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Científica advierte que El saber del Universo requiere paciencia y dinero

INVESTIGACIÓN. La argentina Gabriela González trabaja en el proyecto LIGO que se ha dedicado en el último tiempo a detectar las "olas del Universo".
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Con la tecnología que viene se podrán detectar agujeros negros desde el primer momento de su formación, hace miles de millones de años, afirma la astrofísica Gabriela González, para quien el conocimiento y las sorpresas que ofrece el Universo "necesitan de gente, tiempo, esfuerzo, dinero y paciencia".

Esta científica argentina -premio anual de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos al descubrimiento científico en 2017- es una de las portavoces del proyecto LIGO, un observatorio de interferometría láser de ondas gravitacionales en EE.UU., que detectó esta especie de "olas del Universo" por primera vez en 2015, después de que Albert Einstein las formulara hace cien años en su Teoría de la Relatividad General.

Desde entonces y que se hiciera público este hito científico el 11 de febrero de 2016, LIGO ha detectado estas ondas en cinco ocasiones: cuatro a partir de la fusión de dos agujeros negros, como la primera vez, y una a partir de la colisión de dos estrellas de neutrones, explica González en una entrevista con la agencia Efe.

Ondas gravitacionales

Han pasado más de dos años y, según admite esta científica, los que participan en LIGO -más de mil investigadores de 20 países- han tenido que "recuperarse de la sorpresa".

Y es que, la detección de las primeras ondas gravitacionales llegó cuando la tecnología de LIGO aún no estaba puesta en marcha al cien por cien y cuando los científicos aún no tenían la experiencia suficiente en la toma de datos; por eso, aunque supieron de ella el 14 de septiembre de 2015, lo hicieron público meses después. "No sabíamos que tipo de falsos positivos producían estos instrumentos -los dos detectores de LIGO-, por eso tuvimos que reunir muchos datos y probarlo estadísticamente", aclara González.

Los objetos que se mueven en el universo producen ondulaciones en el espacio-tiempo (una especie de tejido en el que se desarrollan todo sus eventos) que se propagan por el espacio; estas son las ondas gravitacionales y, desde que se comprobó su existencia, la comunidad de astrofísicos las comparó con "el sonido" del universo.

"En realidad es una metáfora porque son ondas, pero no sonido", y haberlas detectado supone "agregar un sentido al entendimiento del Universo": tradicionalmente, el conocimiento del Cosmos se realiza a través de la radiación electromagnética (luz), con las que se puede "ver", mientras que con las ondas gravitacionales se puede "oír".

Ver y escuchar

Según González, las ondas gravitacionales no son producidas por átomos y electrones, sino por masas, por lo que "nos pintan una figura totalmente distinta del Universo. Ahora vemos y escuchamos".

Esto servirá, por ejemplo, para avanzar en la comprensión de los agujeros negros, de los que no puede salir nada, ni siquiera la luz, por eso las ondas electromagnéticas no servirían para detectarlos directamente.

El estudio de todos estos datos del proyecto LIGO será decisivo para empezar a dibujar un mapa de los agujeros negros, apunta esta investigadora de la Universidad Estatal de Luisiana (EEUU), invitada a dar una conferencia esta semana en la sede madrileña del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

González, para quien faltan mujeres en las áreas de física e ingeniería, admite que participar en la detección de las ondas gravitacionales es lo más alucinante que le ha pasado en su carrera científica y si Einstein viviera, ante este anuncio, se lo imagina con una sonrisa: "no sé qué diría, pero me lo imagino sonriendo".

Sobre el por qué este tipo de anuncios calan en los medios de comunicación y la sociedad, además de por su importancia, cree que la astrofísica en general es una ciencia que captura la imaginación de todos porque, en la niñez, todos nos hemos preguntado por ejemplo qué son las estrellas o cómo estas nacen.

El hallazgo de las ondas gravitacionales tenía además un cóctel perfecto para su éxito: Einstein y agujeros negros, resume González, para quien también el descubrimiento en su día de la expansión acelerada del Universo "captó la imaginación" de los ciudadanos.

¿Y qué será lo próximo que cautive esta imaginación? Para esta física, una señal periódica de una estrella de neutrones en nuestra galaxia: "Sabemos que hay y también que son difíciles de captar".

Para esta experta existen muchas ideas y tecnología por desarrollar para seguir avanzando en el conocimiento del universo; por ejemplo, ya hay conceptos para construir instrumentos de interferometría láser diez veces mejores, con los que se podría "observar" el nacimiento de los agujeros negros desde el principio de la historia del universo, hace unos 13.800 millones de años.

Buscan controlar niveles de glucosa a través del aliento

SALUD. Dispositivo médico no requiere de un medidor especial ya que se detecta a través del color.
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Investigadores mexicanos desarrollan un nuevo método no invasivo para controlar los niveles de glucosa a través del aliento, indicó ayer a la agencia Efe, Berenice Domínguez Cruz, adscrita al programa de cátedras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

El proyecto es un olfato o nariz electrónica que busca ser una alternativa para controlar los niveles de glucosa en las personas diabéticas, expuso.

Esta herramienta busca imitar el funcionamiento del sistema olfativo de una persona donde, al igual que en la nariz humana, participan varios sensores que reaccionan a moléculas específicas y generan señales que son transformadas en información en el cerebro.

Cómo funciona

En el caso de este proyecto llevado a cabo en el Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav), los sensores están elaborados a base de polímeros.

Una vez que las sustancias se impregnan en los sensores, la información es enviada a una unidad de interpretación, donde se miden sus concentraciones.

La doctora en bioelectrónica detalló que desde 2015, y junto a un equipo multidisciplinario, trabajan en el desarrollo de esta nariz. Domínguez Cruz explicó que existen tres marcadores que están asociados al aliento del paciente diabético: la acetona, el acetoacetato y beta hidroxibutirato.

"Lo que estamos haciendo es desarrollar materiales que presenten un cambio estructural cuando interaccionan con alguno de esos tres marcadores", aseveró.

La idea, dijo la especialista, es que esta herramienta sea útil para controlar los niveles de glucosa en la sangre, la cual sea "menos dolorosa y no invasiva", con la finalidad de que los pacientes no dejen de monitorearse.

Control de diabetes

Actualmente, el control de la diabetes es a base de una muestra de sangre que se toma de la yema de los dedos "pero deben hacerla muchas veces al día y eso es desalentador para la persona. Hay quienes abandonan o no tienen un monitoreo tan preciso", dijo Domínguez.

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas con diabetes ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014.

Y de estos pacientes solo una cuarta parte alcanza a vivir con los niveles controlados.

Este proyecto está en su primera etapa, pues los investigadores apenas están trabajando en los materiales que reaccionan ante la presencia de la acetona. "Pero esperamos seguir desarrollando otros dos materiales para otros dos marcadores, y posteriormente implementarlos en un dispositivo", dijo la doctora. Del mismo modo, la experta explicó que a la par de la nariz, también trabajan en el desarrollo detección de los niveles de glucosa a través de la saliva.

Las tiras reactivas están elaboradas de celulosa (papel) y una mezcla de enzimas que reaccionan cambiando su color cuando entran en contacto con la saliva.

Este dispositivo médico no invasivo no requiere un medidor especial, ya que el cambio de color es perceptible a simple vista y puede ser comparado con una escala que determina la cantidad de glucosa en el organismo del paciente.

Ciencia