ya el propio alcalde Sharp y el concejal Morales han comenzado a deslizar nuevas propuestas que permitan -nadie sabe con qué validez- modificar el proyecto ya aprobado que la empresa Tcval está más que pronto a ejecutar.