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El científico que se pregunta por el sentido de la ciencia

Andrés Couve cuestionó qué ha hecho que exista una pared entre la actividad científica y la sociedad. Concluye la necesidad de involucrar más a la comunidad en ella.
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"No es fácil enfrentar a los grupos antivacunas, no es fácil decir que la homeopatía no sirve, decirle a una persona que tiene una enfermedad que no se va a curar con los imanes, porque no existe la evidencia"."

Biólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Andrés Couve tiene un doctorado en Biología Celular en la Mount Sinai School of Medicine de Nueva York y un postdoctorado en neurobiología en la University College London. Además es profesor titular de la Facultad de Medicina Universidad de Chile, director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) y presidente de la Sociedad de Biología Celular de Chile. Pero su interés por la difusión del conocimiento científico lo ha llevado a otros quehaceres, como ser parte del directorio de la Fundación Puerto Ideas.

"Mi convicción fue que no sacábamos nada con seguir diciendo que la comunidad científica tiene que crecer si no tenemos claro qué debe hacer y eso es lo que traté de sistematizar"."

Ciencia

andrés couve dirige el instituto milenio de neurociencia biomédica. es académico de la u. de chile.

cedida

Carolina Collins

carolina.collins@mediosregionales.cl

Si viajáramos hasta el año 1830 y le preguntáramos a una persona del mundo occidental ¿cuál es el origen de las especies que habitan el planeta? La respuesta hubiera sido una: Dios las creó. Sesenta años después, en 1890, la situación sería radicalmente distinta y nos diría que son producto de la evolución durante millones de años.

Nada concreto cambió en el mundo, pero el solo hecho del nuevo conocimiento, la teoría de la evolución, fue capaz de cambiar por completo el paradigma cultural y la forma en que nos relacionamos con el mundo.

Ese ejemplo sirve para ilustrar la idea que llevó al biólogo nacional Andrés Couve a dedicarle tiempo de su quehacer científico a una actividad no menos importante, pero diferente: reflexionar sobre el sentido de la ciencia, el impacto de ésta y los conflictos que conlleva.

Y una de las primeras cosas que observó al hacer su análisis, fue la existencia de una "pared" entre el quehacer científico y la sociedad, que implica un obstáculo para su desarrollo.

romper la pared

El primer "ladrillo" de esa pared tiene que ver con que la sociedad comenzó a cuestionar el modelo de la ciencia: por qué es importante invertir en ella. Si hay agendas ocultas o cuáles son las intenciones de quienes buscan financiamiento. Pero el principal conflicto se da en el choque entre evidencia y creencias, dice Couve.

"No es fácil enfrentar a los grupos antivacunas, no es fácil hablar de que la homeopatía no sirve para nada, no es fácil decirle a una persona que tiene una enfermedad que no se va a curar con los imanes, porque no existe la evidencia", expone. "Y mi conclusión principal es que esto deriva de una responsabilidad de la misma comunidad científica, que se ha aislado dentro de una burbuja y nos hemos autoasignado el rol de traductores de un mundo oculto, que es lo que se llama la naturaleza", dice.

El biólogo, que expuso estas ideas recientemente en la Conferencia "El sentido de la investigación científica" del Centro para las Humanidades Universidad Diego Portales, plantea que se le ha otorgado a los científicos el rol de mediadores entre la naturaleza -un mundo donde están las verdades, sin subjetividades ni conflictos de intereses- y la sociedad. Pero para él no existe una diferencia entre ambos mundos y por eso es importante que el quehacer científico tenga sentido para la ciudadanía, que es la que lo financia, se beneficia y se ve impactada por él.

Para Couve, este cuestionamiento del modelo científico es un fenómeno global. "Estados Unidos es una potencia científica que tiene problemas tremendos con movimientos antievidencia, con movimientos que no permiten que se enseñe selección natural y evolución en los colegios. Con un presidente actualmente que no está tomando decisiones en base a la evidencia, el cambio climático es un ejemplo súper representativo. Esto es un fenómeno súper globalizado", explica.

Y tras su extensa reflexión, llegó a plantear que se necesita un cambio de modelo, donde la comunidad sea más involucrada en la actividad científica y se cree una nueva institucionalidad, que genere confianza y permita contrastar la evidencia y las creencias, de manera que tomemos mejores decisiones.

-¿Por qué es importante que la ciudadanía comprenda el quehacer científico?

-Porque la afecta en un montón de dimensiones y si algo me afecta a mí me gusta entenderlo. La afecta en los aspectos inspiracionales y educacionales. La afecta porque los cambios que derivan del conocimiento científico cambian tu universo cultural. Los descubrimientos producen muchas veces aplicaciones tecnológicas y en la tecnología lo importante no es el objeto, sino que el objeto cambia tu conducta, y por lo tanto, a mí me gustaría entender cómo. Y después, porque yo creo que los descubrimientos científicos están muy asociados al poder de las naciones. En general las naciones que tienen mayor avance científico son naciones muy poderosas. Y eso uno lo ve desde siempre, muy anterior al surgir de la ciencia contemporánea. Por algo los griegos dominaron, por algo los romanos dominaron, por algo los egipcios dominaron, y por algo hoy día Estados Unidos domina el mundo, porque tiene un desarrollo científico que es muy superior al resto de las naciones, aplicado principalmente a la guerra y la dominancia militar, pero también a otros aspectos que son de bienestar social, como salud.

-¿Y cómo ves la situación en Chile?

-En Chile tenemos una actividad científica de muy buena calidad pero es muy poca. La comunidad es muy pequeña, tiene muy poco impacto a nivel nacional en términos del bienestar de las personas y a nivel internacional no tiene ninguno. Cuando decimos 'la ciencia tiene que tener un impacto social', sí, pero tenemos que alimentarla, sino no podemos tener la expectativa de que impacte a nuestra sociedad. Hay que tener una industria que mueva la cuestión, no comercial, sino que tienes que tener todo un área de desarrollo.

-¿La creación de un Ministerio de la Ciencia contribuye?

-Yo creo que podría contribuir, porque lo que va a hacer es ordenar el sistema y le permite generar una visión estratégica. Pero una visión estratégica con lo que tenemos hoy día no va a llegar a ninguna parte. Hay que hacer crecer el número de personas que hacen investigación en Chile, en todos los ámbitos y en ámbitos estratégicos. Mi convicción fue que no sacábamos nada con seguir diciendo que la comunidad tiene que crecer si no tenemos claro qué debe hacer y eso es lo que traté de sistematizar. Una comunidad más grande puede transformar la inspiración en un cambio simbólico a nivel colectivo, puede generar cambios que eventualmente cambien los paradigmas sociales, pueden crear tecnología, nos puede acercar a tener más poder a nivel de conocimiento, pero tiene que ser una comunidad más compleja. En los países desarrollados hay gente que estudia aspectos súper diversos de todos los ámbitos, una comunidad muy grande que genera conocimiento en múltiples áreas y con una prioridad nacional. Entonces el conocimiento que se genera empieza a tener impacto y ese impacto se va moviendo, dependiendo de la dinámica social. Esta base compleja te permite que los problemas que vayas a enfrentar los enfrentes con igual capacidad. El desarrollo, más que entendido como un ingreso per cápita, yo creo que vale la pena entenderlo como esta base diversa que te permite adaptarte de distintas maneras dependiendo de qué cosas vas a tener que hacer, y las sociedades desarrolladas hacen eso, se configuran en distintas soluciones según la necesidad.

Ciencia

Andrés Couve